La braña de La Pornacal, situada en sitúa en el Valle del Pigüeña (Asturias), es la mayor y mejor conservada de las brañas del Parque Natural de Somiedo (reserva de la Biosfera), donde perviven las antiguas tradiciones de los vaqueiros de alzada (nómadas cantábricos) en un marco de incomparable belleza.
Una Braña es el nombre que, en la cordillera Cantábrica, recibe la zona de montaña donde el ganado aprovecha los pastos tardíos en época estival. En estos pastizales de altura cantábricos frescos y húmedos, situados entre los 1.000 y 1.300 metros de altitud, solía haber en algunos casos pequeñas cabañas (teitos), donde los pastores se refugiaban de las tormentas o pasaban las noches. Estos prados, que acostumbran a ser comunales, juegan un papel predominante en la práctica de la trasterminancia del ganado vacuno (tipo de trashumancia).
La braña de La Pornacal está formada por 32 teitos o cabañas y se encuentra en la orilla derecha del nacimiento del río Pigüeña, en una pequeña cumbre a 1170 m de altitud, dominando los prados de la Requexada. Cada una de estas cabañas sigue aun conservando la división original. Los teitos son construcciones de piedra con cubierta de escoba, un arbusto silvestre conocido científicamente con el nombre de Cytisus scoparius, y que en Somiedo se denomina “xiniesta”. Estas cubiertas es preciso cambiarlas cada 15 años.
Los teitos tienen añadido una cuadra de piedra de planta rectangular, cubierta a dos aguas con tejas curvas y muros de piedra vista. Su interior está dividido entre el habitáculo para el hombre y los animales, en un pequeño llaru hogar para el hombre y un establo y tenada para los animales. Es de destacar que en esta braña el llar se ha cambiado por un cobertizo de piedra, el casetu; en otros hay adosados pequeños porches, el sombray, donde pastor y ganado se guarecían del mal tiempo. En la jamba de una de las cabañas existen dos rostros, buscando la protección de los antepasados.
Las brañas de Pornacal y Mumián constituyen los conjuntos etnográficos más importantes en este sentido.
Fotografía de Antonio Joaquin Ruiz de Bucesta Alvarez
En el Parque Natural de Somiedo también debemos de destacar los lagos del Valle, Cerveriz, La cueva, La mina y Lago Negro o Calabazosa. Junto a éstos de más importancia, existen numerosas lagunas de pequeño tamaño, como el lago Bueno, lagunas Cabera, Redonda, Llamazo, Fontarente, lago de la Mesa, Camayor, Fuentes, etc. algunas de las cuales son temporales y se secan durante el verano.
Ruta a Braña de la Pornacal
No existe carretera para acceder a la braña, sino que sólo se puede llegar a pie.
La ruta a pie tiene gran encanto e increíbles paisajes en el entorno de Somiedo. El recorrido comunica 2 de las principales brañas de la zona: la Pomarcal, la mejor conservada del Parque con 32 teiros, y la de los Cuartos o Braña Vieja.
La ruta se realiza por una pista forestal (transitable por vehículos autorizados). El recorrido es sencillo y está bien señalizado, sin embargo, debido al gran número de repechos repartidos a lo largo de los 6 km de la misma, es aconsejable no realizarla en horas con mucho calor y llevando siempre abundante agua. El recorrido parte del pueblo Villar de Vildas (Pueblo Ejemplar de Asturias 2004). Es importante señalar que la ruta es lineal, por lo que debemos realizar el mismo recorrido de vuelta.
En aproximadamente una hora desde Villar de Vildas llegamos a la braña La Pornacal, ubicada a casi 1200 m de altura, en las praderas de la Requexada.
En
el extenso listado de monumentos incluidos como Patrimonio de la Humanidad no podía faltar la Universidad de
Salamanca, no en vano es la universidad,
aún en funcionamiento, más antigua de España y del mundo hispánico y la tercera
más antigua de Europa.
