SIERRA DE HORNACHUELOS: parques y reservas naturales

22 septiembre, 2023 at 11:40

El Parque Natural Sierra de Hornachuelos, situado en el sector occidental de la provincia de Córdoba, pertenece al macizo de Sierra Morena, así denominado por el color oscuro de sus materiales, compuestos fundamentalmente por pizarras.

La Sierra de Hornachuelos alberga una de las zonas de bosque mediterráneo y de ribera mejor conservadas de Sierra Morena. Junto al Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, conforma la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena.

Este reconocimiento se debe, en parte, a la gran diversidad biológica que alberga este espacio natural cordobés. Sus montañas, de relieves suaves, están colonizadas por bosques de encinas.

Pasear por sus parajes es algo increíble

Allí donde el suelo es de cuarcita y pizarra, en el paisaje aparecen profundos barrancos esculpidos por los principales ríos del Parque Natural: el Bembézar, el Retortillo y el Guadiato. Recorriendo el sendero del Guadalora (salpicado de alcornoques centenarios), se descubre el bosque de ribera que lo jalona, reino de especies como álamos, alisos, sauces y fresnos, junto con majuelos, hiedras y adelfas. Dentro del agua, destaca también la presencia de ranúnculos, lentejas de agua y otras especies acompañantes.

Pasear por sus senderos transporta a lugares llenos de encanto: saucedas, bellos embalses como el del río Bembézar, cañones, dehesas de cerdo ibérico, áreas de descorche tradicionales, caleras de piedra para elaborar cal quemando jaras. Y para los románticos, junto al abandonado Seminario de Los Ángeles aparece la Peña del Fraile, que inspiró la conocida obra del Duque de Rivas, «Don Álvaro y la fuerza del sino»; ambos hitos son visibles desde el sendero del Bembézar.

Entre su rica fauna destaca el lince, especie en peligro de extinción que presenta una distribución marginal. La sierra de Hornachuelos es un enclave natural de gran importancia donde es posible admirar paisajes serranos aún bien conservados en nuestra región.

Paseando por estas sendas es fácil la contemplación de rapaces, pues el Parque acoge una de las mayores colonias de buitre negro de Andalucía, además de una importante población de buitre leonado. Águilas reales, imperiales y perdiceras así como cigüeñas negras también anidan en este espacio. Otros animales más tímidos son la nutria, el meloncillo, el ciervo y el jabalí.

Es muy recomendable visitar los pueblos que conforman el Parque: Hornachuelos, Posadas, Almodóvar del Río y Villaviciosa de Córdoba. En ellos se podrá degustar los manjares serranos como el afamado chorizo de venado típico de la localidad de Hornachuelos.

No te puedes perder la visita de la Aldea de San Calixto

No te puedes ir de este maravilloso parque natural sin visitar la aldea de San Calixto, situada en el corazón de la Sierra rodeado de un magnífico bosque de encinas, alcornoques y quejigos. Se trata de un conjunto arquitectónico digno de admirar.

Desde que los monjes basilios fundaron aquí a mediados del siglo XVI el Monasterio de San Basilio del Tardón se ha visto ampliado por nuevas edificaciones entre los que destacan el Palacio del Marqués de Salinas, el Convento de las Carmelitas Descalzas y la Iglesia de Nuestra Señora de la Sierra, edificada sobre la antigua iglesia del monasterio. Aún viven entre las blancas paredes de esta aldea las monjas de clausura, que elaboran productos artesanales y que puedes adquirir a través del torno.

Por último, no podemos finalizar este apartado sin recomendaros una visita al Seminario de Nuestra Señora de los Ángeles, principalmente por su ubicación agarrada a las escabrosas y fragosas laderas que vuelcan al Bembézar.


La Alpujarra de Granada: Ruta de Pueblos Blancos de Granada

1 agosto, 2023 at 19:56

La Alpujarra (en ocasiones las Alpujarras) es una región recóndita entre las provincias de Granada y Almería, llena de historia y leyendas, y que destaca por sus paisajes espectaculares y pueblos de gran belleza. Es una de las regiones más visitadas de la provincia de Granada.

