CATEDRAL DE SEGOVIA; catedrales de España que merece la pena visitar

14 marzo, 2014 at 8:56

CATEDRAL DE SEGOVIA

La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, es una catedral construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas.

La catedral de Segovia es una de las catedrales góticas más tardías de España y de Europa, erigida en pleno siglo XVI (1525-1577), cuando en la mayor parte de Europa se difundía la arquitectura renacentista.

Se construyó con la colaboración desinteresada de los segovianos, bajo la dirección de los arquitectos de la familia Gil de Hontañón, para sustituir a la Catedral Vieja.

En la historia de Segovia han existido tres catedrales, la más antigua conocida como la primitiva y enclavada en las orillas del rio Eresma, fue destruida durante la persecución arriana del año 516.

La segunda catedral, conocida como la antigua, fue mandada construir por el rey Alfonso VII (1126-1157) en estilo románico y consagrada en el año 1228, encontrándose situada en las cercanías del actual Alcázar, en el lugar que hoy ocupan los jardines que anteceden al castillo. Esta catedral tenía tres naves, crucero y un claustro gótico que es de lo poco que quedó después de su destrucción.

La actual Catedral fue mandada construir por el rey Carlos I, ya que la anterior románica construida por Alfonso VII fue destruida en 1520 durante las guerras de las Comunidades, al hacerse fuerte las tropas comuneras en la Catedral, frente a las tropas imperiales situadas en el Alcázar, a escasos metros de distancia.

La Catedral de Segovia con planta de cruz latina, se compone de tres naves, capillas laterales, crucero, cabecera con girola y capillas radiales además de la torre y el claustro. Las cubiertas se cierran con bóvedas de crucería. Al exterior la girola se cubre con gran cantidad de pináculos y adornos de tracería gótica

Dispone de tres puertas, la del Perdón situada en el oeste, la de San Frutos en el norte y la de San Geroteo al sur. La catedral está construida en piedra caliza, y a título de curiosidad indicaremos que la cabecera se sitúa sobre parte de lo que era el barrio judío de la época.

La torre, situada en el lado de la Epístola, es uno de los elementos más llamativos por su gran altura; de planta cuadrada, tiene 88 metros de altura y en su momento fue la más alta de España, estaba construida toda ella en estilo gótico y terminaba en un chapitel de madera de caoba, traída de América y que fue destruida por un rayo en 1614, por lo que el arquitecto Mugaguren colocó en su lugar una cúpula de estilo herreriano (muy parecida a la existente en el crucero) y rebajando su altura en 12 metros.

TORRE DE LA CATEDRAL DE SEGOVIA

Ha estado habitada hasta mediados del siglo XX por el campanero. Constituye un privilegiado mirador sobre la ciudad, aunque sólo es posible acceder a ella con un permiso especial del Cabildo.

La grandiosidad y armonía de dimensiones define el interior. Observación pausada merecen las vidrieras (s. XVI), el Retablo Mayor dedicado a Ntra. Sra. de la Paz (s. XIV), donada a la ciudad por Enrique IV, la sillería del coro (fines del s. XV) procedente de la Catedral Vieja, los bellos órganos barrocos, la rejería o el trascoro neoclásico que guarda la urna con las reliquias de San Frutos.

INTERIOR CATEDRAL DE SEGOVIA

Alberga 18 capillas que se encuentran en la girola y en las naves laterales, con importantes pinturas y esculturas. En su interior destacan el Calvario románico situado en la entrada de la Capilla del Sacramento; el tríptico de Ambrosius Benson y el retablo de la Piedad, de Juan de Juni, en la Capilla del Santo Entierro, junto a la Puerta de San Frutos; y el Cristo Yacente de Gregorio Fernández.

Un claustro de Juan Guas procedente de la antigua catedral románica y trasladado piedra a piedra a su actual emplazamiento, precede a las salas del Museo Catedralicio. El Archivo Catedralicio conserva más de 500 incunables, entre ellos el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.