La
Universidad de Salamanca se fundó en
1218, cobrando un gran prestigio docente y cultural en el exterior de
España.
El
edificio universitario es de planta
cuadrada con patio central y galerías circundantes. Su interés artístico
reside en su fachada plateresca. Las Escuelas Menores, que están junto a la
universidad, presentan en sus portadas similares analogías artísticas,
conservando en una de sus aulas el techo
pintado por Fernando Gállego.
El
edificio histórico principal está en
uno de los laterales del Patio de
Escuelas. Su construcción comenzó en 1415.
En
este patio se encuentra también el Hospital
del Estudio, que hoy en día es la sede del Rectorado y cuya fachada está
coronada por una fantástica crestería
renacentista.
En
el centro del Patio de Escuelas se puede ver una señorial estatua de Fray Luis de León, que fue uno de los más destacados
profesores que ha tenido la Universidad.
Antes de visitar la universidad, te recomendamos ver los horarios y tarifasdisponibles.
Origen e historia de
la Universidad de Salamanca
Fue
Alfonso IX de León quien instituyó el Studium
Generale en Salamanca, en 1218. Era este un título otorgado por monarcas o
papas a los estudios, más o menos reglados, que impartían ciertas instituciones
educativas que cumplían distintas condiciones de excelencia. Los monarcas
solían tomar bajo su amparo, en forma de mecenazgo y donaciones, las
instituciones que recibían esta distinción.
Sin
embargo, hay que saber que la de Salamanca no fue la primera institución de la
Península Ibérica en recibir esta distinción, pues en 1215 a Palencia ya le había sido otorgado este
honor.
Los
Studium Generale fueron el germen de lo que acabaría por convertirse en la Universidad de Salamanca a partir de 1252,
cuando Alfonso X el Sabio otorga el título de Universidad a la institución,
mediante una cédula real. Fuela primera institución educativa europea en
obtener el título propiamente de Universidad.
Derecho, Lógica o
Medicina fueron
algunos de los estudios ofertados desde los primeros siglos de existencia de la
Universidad. Curiosamente, no fue hasta 1381 cuando se empezaron a impartir
estudios de teología en la
Universidad de Salamanca. Y digo curiosamente, pues la implantación y
desarrollo de la Universidad estuvo ligada, desde un primer momento, al
mecenazgo real, pero también al eclesiástico. Uno de los modos de financiación en estos primeros siglos fue por ejemplo,
mediante las tercias reales del diezmo eclesiástico. Es decir, la parte del
impuesto agrario que la iglesia recaudaba y que era transferido a la Corona de
Castilla.
La
Universidad fue creciendo paulatinamente, de manera que pasaría de unos 400 alumnos durante el siglo XIV a
más de 6000 a finales del XVI. Y con el crecimiento del alumnado llegaron
las necesidades de contar con edificios propios donde impartir las clases, que
hasta la fecha habían venido siendo ofrecidas en distintas dependencias,
sobretodo de carácter eclesiástico. Diego
de Anaya, una de las figuras más importantes del siglo XV, fue quien fundó
el primer Colegio Mayor de Salamanca,
el de San Bartolomé, germen del actual Colegio de Anaya (por desgracia el
primitivo edificio fue sustituido por el actual). Pero enseguida se empezaron
los trabajos de construcción del verdadero buque insigne de la Universidad de
Salamanca, las Escuelas Mayores. Aun
ahora, el edificio histórico de la
Universidad de Salamanca es el gran estandarte de la institución.
Con
épocas de menor y mayor esplendor, la Universidad de Salamanca ha estado
siempre presente entre las mejores
instituciones docentes del país. Muchos de los más importantes y altos
funcionarios del Estado salieron de la Universidad que formó, además, a muchos
otros destacados personajes del mundo de la literatura o la ciencia.
