Sanlúcar de Barrameda es una ciudad y un municipio español situado en la provincia de Cádiz, en la comunidad autónoma de Andalucía. Asentada en la margen izquierda del estuario del río Guadalquivir, frente al Parque Nacional de Doñana.
El término de Sanlúcar ha estado habitado desde la Prehistoria y la Antigüedad, perteneciendo a Tartessos, a Turdetania, a la Bética y a varios territorios andalusíes. El origen del primer sentamiento en Sanlúcar viene auspiciado por la construcción de un templo fenicio dedicado a Astarté.
En la Edad Media, tras la Reconquista, la villa de Sanlúcar pasó a formar parte del reino de Sevilla y fue otorgada en señorío en 1297 a Alonso Pérez de Guzmán, «Guzmán el Bueno», fundador de un poderoso linaje nobiliario que sería conocido más tarde como casa de Medina Sidonia.
Por su situación estratégica, Sanlúcar adquirió relevancia de la exploración, colonización y evangelización de América entre los siglos XV y XVII. Sanlúcar de Barrameda fue testigo excepcional de una de las mayores gestas que ha realizado el hombre. Fue lugar de partida y llegada de la primera circunnavegación al planeta Tierra.
Sin embargo, la caída en desgracia de la Casa de Medina Sidonia en 1641, la decadencia general de España bajo Carlos II, el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz en 1711 y el terremoto de Lisboa en 1755 la afectaron y Sanlúcar perdió gran parte de su valor estratégico.
En el 1833 pasó a formar parte de la recién creada provincia de Cádiz. En el siglo XIX la actividad económica de la ciudad se reconvirtió a la viticultura y al turismo estival, sobre un fondo de precariedad y grandes desigualdades sociales. Con gran implantación anarquista durante la Segunda República Española, quedó desde el principio de la Guerra Civil en manos de los sublevados, sin sufrir daños de importancia.
La Ciudad
La ciudad de aire señorial –declarada Conjunto Histórico– posee una estructura urbana que se caracteriza por estar dividida en dos grandes núcleos: el Barrio Alto y el Barrio Bajo.
El Barrio Alto es el núcleo histórico y monumental, de angostas calles, blancas fachadas y aristocráticos palacios como el Palacio de Orleáns y Borbón (junto a la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad) o el renacentista Palacio Ducal de Medina Sidonia. En las cercanías sitúa el Arquillo o Puerta de Rota, restos de la muralla medieval, el Castillo de Santiago (s. XV) el Convento de las Descalzas y la Iglesia de Nuestra Señora de la O.
Bajando por la Cuesta Belén hacia el Barrio Bajo, se sitúan el Auditorio de la Merced y las Covachas del s. XV – la mejor muestra del gótico en la ciudad- que decoran una de las fachadas del Palacio Ducal. A la Plaza de San Roque se traslada el gran ambiente del mercado de abastos, lleno de colorido y tipismo, con vendedores que pregonan sus productos a voz en grito. Camino de la Iglesia de Santo Domingo (s. XVI) se enclavan la Iglesia de San Jorge y el Convento de Regina Coeli. En la dirección contraria están la Iglesia del Carmen y el Convento de Capuchinos.
De su pantalán sale el Buque «Real Fernando», que realiza la travesía por el río hasta su desembocadura para conocer Doñana.
El litoral de Sanlúcar cuenta con 6 km. de playas, siendo las más representativas la playa de Bajo de Guía, la de la Calzada, de las Piletas, playa de la Jara y, ya en la orilla del Parque Nacional de Doñana, la Playa del Coto también denominada por los sanluqueños \’la otra banda\’.
En Doñana se enclavan también los parajes naturales sanluqueños de los Pinares de la Algaida y las Marismas y Salinas de Bonanza. En sus playas tienen lugar las famosas Carreras de Caballos en la playa (Interés Turístico Internacional) auspiciadas en sus orígenes por la aristocracia y la burguesía sanluqueña del s. XIX deseosa de incentivar la vida social de la villa durante la temporada estival. Se celebran cada año durante el mes de agosto y se dividen en 2 ciclos de 3 días cada uno, siempre al atardecer y aprovechando la bajamar, que sirve de improvisada tribuna para todo aquel que quiere disfrutar de este espectáculo.
Gastronomía
El genuino microclima de la ciudad es fundamental para la crianza de la manzanilla -su caldo más representativo- que pertenece a la Denominación de Origen Jerez-Xeres-Sherry. Es un vino seco apropiado para aperitivos, de un bello color dorado, que se cría en barriles de roble blanco en las bodegas del casco urbano, las llamadas «catedrales del vino». Están integradas a la perfección en la estructura urbanística de Sanlúcar concentrándose en su Barrio Alto.
En el mismo Barrio Alto, se ubican la bodega y el Museo Barbadillo de la Manzanilla. Entre septiembre y mayo, solo pueden visitarse los miércoles de 10.00 a 18.00, así que no es ninguna tontería aprovechar la mañana. De martes a sábado a las 12.00 y a las 13.00 hay además visitas guiadas que por cinco euros incluyen también una cata.
El pescado y el marisco de Sanlúcar, y de entre ellos el langostino, posee una fama que ha trascendido nuestras fronteras. Este éxito se debe a sus propias cualidades de sabor y textura, así como a la sencilla manera de efectuar su cocción y presentación.