ACUEDUCTO DE SEGOVIA; restos romanos en España

18 enero, 2014 at 19:35

Acueducto de Segovia

El Acueducto de Segovia es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y su arquería es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la Península Ibérica.

Se trata probablemente del símbolo más importante para los habitantes de Segovia, hasta el punto de figurar en su escudo. La falta de inscripción, que estaba situada en el ático del acueducto, hace que no se pueda saber con certeza la época exacta en que fue construido. Los investigadores lo sitúan entre la segunda mitad del siglo I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano o Nerva. No se conoce el origen de la ciudad. Sí se sabe que la zona estaba poblada por los vacceos antes de su conquista y que quizá hubiese asentamientos de tropas para su control y vigilancia. En cualquier caso, la zona perteneció al convento jurídico de Clunia.

Su misión era la de traer agua desde el río Frío, en la cercana sierra de Guadarrama, para el abastecimiento de la población. El tramo más conocido del Acueducto de Segovia tiene 760 metros de longitud, y en su tramo más elevado consta de dos cuerpos de grandes arcadas de sillares de granito sobre las que discurre la conducción de agua.

El núcleo del acueducto lo componen 44 grandes arcos, sobre los que se apoyan 119 arcos más pequeños. Tanto los arcos inferiores como los superiores se sujetan sin la utilización de ningún tipo de argamasa, simplemente por el equilibrio entra las fuerzas y los pesos de sus piedras. La mayor altura del Acueducto de Segovia se consigue en la Plaza del Azoguejo, donde esta fenomenal construcción alcanza los 30 metros de altura.

arco del acueducto de segovia

Obra extraordinaria, en la que la utilidad convive con la armonía y la belleza, ha prestado servicio a la ciudad hasta fechas recientes. A través de los siglos, apenas ha sufrido modificaciones.

Sólo durante el ataque contra Segovia dirigido en 1072 por el musulmán Al-Mamún de Toledo sufrieron deterioro 36 arcos; los daños fueron restaurados en el siglo XV por Fray Juan de Escobedo, monje del Parral. Desde antiguo, existen dos hornacinas que probablemente protegían a dioses paganos, sustituidas en tiempo de los Reyes Católicos por las imágenes de San Sebastián y de la Virgen. Bajo las hornacinas existió una leyenda en letras de bronce, relativas a la fundación del puente, de la que hoy sólo queda el rastro de la inscripción.

Debido al mayor grado de conservación del tramo del puente del Acueducto, muchas personas desconocen que el tramo por el que discurrían las aguas se compone de aproximadamente 15 kilómetros. Este recorrido por las calles de Segovia se inicia a la entrada de la ciudad por la carretera de La Granja y llega hasta el mismo Alcázar. El tramo completo incluye canalización a ras de suelo y arquetas o desarenadores en las que se filtraban las impurezas del agua.

Cuenta una vieja leyenda que circula por Segovia, que el Acueducto fue obra del diablo. Según esta leyenda, hubo una vez una moza que servía en la casa de un adinerado hombre de la ciudad. Cada día, la joven tenía que traer hasta la casa el agua fresca del río. Tanto era el trabajo de bajar y subir cántaros de agua que un día de desesperación invocó al diablo ofreciéndole su alma con tal de no tener que ejercer nunca más aquella ingrata tarea. El diablo escuchó las súplicas de la chica y se acercó a ella para cerrar el trato, de manera que acordaron que el diablo haría algo para que la joven no tuviera que acarrear tanta agua. Pero tendría que hacerlo antes de que saliera el sol. Sólo así podría apoderarse del alma de la joven. Según la leyenda, el diablo estuvo trabajando toda la noche sin tregua, construyendo un enorme puente con el que traería el agua desde la parte alta de la ciudad. Pero cuando sólo faltaba una piedra por colocar, despuntó el primer rayo del amanecer y la chica pudo así salvar su alma.

El Cochinillo de Segovia

Cochinillo de Segovia

El eje fundamental de la cocina segoviana es sin duda el cochinillo y el plato que le ha dado gloria a ésta. El  alto aprecio que millones de comensales tienen por él se debe solamente  a una cosa : un producto único.

La crianza del cochinillo se debe hacer  con leche materna  y sin comer otro alimento que no sea esa leche para que mantenga ese sabor tan delicado y especial. El tamaño de consumo de un cochinillo es pequeño como su diminutivo  indica (cochinillo), no más  de 6 kilos y de poder elegir el mejor tamaño es el cercano a los 4 kilos y medio. Esto da como resultado que no se necesite otra cosa al cocinarlo que el propio cochinillo pues si se cumple lo anteriormente dicho no sabrá fuerte.