Es un territorio de contrastes y en parte es debido a toda la historia que tiene detrás. Se trata de una zona sucesivamente colonizada, primero por los íberos y los celtas, el Imperio Romano, el pueblo visigodo y por último durante la conquista árabe hasta su posterior liberación por los Reyes Católicos.

Prácticamente intacta desde la época árabe, aún conserva la arquitectura beréber original, única en España. Sólo a finales del siglo XIX comenzaron a aventurarse por la zona artistas, bohemios y viajeros.

La arquitectura típica de la Alpujarra

La original construcción de la Alpujarra constituye uno de los elementos más típicos del paisaje alpujarreño. Se dice que su arquitectura está emparentada con modelos bereberes.

Las casas de Las Alpujarras son de forma cúbica con un tejado plano, propio de una zona de escasas lluvias. La cubierta está compuesta de arcilla magnesiana que se impermeabiliza con la lluvia y tiene un alero de piedra. Estos terraos que en la actualidad suelen funcionar como secaderos tienen una especie de caperuza, una chimenea casi cilíndrica coronada por una pequeña losa.

En muchos casos existen pasos que salvan las distancias entre una casa y otra, así la calle queda cubierta.

Las casas de las Alpujarras suelen tener dos plantas y, normalmente, están encaladas. En la planta de arriba estaban las habitaciones y la cocina, y en la de abajo las zonas destinadas al ganado y a los aperos de labranza.

En la Alpujarra, los pueblos se adaptan a su geografía. De esta manera, nos encontramos casas encaramadas en la montaña, unas debajo de otras formando terrazas y orientadas al sur, ya que en esta altitud los rayos de sol son muy apreciados. Este tipo de casas tradicionales se encuentran sobre todo en los pueblos pequeños, como Pampaneira o Bubión, donde las calles son estrechas y las casas pequeñas.

 

Muchas de las casa de la Alpujarra han sido restauradas respetando su sabor antiguo, pero incorporando las comodidades de la vida actual. Los vecinos las alquilan a turistas y visitantes que quieran disfrutar de la vida sana y tranquila de estos pueblos de montaña.

Las Fiestas de Moros y Cristianos

Entre las tradiciones que se han conservado en Las Alpujarras destacan las fiestas populares, entre ellas las de Moros y Cristianos, representación simbólica de los enfrentamientos que se desarrollaron en el siglo XVI.

En Lanjarón la noche de San Juan se celebra la Noche del Agua. Un evento muy especial en el que participa mucha gente, locales y visitantes. Durante una hora la fiesta en las calles del pueblo consiste en mojarse unos a otros, con cubos, pistolas de agua o cualquier cosa que tengas.

Al día siguiente, tiene lugar la fiesta del jamón. Tradicionalmente se hace una paella gigante en el Parque del Salaillo y se degusta el jamón de la tierra.

En cuanto a la música, su folklore es sobre todo con guitarras, bandurrias y laudes, las tradicionales canciones de rueda y de mecedores. Hay que hacer una mención especial a los troveros.

Artesanía de la Alpujarra

Las manifestaciones artesanales más interesantes las encontraréis en los tejidos; ya existieron antiguamente talleres de seda en la zona.

En los telares de la Alpujarra tradicionalmente se hacen jarapas, alfombras de «mota», tapices, etc… Uilizando ropas viejas que se hacían jirones y se mezclaban en el telar originando así bonitos coloridos.

También la alfarería, de origen nazarí, tiene un carácter propio en estas tierras altas.

La artesanía del esparto o la mimbre son otras de las tradiciones que se van perdiendo, aunque todavía se pueden ver algunas tiendas turísticas que venden estos productos.