Solo
tras la invasión francesa de principios del XIX la Universidad de Salamanca
entró en franco declive. Incluso, en
1852, la Universidad pierde la facultad para expedir el título de Doctor. Los
estudios ofertados se reducen, en aquella época, a los de Derecho y Filosofía y
Letras. Salamanca había perdido, incluso, la posibilidad de impartir estudios
de Medicina, algo impensable solo un siglo antes, en plena Ilustración.
A
partir del siglo XX empieza una progresiva
recuperación de la Universidad de Salamanca. A mediados de siglo, tras el
ofrecimiento del doctorado Honoris Causa al dictador Francisco Franco, la
Universidad recobra la potestad para otorgar títulos de doctorado.
Paulatinamente, la Universidad de Salamanca va recuperando su espacio entre las
universidades de más prestigio internacional.
Exterior del edificio
histórico de la Universidad de Salamanca
La
fachada plateresca, que fue tallada
en piedra como si de orfebrería se tratase, es de una gran espectacularidad por
la variedad y belleza de la decoración y la abundancia e interés de los
simbolismos que contiene, principalmente el de la rana sobre la calavera.
Se
divide en tres cuerpos, que están a
su vez divididos en calles. Cinco en los dos primeros cuerpos y tres en el
tercero.
En
el centro del primer cuerpo, dentro de un medallón, está representada la imagen de los Reyes Católicos
acompañada del texto en griego «Los Reyes a la Universidad y la
Universidad a los Reyes».
En
el segundo cuerpo aparecen tres escudos:
el águila bicéfala del emperador Carlos V, la representación de todos los
reinos de la España de la época y el águila de San Juan, símbolo de la Reina
Isabel la Católica.
En
el tercer cuerpo puede verse un papa,
junto al que están representados los dioses Hércules y Venus.
La rana de la fachada de
la Universidad
La figura más famosa de entre todas las que tiene la
fachada es la de una pequeña rana o sapo que reposa sobre una calavera.
Cuenta
la leyenda que el estudiante que
vaya a estudiar a Salamanca y encuentre la rana en la fachada de la
Universidad, tendrá suerte y aprobará los exámenes.
Sea
cierto o no, en la actualidad, cientos de turistas la buscan cada día. Tarea,
dicho sea de paso, bastante difícil si no se cuenta con ayuda.
Interior del edificio
histórico de la Universidad de Salamanca
El
interior se organiza alrededor de un patio
de estructura monástica.
Originalmente
el edificio sólo tenía una planta, aunque en el siglo XIX se añadió un segundo
piso.
Primera planta
En
la primera planta están las antiguas
aulas, en cuyas puertas se pueden ver unas lápidas que señalan las
disciplinas que se enseñaban en cada una. Alguna de las aulas de más renombre,
y que se pueden visitar, son la Aula Miguel de Unamuno o lade Fray Luís de León,
donde el fraile agustino impartió sus clases de Teología y que conserva su
configuración del siglo XVI con una sencillísima bancada original incluida.
En
esta planta se sitúan también el Paraninfo,
que es el lugar donde se celebran los actos académicos de mayor importancia, y
la Capilla, del siglo XVIII, que
cuenta con un sencillo pero elegante retablo y un órgano del siglo XVII.
Escalera
La
escalera de acceso al piso alto es una joya
del renacimiento español y tiene una particular simbología. Sus tres tramos
representan las tres etapas de la vida
del hombre: juventud, madurez y senectud y el ascenso de éste hacia a la
perfección moral y espiritual, atravesando los peligros de cada una de las
etapas.
Planta superior
En
la planta superior destacan el
artesonado mudéjar, la puerta gótica y una interesante reja gótica que da
acceso a la Biblioteca.
No
se puede entrar dentro de la biblioteca, de manera que nos tenemos que
conformar en observarla desde el cristal. La actual es una estructura de mediados del siglo XVIII. Las estanterías, de aire
barroco, dan lugar a uno de los momentos más gloriosos entre las bibliotecas
europeas. Las mesas, las esculturas, las estanterías, los globos terráqueos.
Todo ello supone un fascinante decorado para este templo de la cultura y el
saber, que custodia piezas de enorme
valor, incluidos 785 incunables del siglo XV.