Incunable Sinodal de Aguilafuente

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ANFITEATRO DE TARRAGONA: restos romanos en España

9 marzo, 2014 at 20:07

Anfiteatro_romano-tarragona

Tarraco (Tarragona) fue una antigua ciudad romana. Durante el Imperio romano fue una de las principales ciudades de Hispania y capital de la provincia romana Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis. El nombre completo de la ciudad era Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco. En el año 2000, el conjunto arqueológico de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

El Anfiteatro completó la trilogía de edificios de espectáculos (teatro, circo y anfiteatro) distintivos de una ciudad romana de primer nivel, capital de una de las provincias imperiales. Su construcción es el resultado de la donación evergética de un flamen provincial (sacerdote imperial) cuyo nombre se desconoce, aunque se sabe que vivió a principios del siglo II dC.

Fue construido a finales del siglo II d.C., en un espacio que había sido un área funeraria.

El Anfiteatro se situó fuera del núcleo urbano, aunque muy cerca de la ciudad. Este emplazamiento no es ocasional, ya que se hallaba muy próximo a la Vía Augusta, poco antes de que esta se adentrara en la ciudad, y cerca de la playa, donde se descargaban los animales que debían participar en los espectáculos.

tarragona en la epoca romana

En este edificio se organizaban dos tipos de actividades: las luchas de gladiadores (munera) y las luchas o cacerías de fieras (venationes). Además, el Anfiteatro también era el lugar donde se ajusticiaba a los condenados a muerte.

Edificio de forma oval cuyas gradas se excavaron en la roca. El anfiteatro mide 109,5 por 86,5 metros en total y tenía capacidad para unos 14.000 espectadores.

La arena, o espacio donde se desarrollaba el espectáculo, presenta unas dimensiones de 62,50 m por 38,50 m. Surcando la arena se hallaban las fossae. En una pequeña sala a modo de capilla se descubrió una pintura mural que representaba a Némesis, la diosa protectora de los gladiadores (hoy en día se exhibe en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona). Asimismo, la arena está separada de las gradas por un pódium de 3,25 m de altura. Las gradas o cavea estaban divididas en tres sectores o maenianae. Estas gradas se construyeron recortando la roca en el lado norte y apoyándolas sobre bóvedas en el resto del edificio. Se han localizado también la tribuna, las puertas principales de salida a la arena y una pequeña parte de la fachada.

Este edificio se reformó en el año 221, durante el reinado de Heliogábalo. Años más tarde, el 21 de enero del 259, el obispo cristiano Fructuoso y sus dos diáconos, Augurio y Eulogio, fueron quemados vivos en la arena del Anfiteatro. Este hecho motivó en el siglo VI la construcción de una basílica visigótica de culto dedicada a estos mártires. Durante el siglo XII se edificó la iglesia románica de Santa María del Miracle sobre la primitiva basílica paleocristiana.

En la actualidad es considerado popularmente, como uno de los monumentos romanos más representativos en la península y se puede observar tal y como quedo después de la restauración que se realizo en los años 70 del siglo XX. Se conserva parte de la grada tallada en la roca, muy erosionada, y una parte de la grada meridional, sustentada sobre bóvedas de hormigón.

El Anfiteatro, el Circo, el Foro Provincial, el Foro de la Colonia, las Murallas, la Cantera, la Casa Canals y la Casa Castellarnau forman parte del Museo de Historia de Tarragona, que cuenta con una entrada conjunta para visitar todos estos monumentos.

Hoy en dia, durante el festival de recreación histórica Tàrraco Viva que se celebra a mediados de mayo, se pueden ver las gradas llenas de gente jaleando a los luchadores. Es un ejemplo de la vitalidad de los yacimientos romanos de Tarragona, alrededor de los cuales se hacen representaciones, talleres, visitas guiadas y conferencias con el objetivo de dar a conocer el pasado romano de la ciudad. Cuando no hay visitantes, es el rumor de las olas que llega de la cercana playa del Miracle el que recuerda el clamor del público vibrando en los asientos del anfiteatro.

Tarragona en la epoca romana

Muchos de los tesoros que se han descubierto en el subsuelo de la ciudad i en otras poblaciones cercanas se pueden observar en el Museu Nacional Arqueològic, un espacio de conservación que permite entender el origen de la romanización en la península Ibérica. En el museo se ofrecen visitas guiadas y actividades didácticas cada fin de semana. Se explica cómo eras las máscaras teatrales y los títeres romanos, cómo se usaban las plantas medicinales o con qué jugaban los niños de la época.