Trevélez y su manjar más exquisito

Hay muchas razones por las que visitar este pueblo de la Alpujarra, pero la fundamental es por el jamón que aquí se hace. Apto exclusivamente para los paladares más exigentes, el jamón de Trevélez es un manjar de lo más exquisito.

Además es saludable, ya que es menos salado que el jamón al que estamos acostumbrados, ya que las condiciones meteorológicas de la zona permiten que esté menos tiempo en salazón.

Senderismo: rutas por la Alpujarra

Una de las mejores maneras de descubrir los alucinantes paisajes de la Alpujarra y el inagotable encanto de sus pueblos es recorriendo las distintas rutas y senderos, homologados y señalizados, que atraviesan la región.

Así, entre las rutas más atractivas se encuentra, por ejemplo, el GR 142 o Senda de La Alpujarra, un camino que conecta la localidad granadina de Lanjarón con Fiñana, ya en la provincia de Almería; 144 kilómetros de paisajes imposibles, huertas y olivares, arquitectura popular, fuentes y molinos, ermitas… Su primera etapa –de las 13 que conforman la ruta–, entre Lanjarón y Órgiva, es un buen ejemplo de la riqueza de estos itinerarios, puesto que junto con su auténtico despliegue natural nos ofrece un interesante vistazo a la historia y la cultura de la zona. En particular, a los primeros momentos de la Rebelión de las Alpujarras de 1568, cuando los guerreros moriscos de Aben Farax partieron de Lanjarón hacia Órgiva por el mismo camino que hoy sigue esta primera etapa del GR 142.

Otras grandes rutas, como el continental GR 7-E4 –más de 10 mil kilómetros, desde Chipre a Tarifa– o el GR 240 Sulayr (Montaña del Sol) que recorre unos 300km rodeando todo el macizo de Sierra Nevada, así como itinerarios de Pequeño Recorrido (PR), como el sendero PR A-27 hacia la Cañada de las Siete Lagunas, la ruta Capileira–La Cebadilla atravesando el barranco del Poqueira, el Sendero La Contraviesa (PR-A 32), el Sendero de las Encinas o el Sendero General Brenan, entre muchísimos otros, terminan por crear una gran red de caminos que no solo conecta un territorio sino que invita a descubrir todo su encanto.


TORRES MUDÉJARES DE LA AXARQUIA: lugares mágicos de Andalucía

13 julio, 2022 at 12:46

Foto de Carmen Ocaña

Las torres mudéjares de la Axarquía (Málaga) son como unos pequeños pero singulares campanarios que se alzan en aldeas perdidas, como antenas de adobe que conectan con un pasado muy lejano. Son los minaretes de antiguas mezquitas que los conquistadores cristianos incorporaron a los templos cristianos sin modificaciones ni añadidos.

Los dos mejores ejemplos de las torres mudéjares de la Axarquía son los minaretes-campanario de Árchez y Salares. El primero tiene 15 metros de altura y fue levantado en el siglo XII.

El de Salares es más humilde y modesto, pero conserva tal autenticidad que nos transporta al siglo XIII. Doce metros de altura total en mampostería de ladrillo, con decoración de azulejos, arquerías y ventanas. Una pequeña joya que el tiempo y la suerte nos legó intacta. La máxima expresión del mudéjar andaluz, un arte nacido del maridaje de influencias islámicas y cristianas.

Historia de las Torres Mudéjares de la Axarquía

En La Axarquía, durante el siglo XII se había producido un despoblamiento generalizado de las poblaciones mozárabes autóctonas, debido a que fueron expulsados o trasladados. Tal situación fue aprovechada para introducirse grupos beréberes norteafricanos, como fueron los Masmudas y los Gomeres que tuvieron una cierta implantación en la ciudad de Vélez.