Las
menorquinas son un clásico del calzado
español, y da igual cómo las llames, nunca pasan de moda: avarcas, abarcas,
menorquinas, mallorquinas, ibicencas…
Las menorquinas, inicialmente, se fabricaban a mano y únicamente con piel e hilo encerado. Aunque los materiales y el estilo han ido cambiando con los siglos, lo que sí se conserva todavía es su carácter artesanal.
En
España existen numerosas variantes
de este tipo de calzado de cuero. Se puede decir que la albarca de cuero es una de las más antiguas formas de calzado
en la península: avarca menorquina, la albarca vasca, la albarca castellana
o la más primitiva y tosca de todas, la
calzaera.
Origen e historia de
las Menorquinas
Como
suele suceder en estos casos, no se sabe a ciencia cierta cuándo comenzaron a
utilizarse las menorquinas pero sí que hay algunos indicios. En primer lugar,
parece que en Menorca sí que está el
origen de este calzado.
Todo
parece indicar que los primeros en utilizar este tipo de calzado, fueron los honderos de las islas Baleares (lanzadores
de piedras), que se encontraban al servicio del general cartaginés Aníbal, en
su lucha contra los romanos en torno al 200 a.C.
Más
tarde, y debido a la fortaleza y flexibilidad de las mismas, fueron utilizadas
por los campesinos y labriegos de la
zona, que vieron en este tipo de calzado una forma ideal de proteger sus
pies durante las largas jornadas de duras labores en el campo.
Desde
entonces, su primitivo aspecto y la utilización inicial de las abarcas
menorquinas, ha ido variando y
evolucionando.
La evolución de las
Menorquinas
En
un principio estaban totalmente realizadas
en piel y cosidas a mano con hilo encerado. Sin embargo, estrenando el
siglo XX, con el comienzo del uso generalizado del automóvil entre las altas
capas de la sociedad, llegó a la vida de las tradicionales avarcas, un nuevo componente.
¿Que
qué tiene que ver el automóvil con una abarca menorquina? Resulta que, a
alguien se le ocurrió reforzar la suela de las menorquinas, con el caucho de las ruedas viejas de los
automóviles. Sencillo, pero perfecto, ¿verdad?.
Ahora
las abarcas durarían más, el pie estaría más protegido de la humedad y de lo
abrupto del terreno, introduciéndose además el factor antideslizante y de
flexibilidad de este material. ¡Sencillamente genial!
Y
de ser un calzado práctico y cómodo para trabajar, entre los años 70 y 80 se convirtió en tendencia de la moda
menorquina para después extenderse por el resto de islas baleares y poco a poco
por el resto de nuestro país, de ahí que también se llamen zapatos mallorquinas
o sandalias ibicencas.
La
enorme demanda de este tipo de
calzado, también hizo que fuese necesario poner al servicio de su fabricación
los nuevos avances tecnológicos. Sin embargo, el factor artesanal sigue ocupando un lugar importante dentro de la
cadena de producción del mismo.
Las
menorquinas han ido evolucionando a lo largo de la historia para atender a las
necesidades que las circunstancias van marcando, pero sin perder la esencia y el sabor a tradición que las caracteriza.
En la actualidad, las abarcas menorquinas, además de ser un calzado cómodo, flexible, transpirable y natural, también son fiel reflejo de las tendencias que marca la moda, en cuanto a colores y diseños. No lo dudéis!, la abarca menorquina es siempre una buena opción para estar frescos, cómodos y a la moda este verano.
La
cultura megalítica, es decir, las civilizaciones cuyos restos conservados
consisten en “grandes piedras”
(dolmen) dispuestas de manera estudiada son una forma magnífica para poder ver
cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria hace más de 6.000 años.
Desde
el Neolítico y hasta la Edad del Bronce, periodos de la Edad de Piedra, la
cultura megalítica se desarrolló en todo el mundo, aunque el término localiza
la etapa entre el Mediterráneo y la zona
Atlántica de Europa.