Muralla romana-Tarragona

Tras aprender algunos secretos de la vida cotidiana en Tárraco, merece la pena acercarse hasta el monumento más antiguo y mejor conservado: la muralla, construida con bloques traídos de la cantera del Mèdol. El paseo arqueológico que sigue los grandes muros permite admirar la magnitud de las piedras ciclópeas y ofrece rincones ideales para el reposo. Destaca la torre de Minerva, donde se encuentra el relieve romano más antiguo de la Península, i el Centre d’Interpretació de les Fortificacions, que explica con una exposición la evolución del sistema defensivo de la ciudad.

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EN UN LUGAR DE LA MANCHA; primera etapa de la ruta de Don Quijote

16 febrero, 2014 at 20:52

Ruta de Don Quijote_Molinos de Viento

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho que vivía un hidalgo al que se llamó Don Quijote… Hace ahora cuatro siglos, Miguel de Cervantes estaba dando al mundo una de las grandes joyas de la literatura mundial. Su protagonista, Don Quijote de la Mancha, sería un prototipo literario íntimamente ligado a la tierra por la que discurren sus desventuras.

En varios artículos te vamos a ofrecer diferentes etapas de la ruta que te permitirá acercarte con profundidad para conocer al héroe literario y su tierra, La Mancha.

La Ruta de Don Quijote ha sido declarada por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, el cuarto de España, tras el Camino de Santiago, el legado de Al-Ándalus y las Rutas de los Sefardíes.

Esta fascinante ruta comienza en la milenaria ciudad de Toledo, capital de Castilla-La Mancha, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. En este primer tramo, podrás descubrir los famosos molinos de viento, las plazas mayores, los castillos y la variada arquitectura popular, y comprobarás la riqueza medioambiental que aportan las lagunas a toda esta zona.

toledo

Dejando atrás las estrechas y empedradas calles del casco viejo toledano, podrás salir  en busca de las huellas que dejaron por estos mismos caminos, hace ahora 400 años, un flaco jinete y su escudero.

Tras pasar Nambroca y el castillo de Almonacid de Toledo, la ruta se bifurca en dos ramales, el más norteño nos conduce a La Guardia y Lillo, en cuyo entorno pueden visitarse varias lagunas, como las de Longar y la del Altillo. Si decidimos seguir el ramal sur, tras pasar por Mascaraque, pronto encontraremos la silueta de las ruinas del castillo de Peñas Negras en Mora, vigilando el camino hasta Tembleque, donde podremos detenernos a pasear por la Plaza Mayor, una de las más hermosas de toda La Mancha, con soportales sostenidos por columnas de granito y corredores de madera al estilo del siglo XVII.

TEMBLEQUE

En Villacañas resulta singular la presencia de los “silos”, viviendas subterráneas, todavía en uso. Nuevamente aparecen dos ramales que, atravesando Quero o el complejo lagunar de Alcázar de San Juan, donde encuentra cobijo la variada avifauna manchega, confluyen en Campo de Criptana.

Los parajes de los alrededores hasta Mota del Cuervo se encuentran todavía cubiertos por las siluetas de esos molinos centenarios que necesitaron la fuerza del viento para vencer a Don Quijote, y que les hicieron universalmente conocidos.

Muy pronto, llegaremos a El Toboso, donde la hermosa Dulcinea vivía ajena a la locura que causaba su belleza y ahora es posible visitar en el Museo Cervantino las numerosas ediciones que allí se exponen de El Quijote.

Toboso

Tras visitar Belmonte, que conserva un extraordinario conjunto monumental, con importantes edificios civiles y religiosos, además de un impresionante recinto defensivo compuesto por su castillo, murallas y puertas, este trayecto termina en San Clemente, famoso por su Plaza Mayor y declarado conjunto histórico, por la monumentalidad de sus iglesias, palacios y casonas, que han sabido aguardar pacientemente al caminante desde hace más de cuatro siglos.

Castillo de Belmonte

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CATEDRAL NUEVA DE SALAMANCA; catedrales de España que merece la pena visitar

24 enero, 2014 at 10:02

Catedral Salamanca

Salamanca, como otras sedes episcopales castellanas, vio erigir una catedral románica en el siglo XII en estilo románico que es considerada como uno de los más notables edificios medievales de Castilla y León, especialmente por su bellísimo cimborrio -evolución del de la catedral de Zamora- y la calidad de sus capiteles interiores. Pero la capital salmantina vio incrementada notablemente su población en los posteriores siglos, en gran medida por el poder de atracción de su brillante universidad.