Sin despreciar la crianza de otros tipos de cerdos en el resto del mundo que también tienen su lugar en una rica gastronomía, sólo en Segovia se puede disfrutar de la carne de cerdo sin artificios. Es decir, criados en su propia esencia.

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DOLMEN DE AXEITOS; cultura megalítica en España

18 diciembre, 2013 at 17:30

 

Dolmen-de-Axeitos

La cultura megalítica, es decir, las civilizaciones cuyos restos conservados consisten en “grandes piedras” (dolmen) dispuestas de manera estudiada son una forma magnífica para poder ver cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria hace más de 6.000 años.

Desde el Neolítico y hasta la Edad del Bronce, periodos de la Edad de Piedra, la cultura megalítica se desarrolló en todo el mundo, aunque el término localiza la etapa entre el Mediterráneo y la zona Atlántica de Europa.

Lo primero que suele aparecerse en la mente del viajero al ver estos enormes monumentos prehistóricos es, ¿pero cómo pudieron construirse sin los avances técnicos modernos? La cuestión en sí misma ya otorga cierto acercamiento a una cultura tan alejada de la nuestra, porque nos ofrece una nueva dimensión de los seres humanos: pensaban, planeaban, estructuraban, se comunicaban, todo ello para conseguir erigir estos monumentos.

Ahora bien, ¿por qué razón se construían, con el esfuerzo y la dedicación que debía conllevar? Tampoco está claro que fueran grupos estables en un territorio, por lo que todavía da más misterio a la cuestión. Varias teorías se han propuesto para intentar responder a esta y otras preguntas de los hombres de la Prehistoria.

Algunos estudiosos coinciden en la función sepulcral del monumento, una costumbre que revela la conciencia religiosa del grupo y la creencia en el más allá, además del recuerdo sentimental de la persona que los deja, no muy diferente de las formas actuales. Por otro lado, otros investigadores apuntan a una función de tipo amenazante, en la que estas construcciones pondrían de manifiesto la pertenencia del territorio a un determinado grupo, reforzando la identidad (otro factor inesperado) frente a los demás.

Sea como sea, en España han quedado muchos de estos testimonios de arquitectura prehistórica y muchos de ellos se encuentran en un estado de conservación muy buena.

El dolmen de Axeitos (Ribeira, A Coruña), también llamado “A Pedra do Mouro”, es uno de los más antiguos, mas grandes y mejor conservados de Galicia. Es de entre el 4.000 y el 3.600 antes de Cristo y está situado en la península del Barbanza en la provincia de A Coruña, más concretamente en Axeitos, lo que le da el nombre.

Conforma junto con el dolmen de Dombate, también en la provincia de A Coruña, uno de los ejemplos de mayor monumentalidad e importancia patrimonial de vestigios megalíticos en Galicia.

La tumba colectiva de Axeitos se encuentra en medio de un pequeño bosque de robles, en mitad de una zona verde cercada con grandes losas de granito. La intervención en el recinto, donde se ubica un parque infantil, denota a las claras la consideración especial que tiene este monumento y la necesidad de su preservación. El pequeño letrero de la entrada anuncia que estamos ante un monumento funerario conocido como “A Pedra do Mouro” que lleva aquí casi 6.000 años, y advierte: “No suba a la cubierta”.

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Se trata de un monumento funerario megalítico, levantado en época neolítica y compuesto por ocho grandes lajas (piedras de gran tamaño planas) de granito hincadas en la tierra conformando una planta poligonal sobre la que se apoya otra losa horizontal de 4,5 por 3,5 m. Todavía conserva dos de las lajas que conformarían el corredor de entrada.

En la parte interna de la cámara, podéis encontrar fácilmente dos motivos grabados —uno en forma de cruz, que podría representar una figura humana, y otro consiste en un surco vertical del que salen hacia un lado otros dos surcos—. Estos son antiguos y aparecen en otros dólmenes en Galicia y el resto de la península. Lo que nada tiene que ver con el arte de los primeros pobladores de estas tierras es la figura de un pez que aparece en la parte externa del dolmen, que no es otra cosa que una vergonzosa agresión a este bien del patrimonio arqueológico gallego.

Dolmen-de-Axeitos-3

Además de este dolmen podéis encontrar numerosos restos arqueológicos de la misma época en la carretera que asciende al mirador de A Curota.

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LA BOTA DE VINO; artesanía con historia

5 septiembre, 2013 at 17:05

bota_de_vino_de_españa

La bota es un recipiente que se utiliza para contener cualquier clase de líquido, aunque principalmente se suele utilizar para conservar en su interior vino. España es el país con más tradición ‘botera’ del mundo. En cualquier festividad tradicional este instrumento emerge como una de las estrellas pasando entre los amigos.