Lo
primero que suele aparecerse en la mente del viajero al ver estos enormes
monumentos prehistóricos es, ¿pero cómo
pudieron construirse sin los avances técnicos modernos? La cuestión en sí
misma ya otorga cierto acercamiento a una cultura tan alejada de la nuestra,
porque nos ofrece una nueva dimensión de los seres humanos: pensaban,
planeaban, estructuraban, se comunicaban, todo ello para conseguir erigir estos
monumentos.
Ahora
bien, ¿por qué razón se construían, con
el esfuerzo y la dedicación que debía conllevar? Tampoco está claro que
fueran grupos estables en un territorio, por lo que todavía da más misterio a
la cuestión.
Algunos
estudiosos coinciden en la función
sepulcral del monumento, una costumbre que revela la conciencia religiosa
del grupo y la creencia en el más allá, además del recuerdo sentimental de la
persona que los deja, no muy diferente de las formas actuales. Por otro lado,
otros investigadores apuntan a una función
de tipo amenazante, en la que estas construcciones pondrían de manifiesto
la pertenencia del territorio a un determinado grupo, reforzando la identidad
(otro factor inesperado) frente a los demás.
Sea
como sea, en España han quedado muchos
de estos testimonios de arquitectura prehistórica y muchos de ellos se
encuentran en un estado de conservación muy buena.
Hoy
te invitamos a conocer el dolmen de Sorginetxe (traducido del euskera “La casa
de las brujas”), en Arrizala (Álava), construido aproximadamente en el año 2500 antes de Cristo. A 5
kilómetros de Zadorra Etxea, junto a la Sierra
de Entzia, el dolmen se encuentra muy bien conservado y es de fácil acceso.
Fue
descubierto por los científicos en 1831
y excavado por el señor J. Apraiz en 1890, quien recogió puntas de flechas y
restos óseos humanos. Todos ellos en paradero desconocido.
Nunca
se ha conocido túmulo y según los estudios de J.M. Apellaniz de 1973 “La losa
de la pared oeste forma ventana y tiene rastros de labrado formando un suave
levantamiento o convexidad”. Y además informa que “existieron próximas al
dolmen cuatro losas grandes que fueron destruidas y de las que no se conoce la
relación con el dolmen”.
Se
trata de uno de los monumentos
megalíticos mejor conservados de Euskadi. Está formado por cinco piedras
calizas verticales, y la que las cubre, alcanza en su punto más alto unos 2,3
metros.
Según JM de Barandiaran (1972) que recoge muchas leyendas relacionadas con estos monumentos megalíticos, comenta que “el dolmen de Arrizala, que fue construido con grandes piedras, aún tiesas, traídas por la Sorguin (Brujas) en las puntas de sus ruecas durante una noche…” Al menos 16 dólmenes alaveses han sido declarados por el Gobierno Vasco como Bien Cultural Calificado en la categoría de Conjunto Monumental.
Las construcciones megalíticas que han obtenido este reconocimiento son las de Sorginetxe, en Arrizala; Aizkomendi, en Eguilaz; San Sebastián I, San Sebastián II, Gurpide Sur y Gurpide Norte, en Kuartango; el Montecillo, en Villabuena de Álava; la Chabola de la Hechicera y el Encinal, en Elvillar; Layaza, San Martín, Alto de la Huesera y los Llanos, en Laguardia; el Sotillo, en Leza; y la Mina y la Lastra, en Lantarón.
La
Iglesia Catedral-Basílica Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de
Valencia, llamada popularmente la Seu
en valenciano, se encuentra en pleno casco
histórico de Valencia.
La
Catedral es sede del Arzobispado de
Valencia y está dedicada a Jaume I el Conquistador. La Catedral se eleva
encima de la antigua Mezquita de
Balansiya ya que se construyó para marcar el territorio de los cristianos
frente a los musulmanes.