Por esta razón, a comienzos del siglo XVI se empezó a barajar la posibilidad de proyectar un nuevo templo catedralicio. Por aquellos tiempos, la antigua sede románica debió parecer, además de pequeña, también oscura y obsoleta en comparación con lo que se llevaba en los siglos bajomedievales en otras diócesis. Sólo hay que citar el caso de la colosal catedral de Sevilla, iniciada un siglo antes, con sus cinco naves y dimensiones mastodónticas.

En 1513 se inició un nuevo templo, afortunadamente respetando casi por completo el antiguo edificio medieval, caso único junto a Plasencia en que la anterior catedral es respetada.

El nuevo templo se va a concebir en lo que actualmente entendemos como gótico tardío, Es por ello que a la Catedral Nueva de Salamanca se la considera, junto a la catedral de Segovia, la más tardía de estilo gótico construida en España.

La Catedral Nueva puede ser divisada desde casi cualquier lugar de la ciudad gracias a su enorme volumen y a sus dos prominencias superiores: el cimborrio y el campanario. Es por el costado sur desde donde se tiene mejor perspectiva del templo catedralicio. Tan alto y poderoso se muestra su silueta que apenas deja ver la antigua seo románica adosada, de menor altura y situada en un lugar más bajo de la colina.

Sin embargo, lo habitual es acceder a la catedral desde el centro de la ciudad por el costado opuesto, el septentrional. A medida que nos acercamos, nos vamos haciendo conscientes del verdadero tamaño del templo, con su ya citado escalonamiento de alturas entre la nave principal, las naves laterales y las capillas.

El cimborrio

Cimborrio Catedral Salamanca

El cimborrio es uno de los elementos más notables de la Catedral Nueva de Salamanca. Originalmente fue una construcción barroca de Joaquín Churriguerra que lo acabó en el año 1725. El terremoto de Lisboa afectó a su cúpula y hubo de ser reconstruido, esta vez por mano de de Juan de Sagarvinaga en 1765. Se yergue en el espacio del cuadrado del crucero sobre los cuatro arcos torales mediante pechinas decoradas. El cilindro erigido se abre al exterior por ocho amplios y luminosos ventanales y más arriba se cierra mediante la correspondiente cúpula semiesférica, también muy decorada.

Fachadas y portadas

La fachada occidental es la principal y está formada por tres puertas góticas flamígeras de transición a lo renacentista, correspondientes a las tres naves.

La más ornada escultóricamente es la central, donde aparecen dos escenas del Ciclo de la Natividad. A la izquierda, tenemos la adoración de los pastores y a su derecha está la de los Reyes Magos. En lo alto aparece Cristo crucificado flanqueado por San Pedro y San Pablo.

Las fachadas de los hastiales del transepto tienen parecida morfología estructural pero están casi exentas de escultura.

Hay que mencionar una última portada, la llamada Puerta de Ramos abierta en uno de los tramos de la nave lateral norte. Encima del vano se colocó un bello grupo escultórico que relata la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén.

Aunque siendo sinceros, la Puerta de Ramos es más conocida por la famosa estatuilla de un astronauta, fruto de una restauración de 1992 y que los visitantes se afanan en descubrir entre la hojarasca tardogótica de una de las jambas. Te reto a que la visites y averigües donde se encuentra.

astronauta catedral salamanca

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ACUEDUCTO DE SEGOVIA; restos romanos en España

18 enero, 2014 at 19:35

Acueducto de Segovia

El Acueducto de Segovia es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y su arquería es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la Península Ibérica.

Se trata probablemente del símbolo más importante para los habitantes de Segovia, hasta el punto de figurar en su escudo. La falta de inscripción, que estaba situada en el ático del acueducto, hace que no se pueda saber con certeza la época exacta en que fue construido. Los investigadores lo sitúan entre la segunda mitad del siglo I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano o Nerva. No se conoce el origen de la ciudad. Sí se sabe que la zona estaba poblada por los vacceos antes de su conquista y que quizá hubiese asentamientos de tropas para su control y vigilancia. En cualquier caso, la zona perteneció al convento jurídico de Clunia.