La bota ha sido muy importante en la historia española, siendo uno de los recipientes más usados por el pueblo.

La historia de la bota se pierde en los tiempos más remotos. Encontramos testimonios escritos de su existencia ya en la antigua Grecia (Homero en la Odisea cuando su héroe Ulises emborracha al cíclope Polifemo dándole vino en odres), en la Biblia (Noé emborrachado por sus hijos), en el inmortal Quijote de Cervantes (cuando el viejo hidalgo destroza a mandobles y estocadas los pellejos del ventero) y a lo largo de todo el Siglo de Oro de la literatura española las referencias se multiplican.

Ligera, flexible, resistente, respetuosa con el medio ambiente, de fácil trasiego, impermeable, práctica, higiénica, atractiva, de simple pero perfecto diseño, la bota de vino es, a la vez, legado de nuestro pasado y un producto libre de los imperativos de la moda que encandila a quien sabe disfrutar de los placeres básicos de la vida.

Los modelos tradicionales tienen forma de gota o de lágrima y suelen tener la boca curvada para facilitar el traspaso del líquido desde el recipiente hasta la boca del usuario.

Hay dos tipos de bota de vino, las de interior de pez (derivado de la resina del pino o enebro para impermeabilizar el interior de la bota) y las de interior de látex. Las botas de látex en vez de disponer de pez como aislante interior, tienen una funda de material látex, con la forma de la bota, la cual contendrá el líquido que se le añada a la bota.

La bota de vino de interior de pez, es la bota original, tradicional de toda la vida, de nuestros ancestros. Nuestra recomendación es que si la quieres principalmente para su uso con vino elijas la de interior de pez. Si la quieres para agua, bebidas dulces o carbonatadas, tu elección debería de ser el látex.

La bota de vino es un producto típico de España, cualquier ocasión es una buena excusa para disfrutar de su uso junto a los compañeros de romería, excursión o trabajo. Es una tradición que no se perderá a pesar de los nuevos recipientes que las grandes empresas lanzan al mercado constantemente.

Proceso de fabricación artesanal de la bota de vino tradicional

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LA PIEL, MATERIA PRIMA

La piel empleada para la bota tradicional es la piel natural de cabra, procedente de las ganaderías de la zona cuidadosamente seleccionada de los pieleros.

Una vez secada se curte con extractos vegetales o taninos, corteza molida obtenida de los árboles (mimosa, pino y encina).

La piel se recibe entera. Con la ayuda de un patrón se realiza el corte.

Una vez cortada la piel se dobla por el centro, haciendo coincidir los bordes, dando forma a la bota. Para la fabricación de la bota, la piel se coloca de manera inversa a su forma natural, quedando luego recubierta con la capa de pez.

COSIDO

Una vez realizado el corte se procede a coser la bota. Primero se la somete a un hilvanado o embastado, como se designa a esta acción dentro del gremio. El cosido exterior, la costura propiamente dicha, se realiza con máquina de coser desde hace muchas décadas en forma de trenzado lo que permite el hermetizado.

Una vez cosida hay que darle la vuelta quedando la costura por la parte interior. Este proceso requiere una alta experiencia del artesano con el palo. Primero se sopla con fuerza para hincharla y con un movimiento rápido de muñeca se da la vuelta sobre la vara.

EMPEGADO

Llegados a este punto, la bota de vino estaría lista para colocar el impermeable en el interior. La pez, que tras ser cocida en ese momento es liquida, se jalea para que impregne todo el interior. Una vez que se enfría la pez, queda ya la bota impermeabilizada.

La pez es un producto resinoso vegetal extraído del pino o enebro, elaborada y degustada por el botero a muy altas temperaturas, para dar el impermeable interior de la bota.

En las botas de látex, el proceso de empegado es totalmente sustituido introduciendo en su lugar una vejiga de látex que realiza la misma función de impermeabilizante.

Posteriormente se introduce el brocal o boquilla, lugar por donde se llenará la misma.

ACABADOS

Por último se realiza el proceso de ajustado de costuras, comprobación y curado de la bota de vino.

Para finalizar se colocan el cordón y cordoncillo y la bota ya estaría lista para su uso.