Es
interesante saber que además de la
construcción actual realizada encima de la antigua mezquita de la ciudad, ésta
se edificó encima de otra antigua
iglesia visigoda y ésta, a su vez, utilizó un templo romano como base.
La
catedral de Valencia fue consagrada en el
año 1238 por el primer obispo de Valencia posterior a la Reconquista, Fray
Andrés de Albalat.
El
gótico valenciano es el estilo
constructivo predominante de esta catedral, aunque también contiene elementos
del románico, del gótico francés, del renacimiento, del barroco y neoclásico.
En
su interior se venera el Santo Cáliz,
fechado del siglo I, y dado a la catedral por el rey Alfonso el Magnánimo en
1436. Aunque parezca una leyenda,
parece que hay muchos datos que aseguran que esta copa fuera la elegida por
Jesús en su última cena. Se basan en la datación del cáliz, que es anterior al
nacimiento de Cristo y de proveniencia oriental. Lo único que sería verdadero
sería la parte superior de la copa, ya que las asas y los adornos son de época
medieval.
Contiene
algunas de las primeras y mejores
pinturas del Quattrocento de toda la Península Ibérica, que llegaron de
Roma a través de artistas contratados por Alejandro VI. Este último Papa
valenciano, cuando aún era el cardenal Rodrigo de Borja, hizo la petición para
elevar la sede valentina al rango de
Metropolitana, categoría que le fue otorgada por el papa Inocencio VIII en
1492. Unos frescos sin duda que no deberías perderte, ya que puede tratarse de una de las primeras obras
del primer Renacimiento.
Recomendamos saber los horarios y tarifas antes de realizar las visitas.
Origen e Historia de
la catedral de Valencia
Dicen
las crónicas que el sábado 9 de octubre del año 1238 hacia su entrada en la
recién conquistada ciudad de Valencia, el rey
Jaime I el Conquistador. Inmediatamente se dirigió a la Mezquita Mayor, y
previa purificación puso la nueva Catedral bajo la advocación de «Nostra
Dona Santa María». Jaime I había hecho promesa pública en Lérida el 28 de
Octubre de 1236 de restituir la Iglesia Catedral de Valencia.
La
Catedral desde la plaza de la Reina La Catedral de Valencia desde su inicial consagración en 1238, se encuentra bajo
la advocación de la Santísima Virgen María, ante cuya imagen (un icono de la Virgen pintada sobre madera) celebró la
primera misa el obispo Pere de Albalat. Según la tradición, dicha imagen era
propiedad del mismo Jaime I que la llevó consigo en toda la campaña de la
conquista del reino musulmán de Valencia. Sobre el destino de esta imagen que
se encontraba en la Catedral desde los tiempos de la Reconquista, se sabe que
fue quemada durante la Guerra Civil en 1936.
Sobre
la consagración de la mezquita mayor
existen muchas leyendas. Una de ellas narra como el rey, armado con un martillo
de plata, destrozó las paredes del templo donde todavía quedaba decoración
musulmana. A esta tarea se sumarían sus hombres, dejando la mezquita convertida
en ruinas en pocas horas (recogido por Josef Teixidor en su libro Antigüedades
de Valencia). Pero esto es solo leyenda, ya que la Mezquita Mayor fue usada
como Catedral hasta la construcción del actual templo.
La
sede catedralicia valentina fue constituida desde el mismo momento de la
reconquista en 1238, pero no será hasta el año 1262 cuando den comienzo las obras de construcción de una
Catedral de nueva planta.
El 1931 fue declarada
monumento historicoartístico,
pero durante la Guerra Civil Española fue incendiada, razón por la que se
perdieron parte de sus elementos artísticos. El coro, situado en la parte
central, fue desmontado en 1940 y trasladado al fondo del altar mayor. Los
órganos, que habían sufrido importantes daños durante el conflicto bélico, no
fueron reconstruidos.
En
1972 se emprendió la tarea de
recuperación del gótico de la catedral, que significó la retirada de casi
todos los elementos clásicos. Solo quedó como decoración clásica la mayor parte
de las capillas laterales y de la girola, y algunos elementos puntuales, como
las esculturas sobre las pechinas del cimborrio.