Su misión era la de traer agua desde el río Frío, en la cercana sierra de Guadarrama, para el abastecimiento de la población. El tramo más conocido del Acueducto de Segovia tiene 760 metros de longitud, y en su tramo más elevado consta de dos cuerpos de grandes arcadas de sillares de granito sobre las que discurre la conducción de agua.

El núcleo del acueducto lo componen 44 grandes arcos, sobre los que se apoyan 119 arcos más pequeños. Tanto los arcos inferiores como los superiores se sujetan sin la utilización de ningún tipo de argamasa, simplemente por el equilibrio entra las fuerzas y los pesos de sus piedras. La mayor altura del Acueducto de Segovia se consigue en la Plaza del Azoguejo, donde esta fenomenal construcción alcanza los 30 metros de altura.

arco del acueducto de segovia

Obra extraordinaria, en la que la utilidad convive con la armonía y la belleza, ha prestado servicio a la ciudad hasta fechas recientes. A través de los siglos, apenas ha sufrido modificaciones.

Sólo durante el ataque contra Segovia dirigido en 1072 por el musulmán Al-Mamún de Toledo sufrieron deterioro 36 arcos; los daños fueron restaurados en el siglo XV por Fray Juan de Escobedo, monje del Parral. Desde antiguo, existen dos hornacinas que probablemente protegían a dioses paganos, sustituidas en tiempo de los Reyes Católicos por las imágenes de San Sebastián y de la Virgen. Bajo las hornacinas existió una leyenda en letras de bronce, relativas a la fundación del puente, de la que hoy sólo queda el rastro de la inscripción.

Debido al mayor grado de conservación del tramo del puente del Acueducto, muchas personas desconocen que el tramo por el que discurrían las aguas se compone de aproximadamente 15 kilómetros. Este recorrido por las calles de Segovia se inicia a la entrada de la ciudad por la carretera de La Granja y llega hasta el mismo Alcázar. El tramo completo incluye canalización a ras de suelo y arquetas o desarenadores en las que se filtraban las impurezas del agua.

Cuenta una vieja leyenda que circula por Segovia, que el Acueducto fue obra del diablo. Según esta leyenda, hubo una vez una moza que servía en la casa de un adinerado hombre de la ciudad. Cada día, la joven tenía que traer hasta la casa el agua fresca del río. Tanto era el trabajo de bajar y subir cántaros de agua que un día de desesperación invocó al diablo ofreciéndole su alma con tal de no tener que ejercer nunca más aquella ingrata tarea. El diablo escuchó las súplicas de la chica y se acercó a ella para cerrar el trato, de manera que acordaron que el diablo haría algo para que la joven no tuviera que acarrear tanta agua. Pero tendría que hacerlo antes de que saliera el sol. Sólo así podría apoderarse del alma de la joven. Según la leyenda, el diablo estuvo trabajando toda la noche sin tregua, construyendo un enorme puente con el que traería el agua desde la parte alta de la ciudad. Pero cuando sólo faltaba una piedra por colocar, despuntó el primer rayo del amanecer y la chica pudo así salvar su alma.

El Cochinillo de Segovia

Cochinillo de Segovia

El eje fundamental de la cocina segoviana es sin duda el cochinillo y el plato que le ha dado gloria a ésta. El  alto aprecio que millones de comensales tienen por él se debe solamente  a una cosa : un producto único.

La crianza del cochinillo se debe hacer  con leche materna  y sin comer otro alimento que no sea esa leche para que mantenga ese sabor tan delicado y especial. El tamaño de consumo de un cochinillo es pequeño como su diminutivo  indica (cochinillo), no más  de 6 kilos y de poder elegir el mejor tamaño es el cercano a los 4 kilos y medio. Esto da como resultado que no se necesite otra cosa al cocinarlo que el propio cochinillo pues si se cumple lo anteriormente dicho no sabrá fuerte.

Sin despreciar la crianza de otros tipos de cerdos en el resto del mundo que también tienen su lugar en una rica gastronomía, sólo en Segovia se puede disfrutar de la carne de cerdo sin artificios. Es decir, criados en su propia esencia.

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