La influencia de estos grupos durante los siglos XIII y XV fue importante en esta zona cuya huella se puede rastrear en los singulares alminares, hoy día torres-campanarios, de las localidades de Vélez-Málaga, Daimalos, Corumbela, Árchez y Salares, lo mismo que Arenas que fue destruido. Estos alminares son típicos minaretes de los siglos XIII-XIV, de inspiración meriní, únicos en toda La Axarquía y Andalucía. La mezquita ocupa el lugar central en la arquitectura islámica y representa el símbolo de la fe a la que se sirve. Este elemento simbólico fue comprendido por los musulmanes en una etapa temprana, y desempeñó un papel importante en la creación de adecuados signos visibles para el edificio: el alminar, la quibla y el Mihrab.

Con la conquista de estos pueblos por los Reyes Católicos, las mezquitas son transformadas en iglesias, quedando hoy día los Alminares como campanarios de estas.

La conquista cristiana de la Axarquía no se produjo hasta 1487. El término “mudéjar”, que proviene de la voz “mudayya”, se aplica a los hispanomusulmanes que, tras la conquista cristiana, permanecieron bajo el nuevo estado castellano conservando su religión, lengua y organización jurídica.

Se considera como rasgos mudéjares el uso del ladrillo, de la cerámica vidriada y las yeserías como revestimiento y ornamentación exteriores. Los materiales que se empleaban en su construcción eran pobres, pero bastante útiles pues permitían levantar los edificios con rapidez y economía. Pero el influjo musulmán en el arte mudéjar no solo está en la ornamentación, sino también en las estructuras arquitectónicas, como son las torres campanarios y las armaduras de las cubiertas y techumbres de madera que van a cubrir los techos de las iglesias.

Ruta mudéjar de los alminares de la Axarquía

Los viajeros que recorren los escasos 40 Km. que componen esta ruta se encontrarán con cinco pequeñas poblaciones que aún conservan los ejemplos de arquitectura mudéjar más destacados de la zona. Arenas, Árchez, Salares, Sedella y Canillas de Aceituno son pueblos de auténtico trazado mudéjar que dejan en quien los visita la sensación de haber traspasado la frontera del tiempo.

Situados en las faldas del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, estos pueblos atesoran las mejores muestras de la arquitectura andalusí de la zona. Y si pasear entre alminares, adarves, arcadas y algorfas parece un buen plan, espera a conocer lo que te depara este itinerario.


PIEL DE UBRIQUE: artesanía con historia

22 mayo, 2020 at 12:55

La piel constituye en el caso de Ubrique una verdadera cultura, importantísima, que comienza en la noche de los tiempos y llega a nuestros días. En la actualidad, la zona de Ubrique-Sierra de Cádiz constituye el sistema local de empresas más representativo del Sector de la Marroquinería en España, ubicado en el segmento medio –alto y lujo.

La artesanía en piel ha acompañado al hombre desde sus propios inicios como una manufactura de primera necesidad. Con esta materia fabricaron sus primeros vestidos, zapatos, envases, mantas, casas y hasta pequeñas embarcaciones.

A partir del siglo III a. C., y muy especialmente de la época del imperio romano, los mercados del cuero proliferan en todo el mundo romanizado. Quizá sea el sur de Francia y la práctica totalidad de la Península Ibérica la zona más abundante en este tipo de industrias.

Un vestigio de esta etapa lo podemos ver aún hoy día en los restos de la tenería (lugar donde se realiza el proceso que convierte las pieles de los animales en cuero), junto al río que atraviesa la localidad de Ubrique. Allí se curtía la piel empleando el agua y la cal como elementos fundamentales.

Bien entrado el siglo XIX, con la Revolución Industrial también llegaron nuevas técnicas de tratar la piel y el cuero, que hacían que el proceso fuese mucho más rápido y barato. Sin embargo, la piel en Ubrique continuó haciéndose de la manera más artesanal, aunque eso supusiera un mayor coste e inversión.

Ese especial cuidado en el trabajo de las pieles y la pasión que le ponen los artesanos en cada obra, ha hecho que Ubrique se haya convertido en el templo del cuero para gran parte de las empresas que comercializan productos de lujo a nivel internacional.