Arquitectura de la
catedral de Valencia
La
iglesia es de planta medieval de tres naves con crucero cubierto con cimborrio,
girola y ábside poligonal.
El estilo dominante es
el gótico, ya que la
estructura principal se construyó durante los siglos XIII y XV, aunque también
podemos encontrar elementos del barroco, románico, renacimiento e incluso
neoclasicismo, ya que su construcción se alargó en el tiempo y ocupó varios
siglos.
Es
curioso saber que a la derecha de la Puerta de los Apóstoles se encuentra un reloj de sol. Si te fijas bien, podrás
ver la aguja vertical, llamada nomón y si tienes una vista de lince, puede que
hasta vislumbres las rayas y los números que marcaban las horas.
La
Catedral, en su exterior, está
compuesta por la Puerta de l’Almoina o del Palau (románico) , la Capilla de
Sant Jordi; la primera donde se celebró misa, l’ Obra Nova de estilo
renacentista italiano, el Micalet – Miguelete de estilo gótico valenciano, la
Puerta de los Apóstoles, del gótico francés y la Puerta de los Hierros, de
estilo barroco italiano.
La
Puerta de l’Almoina o del Palau fue
realizada entre los años 1260 y 1270, en estilo románico con influencias
orientalizantes y mudéjares. Se encuentra en la zona más antigua. Su origen
está todavía por determinar lo cierto es que se haya emplazada en el lugar que
ocupaba antiguamente la quibla de la antigua mezquita árabe. Se conoce con el
nombre de Puerta del Palau porque su frente se abre a la plaza en la que se
encuentra el Palacio Arzobispal. La portada es abocinada, con seis arquivoltas de medio punto que apoyan
sobre finas columnas (es de destacar la decoración de las arquivoltas).
Conviene admirar los ventanales góticos
que la coronan cuya utilidad primordial era la de servir de tribunas desde
donde contemplar los actos públicos que se realizaban en la plaza de la Virgen.
De
todos es sabido que la torre del campanario de la Catedral de Valencia es el Miguelete pero, ¿por qué se llama como
una persona? ¿El nombre del arquitecto era Miguel? ¿Su padre? Pues en realidad
viene de la campana mayor, la encargada de marcar las horas, que fue bautizada
el día de San Miguel.
Por
lo que respecta al interior,
destacar la Capilla del Santo Cáliz, la girola y la nave principal y laterales
del gótico y el altar mayor, con unas pinturas muy bellas y recién restauradas
de estilo renacentista, con algún añadido procedente del barroco.
La
capilla del santo Cáliz, fue
construida alejada del cuerpo principal, a mediados del siglo XIV,
concretamente entre los años 1356 y 1369, justo en el momento en el que
constaba como maestro mayor de la Catedral, Andrés Juliá. En ella se encontraba
la antigua sala capitular. Se dispone como un espacio único, de proporciones
casi cúbicas y en origen, exento de la catedral. Es de planta cuadrada con
trece metros de lado. Resalta su extraordinaria bóveda estrellada, de crucería y planta octogonal con pequeñas
bóvedas triangulares esquinales. Fueron Pere Compte y Asensi Fos los que
hicieron posible su unión definitiva a la Catedral mediante un pasadizo.
La girola cuenta con
ocho capillas. En el
año 1771 se proyectó una reforma de corte neoclásico auspiciada por Antonio
Gilabert que recubrió por completo ésta y el resto de la iglesia. En la última
restauración efectuada se limpiaron algunos de sus ornamentos, quedando al
descubierto parte de los arcos y muros
góticos originales. El ábside es de planta poligonal y está cubierto por
una bóveda gallonada de seis nervios. Muestra cinco ventanales y se comunica
con la girola por dos puertas laterales Algunos especialistas señalan que la nave principal fue terminada antes de
finalizar el siglo XIII.
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