Preparación para el uso de las botas y mantenimiento

  1. Quitar el papel que obtura el cierre.
  2. Calentar la bota, al sol o cerca de un radiador de calefacción.
  3. Frotar enérgicamente la costura.
  4. Hinchar la bota soplando suavemente por el brocal, no debe forzarse. En caso de que ofrezca alguna dificultad, caliéntela de nuevo.
  5. Llenarla con un vaso de agua para humedecer la costura. No se preocupe si al principio deja pasar alguna gota de agua. Esto ocurre hasta que la costura toma tensión y se cierra totalmente.
  6. Introducir el vino y mantenerla tumbada durante 5 ó 6 días haciendo que el vino pase por todo el interior.
  7. Tirar este primer vino y la bota ya está dispuesta para su utilización.
  8. Los primeros días es conveniente cambiar el vino con frecuencia. Procurar que las paredes de la bota no se peguen durante estos primeros días.

Cuando se prevea que la bota no va a ser utilizada durante algún tiempo, conviene deshincharla y obturar el brocal con un trapito o papel para evitar que la pez manche la rosca del brocal. Es preferible guardarla echada para evitar que la pez se escurra.

Cuando vaya a ser nuevamente utilizada, proceda a hincharla con el mismo cuidado que la primera vez. MUY IMPORTANTE: no engrase la bota.

El vino puede durar dentro de una bota 2 o 3 días. Si el vino se avinagra, vacía la bota, lava su interior con agua, vuelve a echar agua en su interior con 5 gotas de lejía y déjala así tumbada y sin aire 24h, luego vuelve a lavar el interior de la bota con agua hasta quitar el olor a lejía..


LA NAVAJA DE ALBACETE; artesanía con historia

25 julio, 2013 at 10:50

De la ciudad española de Albacete viene el dicho de que «la navaja de Albacete no se regala, se vende al amigo a un precio simbólico, para que no se corte la amistad».

Al parecer la cuchillería de Albacete fue heredada de los musulmanes, algunas particularidad así como varios indicios documentales indirectos así parecen indicarlo.

La navaja clásica española apareció al final del siglo XVI. En los siglos XVII y XVIII, los cuchilleros florecieron en la región albacetense, la fabricación de navajas estaba en manos de moriscos de la región, que eran muy hábiles artesanos para fabricar cuchillos y armas blancas.

La fabricación de navajas fue históricamente uno de los motores fundamentales de la economía albaceteña, a pesar de los altibajos sufridos debido, entre otros motivos, a la competencia venida de Francia, Inglaterra o Alemania.

La navaja de Albacete se desarrollaba artesanalmente, puesto que no se introdujo fuente de energía moderna como el vapor o la hidráulica, que ya utilizaba la dura competencia extranjera. Así, Eugenio Larruga, en sus Memorias de 1789, informa del precio exorbitante que tienen las tijeras y navajas que se fabrican, porque no se utilizan máquinas en su producción. Esto sólo se vio parcialmente compensado con la llegada de la electricidad bien entrado ya el siglo XX.

origen fabricacion navaja albacete

Los testimonios afirman que la cuchillería albacetense es reconocida en toda España y Europa por su calidad y belleza.

La navaja albaceteña tiene una gran variedad de formas, que le dan su nombre: albaceteña, capaora, jerezana, pastora, punta espada, estilete, punta cortada, anilla, tranchete, machete y sevillana. Cada una de ellas tiene su uso específico. Típico de la navaja de Albacete es el mecanismo de muelle o de carraca.

navaja-de-albacete

No solo se producen navajas sino también tijeras, puñales, dagas y en la actualidad hasta escalpelos para medicina. En Albacete capital, y en Madrigueras la evolución de la producción artesanal ha dado lugar a una moderna industria cuchillera, que convive con la artesanía de la navaja produciendo, con un extraordinario mérito artístico, verdaderas joyas, que añaden al trabajo del acero el labrado especial del puño en cuerno, asta, nácar u otros materiales.

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Hasta hace unos veinticinco años todavía salían los cuchilleros, con el enorme muestrario alrededor de la faja, a los trenes y autobuses para ofrecer las navajas y cuchillos a los viajeros. Por iniciativa de la Asociación de Cuchillería y Afines (APRECU) esta emblemática figura del vendedor de navajas, ya desaparecida, está representada en el Monumento al Cuchillero, ubicado en la Plaza del Altozano.

En el mes de septiembre de cada año, dentro de un fin de semana, la capital cuchillera del mundo, Albacete-España, celebra la Feria Albaceteña, en la que participan las mejores fábricas de cuchillos y navajas de la ciudad y, por ende, los mejores cuchilleros del mundo.

La historia de la cuchillería albaceteña puede visitarse en el Museo de la Cuchillería de Albacete, localizado frente a la Catedral, en la conocida Casa de Hortelano, en el que el visitante puede aprender el proceso de fabricación y revisar un completo repertorio de navajas de diferentes procedencias y épocas..