De esta manera, Ubrique cuenta con el Museo de la Piel, un museo que nos descubre la historia de un arte, el de la marroquinería, que ha convertido a esta población de la comarca de la Sierra de Cádiz en un lugar único en el mundo.

Origen e Historia de la Piel de Ubrique

La elaboración de cuero tiene una época de esplendor en el sur de España, en los reinos árabes del Al-Andalus. La ciudad de Córdoba se hace famosa por su producción de cueros de alta calidad, repujados, policromados y, en algunos casos, metalizados con aplicaciones de finas hojas de oro y plata. De esta época proviene el término guadamecil, que designa el cuero pintado o labrado artísticamente.

También fueron los árabes quienes introdujeron el alumbre y la sal como curtientes para dar así a la piel más consistencia y duración. Ubrique también adoptaría durante esta época nuevas técnicas.

Con la expulsión de judíos y moriscos (s. XV y XVI), reputados artesanos tienen que abandonar España para ir al exilio, estableciéndose en ciudades del norte de Marruecos. La artesanía del cuero, como otros muchos tipos de manufacturas, decaen por este motivo en la península.

El arte de elaborar el cuero para la consecución de productos manufacturados es denominado marroquinería, palabra que proviene del marroquí, un tipo de cuero lustroso y delgado.

La piel de Ubrique se exportaba a los principales mercados europeos de la época: Francia, Países Bajos y Alemania. La demanda de equipamiento militar para la guerra y de artículos sofisticados de lujo hizo que gentes de Ubrique y otros valles serranos demostraran  su capacidad. Según datos recogidos por la Corona de Castilla, durante la revuelta de los portugueses en 1640, Ubrique y su comarca abasteció de correas y talabartes para las armas, cinchas y pretales para las cabalgaduras, a las tropas relacionadas con la seguridad de los puertos indianos y atlánticos.

A mediados del S.XVIII, comienzan a abrirse   talleres de piel en Ubrique. Comienzan a fabricarse de manera casi industrial las “petacas“ (pequeños estuches de piel para llevar el  tabaco) en Ubrique. Apareciendo las primeras “ petaquerías“,  establecimientos donde se confeccionan dichos artículos. Es a partir de entonces cuando la fama de Ubrique comienza a crecer.

La Piel de Ubrique: Indicación Geográfica Protegida (IGP)

La U.E.  pone en marcha un Proyecto de Reglamento para el Registro de Indicaciones Geográficas de Productos no Agrícolas. Este registro abarca a Europa y Terceros Países. Al amparo de este proyecto la piel  de Ubrique muestra una gran  relevancia.

El sector marroquinero de Ubrique se codea con otros sectores y marcas de prestigio. Entre ellas, el cristal de Murano, el acero de Solingen o los relojes suizos. ¡Ahí es nada!

Los empresarios ubriqueño del sector trabajan en el proyecto de creación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP). Algo similar a las Denominaciones de Origen del vino. Con la consideración de IGP, la piel de Ubrique tendrá una gran importancia a nivel europeo. En la actualidad la Piel de Ubrique ya figura en una relación provisional de productos, junto a otras 16 referencias. El Reglamento actualmente se encuentra en fase de redacción.

Escuela de marroquinería en Ubrique

Tal es la importancia de este sector, que el empresariado de Ubrique ha creado una escuela. Las pretensiones de la escuela son claras: salvaguardar y enseñar la marroquinería ubriqueña. Esta escuela fue creada por el circulo empresarial con el apoyo del Ayuntamiento en  el año 2014. La escuela está gestionada por la asociación, recientemente creada «La piel de Ubrique».

El Pueblo de Ubrique

En la entrada del Parque Natural de Grazalema y del Parque Natural Los Alcornocales abren las puertas a este maravilloso pueblo, que se encuentra dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos de Andalucía.

