El Castillo de Miravet es una edificación del término municipal de Miravet, Tarragona. Situado en la cumbre de un cerro de unos 100 metros de alto, el castillo está considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar templaria de Cataluña.
De origen árabe y más tarde propiedad de la Orden del Temple, este castillo medieval, muy bien conservado, se alza junto al río Ebro como un gigantesco guardián.
Antigua fortaleza islámica convertida por la orden del Temple en castillo–convento a mediados del s. XII.
De obra románica cisterciense y espíritu cruzado está considerado uno de los mejores ejemplos la arquitectura religiosa y militar de la orden del Temple en todo Occidente, junto con el de Peñíscola.
Es el segundo castillo románico más importante de España, después de Loarre, y el que cuenta con más dependencias cubiertas de toda Cataluña.
El control y dominio de esta fortaleza a lo largo de los siglos ha sido una constante y, cuando nos encontramos en lo alto de la terraza, comprendemos el lugar tan estratégico que ocupa esta magnífica construcción.
En 1990, el castillo se cede a la Generalitat de Catalunya, que lo declara Bien Cultural de Interés Nacional y lo abre al público en julio de 1994 después de obras de excavación y restauración.
Historia
La primera ocupación documentada del castillo de Miravet es del s. II a.C. con los íberos, y después hay restos de un castrum romano. A partir del año 711 empieza la ocupación musulmana de estas tierras, y son ellos quienes establecen una fortificación o hisn de época califal.
En el s. XII, el conde-rey Ramon Berenguer IV, con la ayuda de los templarios, reconquista nuestras tierras, primero Tortosa, en 1148, y después Miravet, en 1153, y es el 24 de agosto de este año cuando el conde cede a los templarios el castillo y las tierras de los alrededores (castillos y términos municipales de Gandesa, Corbera, Batea, Bot, Pinell, Rasquera, Benissanet y Algars), es decir, buena parte de la Ribera y la Terra Alta. Cabe destacar que desde el castillo se tiene un control absoluto de las tierras de alrededor, y sobre todo del río, que en esos momentos era muy importante, ya que unía el mar Mediterráneo con la Península ibérica, de modo que controlar y dominar ese enclavamiento era muy importante.
Son los templarios quienes construyen las estancias para poder residir en el castillo y las medidas de control y protección del mismo. Durante el siglo y medio que los templarios dominaron nuestras tierras, convivieron tres culturas, la musulmana, la cristiana y la judía.
El castillo de Miravet a finales del s. XIII fue la sede del maestre provincial. No era una elección al azar. Dicho castillo era una fortaleza inexpugnable y, al estar cerca del río, les permitía estar en contacto con el norte (Aragón) y el sur (Tortosa), a la vez que estaba a la misma distancia de las encomiendas del Rosellón, Aragón, Valencia y Cataluña. En 1307, Jaime II dio orden de arrestar a todos los templarios en Cataluña y de confiscar todas sus posesiones. Poco a poco fueron cayendo todas las fortalezas, hasta que llegaron a Miravet, donde se encontraron con que los templarios se habían hecho fuertes en el castillo, y hubo un asedio que duró un año. A mitades de diciembre de 1308, los últimos templarios entregan el castillo y a ellos mismos a los oficiales reales, lo que significó el fin de la Orden del Temple y la caída de una de las casas más importantes de la Corona Catalanoaragonesa.
Con la disolución del Temple, el castillo y las tierras pasan a manos de la Orden del Hospital hasta 1835, cuando, con la desamortización de Mendizábal, pasan a manos privadas.
Arquitectura
La inexpugnable fortaleza de Miravet consta de un doble recinto fortificado, separado por un corredor interno entre dos murallas. El perímetro de la exterior es de unos 600 m y el de la interior de 290 m.
El recinto interior consta del patio de armas y el cuerpo de guardia, rodeados de diversas dependencias (dormitorio, caballerizas, refectorio, almacén, granero y bodega).
Entre las dependencias destacan el salón, al que se accede por una puerta con arco de herradura, y la iglesia, dedicada a Sant Martí, románica (siglo XIII), de una sola nave con bóveda de cañón ligeramente apuntada y ábside semicircular con bóveda de horno.
El recinto exterior contaba también con unas caballerizas, una cisterna y la capilla de Sant Miquel.
Para los horarios de visitas puedes acceder a la web del ayuntamiento del pueblo de Miravet.
Pueblo de Miravet
Pueblo de origen musulmán que esconde una gran historia y un gran presente turístico y artesanal.
Miravet ha sido protagonista de numerosas guerras y batallas así como importantes crecidas del Ebro que se recuerdan por las calles a modo de placas indicando el nivel al que llegó el río.
No obstante el peor desastre aún estaba por venir en 1938 en la famosa y definitiva Batalla del Ebro de la Guerra Civil cuando Miravet fue bombardeado por las tropas alemanas y muchas de las casas del pueblo fueron destruidas, hoy en día siguen abandonadas y son un triste testigo mudo de aquellos tiempos aciagos.
Durante las últimas décadas gracias a la explotación del turismo y la alfarería artesanal Miravet ha logrado sobrevivir a la emigración y se ha ido extendiendo hacia el interior formando lo que se conoce como el Pueblo Nuevo, tiene una población de 800 habitantes y es uno de los lugares más visitados de toda la comarca ya que aún conserva el esplendor de la época medieval.