La disposición de Ubrique, sus construcciones y la relación de los habitantes con su entorno a través de la cultura que le es propia, le ha valido al lugar para que fuese declarado como Bien de Interés Cultural y su casco antiguo como Conjunto Histórico. Si quieres leer más sobre este pueblo, pincha aquí.


RONDA: ruta de los pueblos blancos de Andalucía

26 febrero, 2020 at 13:42

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Nuestro siguiente punto a visitar es Ronda (Málaga), donde palacios, baños árabes, atalayas, teatros romanos e incluso cuevas primitivas te sumergirán en un viaje en el tiempo hacia el pasado de Andalucía.

Una ciudad dividida por un cañón natural, el Tajo que forma el río Guadalevín, y unida por un espectacular puente del siglo XVIII que atrae a viajeros y turistas desde todos los rincones del mundo. Un balcón que se asoma a la Serranía de Ronda, de trazado medieval y reminiscencias árabes, de ambiente romántico e historias de bandoleros. Por cierto, si quieres conocer cómo eran los bandoleros de la época,  puedes acercarte al Museo del Bandolero.

Si hablamos de monumentalidad posiblemente Ronda será uno de los puntos de este recorrido donde más puedas disfrutar. No es casualidad que su casco antiguo esté declarado Bien de Interés Cultural, y es que tras sus primeros habitantes neolíticos pasaron por aquí celtas, fenicios, romanos y árabes hasta que los Reyes Católicos la conquistaron en 1485.

La ubicación de Ronda, en un promontorio rocoso cortado por el Tajo, contó en sus orígenes con una importante función estratégica. Aún se pueden visitar diferentes paños de su muralla de época musulmana, donde destaca especialmente la Puerta de Almocábar, situada en el lado sur de la antigua medina y construida en el siglo XIII.

No te puedes perder visitar la Plaza de Toros de Ronda, una de las más antiguas de España y una de las más monumentales que existen.

Los Baños Árabes de Ronda

Los Baños Árabes de Ronda, de época nazarí (s. XIII-XIV), están situados en la zona de la antigua judería y, a pesar de su extraordinario interés arquitectónico, fueron abandonados (la moral cristiana no permitía ciertas prácticas), y las crecidas del río Guadalevín acabaron sepultándolos.

Su estado de conservación es sorprendente y podrás apreciar cómo este hammam sigue el modelo romano dividiendo sus estancias en aguas frías, templadas y calientes. Podrás ver perfectamente cómo se mantienen en pie sus bóvedas, sus arcos de ladrillo y sus columnas. Está considerado como uno de los más grandes y mejor conservados de la Península Ibérica.

Palacio del Marqués de Salvatierra

Localizado en el Conjunto Histórico de Ronda y próximo al Barrio de Padre Jesús, posee una espléndida fachada barroca en sillería de piedra con puerta adintelada, columnas corintias y un gran balcón de forja rondeña. La fachada se remata con un frontón quebrado que alberga figuras desnudas, de clara influencia indiana.

Las figuras masculinas se burlan y sacan sus lenguas; mientras las femeninas ocultan pudorosamente “sus partes”. Ambas soportan el dintel en el que se encuentra el escudo nobiliario de la familia que encabezara Vasco Martín de Salvatierra, continuo de los Reyes Católicos tras la conquista de Ronda.

El interior del Palacio representa la austeridad de la casa rondeña palaciega de los siglos XVII y XVIII.

Iglesia del Espíritu Santo

La Iglesia del Espíritu Santo fue erigida por los Reyes Católicos sobre la mezquita que había en el Arrabal Alto. Se consagró en conmemoración del día en que fue tomada la ciudad. El edificio presenta una gran homogeneidad en su construcción. La obra se debió hacer a finales del siglo XV y principios del XVI. Corresponde al estilo híbrido gótico-renacentista propio de la época.

El templo consta de una sola nave dividida en tres tramos cubiertos por bóvedas de crucería estrellada, muy tardía. La capilla mayor se abre por medio de un gran arco triunfal, de medio punto, sobre gruesos y elevados pilares embutidos en el muro. El frente del templo está ocupado por un retablo sobre el que existen tres escudos tallados en piedra: dos de ellos pertenecen a fray Bernardo de Manrique, en cuyo obispado se realizó la obra, y el otro es el escudo imperial de los Austrias.

Casa del Gigante

Situada en el centro histórico de Ronda, la Casa del Gigante es una casa señorial de origen árabe construida en el siglo XIIV, con capiteles reutilizados del XIII. La casa toma su nombre de los relieves en piedra, tal vez de origen ibérico, que decoraban las esquinas del edificio de los que tan solo queda uno, muy deteriorado. En el interior se conservan unas magníficas yeserías decoradas con motivos florales, algunas de las cuales debió de estar ricamente decorada por los restos de policromía que conservan.

La Casa del Gigante es una interesante muestra de construcción señorial en época musulmana en Ronda, única conservada en todo el reino nazarí si exceptuamos las de Granada o las de la Alcazaba malagueña.

No olvides consultar los horarios y tarifas.

Casa del rey Moro

La Casa del Rey Moro es un palacio del s. XVIII que alberga en su interior una mina de captación de agua, de origen árabe, declarada Bien de Interés Cultural. Se trata de una compleja obra islámica que desciende al fondo del Tajo donde discurre el Río Guadalevín. Se construyó aprovechando una grieta natural vertical donde se desarrolla una escalera tallada en la roca con más de 200 peldaños y que desciende en vertical unos cien metros. En su interior se localizan una serie de estancias, desde aljibes a habitaciones, que fueron utilizadas como polvorín y depósito de grano.

También son muy interesantes de ver sus valiosos jardines aterrazados, con presencia constante de agua en fuentes y canalillos, diseñados y construidos por el prestigioso arquitecto y paisajista Forestier. Se trata de un jardín en diferentes niveles, salvados por escalinatas decoradas con azulejos y jalonadas por fuentes y estanques cubiertos por nenúfares. No olvides consultar los horarios y tarifas.

Convento de Santo Domingo

Convento que fue de frailes dominicos, llamado en su fundación de San Pedro Mártir. En la escritura del fuero que concedieron los Reyes Católicos para el Regimiento y buen Gobierno de la ciudad de Ronda, a raíz de su conquista, y que aparece firmada en Córdoba el 25 de Julio de 1485, se puede leer una orden referida a la fundación de los dos Monasterios instituidos por Isabel y Fernando, el de San Francisco y el de Santo Domingo. Sabemos pues que la situación del Convento fue donde tuvo su real el conde de Benavente, que, según nos dice Moreti, se encontraba en las Huertas de los Molinos, debajo de los tajos del Mercadillo.

Actualmente se ha convertido en el Palacio de Congresos de Ronda, rehabilitado para el uso de pequeños o medianos Congresos, Simposios, Convenciones, Jornadas, Muestras y Exposiciones. Con unas magníficas instalaciones, y sobre las que se ha logrado conservar el sabor, la paz y la tranquilidad monacal que tuvo en su primitiva función.

Yacimiento arqueológico de Acinipo

El Yacimiento Arqueológico de Acinipo está situado a 21 kilómetros de Ronda, en una meseta con una altitud media de 980 metros sobre el nivel del mar, desde donde se contemplan unas amplísimas panorámicas de la comarca. Según Plinio y Ptolomeo, Acinipo pertenecía a la Beturia Céltica, pero en tiempos romanos se convirtió en una de las principales ciudades de la Bética.

De la antigua ciudad romana sólo se conserva el teatro, construido en el siglo I a.C sobre un desnivel del terreno, al modo griego, y de ahí que la cávea esté esculpida en la roca. En aceptable estado de conservación se encuentran buena parte de las gradas, la orquesta y el frente de la escena, realizada en sillería de granito sin argamasa. También se han encontrado restos de unas termas, de dos viviendas y del templo oficial, la basílica y los pórticos.