DOLMEN DE AXEITOS; cultura megalítica en España

18 diciembre, 2013 at 17:30

 

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La cultura megalítica, es decir, las civilizaciones cuyos restos conservados consisten en “grandes piedras” (dolmen) dispuestas de manera estudiada son una forma magnífica para poder ver cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria hace más de 6.000 años.

Desde el Neolítico y hasta la Edad del Bronce, periodos de la Edad de Piedra, la cultura megalítica se desarrolló en todo el mundo, aunque el término localiza la etapa entre el Mediterráneo y la zona Atlántica de Europa.

Lo primero que suele aparecerse en la mente del viajero al ver estos enormes monumentos prehistóricos es, ¿pero cómo pudieron construirse sin los avances técnicos modernos? La cuestión en sí misma ya otorga cierto acercamiento a una cultura tan alejada de la nuestra, porque nos ofrece una nueva dimensión de los seres humanos: pensaban, planeaban, estructuraban, se comunicaban, todo ello para conseguir erigir estos monumentos.

Ahora bien, ¿por qué razón se construían, con el esfuerzo y la dedicación que debía conllevar? Tampoco está claro que fueran grupos estables en un territorio, por lo que todavía da más misterio a la cuestión. Varias teorías se han propuesto para intentar responder a esta y otras preguntas de los hombres de la Prehistoria.

Algunos estudiosos coinciden en la función sepulcral del monumento, una costumbre que revela la conciencia religiosa del grupo y la creencia en el más allá, además del recuerdo sentimental de la persona que los deja, no muy diferente de las formas actuales. Por otro lado, otros investigadores apuntan a una función de tipo amenazante, en la que estas construcciones pondrían de manifiesto la pertenencia del territorio a un determinado grupo, reforzando la identidad (otro factor inesperado) frente a los demás.

Sea como sea, en España han quedado muchos de estos testimonios de arquitectura prehistórica y muchos de ellos se encuentran en un estado de conservación muy buena.

El dolmen de Axeitos (Ribeira, A Coruña), también llamado “A Pedra do Mouro”, es uno de los más antiguos, mas grandes y mejor conservados de Galicia. Es de entre el 4.000 y el 3.600 antes de Cristo y está situado en la península del Barbanza en la provincia de A Coruña, más concretamente en Axeitos, lo que le da el nombre.

Conforma junto con el dolmen de Dombate, también en la provincia de A Coruña, uno de los ejemplos de mayor monumentalidad e importancia patrimonial de vestigios megalíticos en Galicia.

La tumba colectiva de Axeitos se encuentra en medio de un pequeño bosque de robles, en mitad de una zona verde cercada con grandes losas de granito. La intervención en el recinto, donde se ubica un parque infantil, denota a las claras la consideración especial que tiene este monumento y la necesidad de su preservación. El pequeño letrero de la entrada anuncia que estamos ante un monumento funerario conocido como “A Pedra do Mouro” que lleva aquí casi 6.000 años, y advierte: “No suba a la cubierta”.

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Se trata de un monumento funerario megalítico, levantado en época neolítica y compuesto por ocho grandes lajas (piedras de gran tamaño planas) de granito hincadas en la tierra conformando una planta poligonal sobre la que se apoya otra losa horizontal de 4,5 por 3,5 m. Todavía conserva dos de las lajas que conformarían el corredor de entrada.

En la parte interna de la cámara, podéis encontrar fácilmente dos motivos grabados —uno en forma de cruz, que podría representar una figura humana, y otro consiste en un surco vertical del que salen hacia un lado otros dos surcos—. Estos son antiguos y aparecen en otros dólmenes en Galicia y el resto de la península. Lo que nada tiene que ver con el arte de los primeros pobladores de estas tierras es la figura de un pez que aparece en la parte externa del dolmen, que no es otra cosa que una vergonzosa agresión a este bien del patrimonio arqueológico gallego.

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Además de este dolmen podéis encontrar numerosos restos arqueológicos de la misma época en la carretera que asciende al mirador de A Curota.

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CASCADA DE CHORROGIL; las cascadas más espectaculares de España

14 diciembre, 2013 at 20:07

 

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La cascada de Chorrogil, de casi 100 metros de caída, es una de las cascadas más imponentes del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén.

El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas está situado al este y nordeste de la provincia de Jaén (España) y con 214.300 hectáreas es el mayor espacio protegido de España y el segundo de Europa. Está declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 1983, Parque Natural desde 1986 y también Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde 1987.

La extensa red hidrográfica existente permite no sólo disfrutar de una gran variedad de flora y fauna, sino también realizar numerosas actividades: un paseo en barca por el embalse del Tranco, senderismo junto al río Borosa o conocer los nacimientos del Guadalquivir y el Segura…

No dejes pasar la oportunidad y conoce esta primavera una de las cascadas más bonitas del sur de España. Alójate en el cercano pueblo de Villacarrillo, uno de los mayores productores de aceite a nivel mundial, pero que esconde secretos gastronómicos como su cachamiga, sus calandrajos o sus borrachuelos.

Las aguas que discurren por la cascada pertenecen al arroyo Aguacebas del Chorrogil, auténtico protagonista de esta formación.

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Este paraje, rodeado de paredones rocosos y una variada vegetación, se conoce como Cañada del Avellano.

Las paredes que rodean la cascada son de Toba. En las regiones calizas el agua fluye con una alta concentración en carbonato cálcico, que al entrar en contacto con la atmósfera y la vegetación, precipita formando esta singular roca.

El acceso a este enclave, situado junto al pantano de Aguascebas, se realiza a través de una ruta sencilla pero que sorprende por su belleza.

Ruta circular Aguascebas y Chorro Gil

A unos 22,5 kilómetros de Mogón, por la transversal de Las Villas, se accede al Embalse de Aguascebas. Unos 100 metros antes de llegar al Embalse se abre un camino a la derecha, señalizado bajo el nombre de Sendero de Aguascebas, que accede hasta la cascada de Chorrogil.

El recorrido mantiene una espesa vegetación con un paisaje impresionante de paredones rocosos y especies vegetales como la encina, el pino laricio o el lentisco. También es posible divisar algún ejemplar de buitre común o de águila calzada.

El recorrido es circular, de escasa o nula dificultad (excepto el senderillo que remonta hasta media altura de la cascada y que ofrece una vista impresionante que, mojado, tiene su peligro) y solo emplearemos dos horas y media para recorrerlo. No obstante merece la pena recrearse en la cascada y en los bellos paisajes de la Sierra de Las Villas y emplear una mañana en la actividad.

El sendero está muy bien; el sendero arranca justo antes de llegar al poblado del embalse e Aguascebas, viniendo desde Santo Tomé o Mogón, y finaliza en la misma carretera entre el pantano y La Fresnedilla.

Tenemos que volver a nuestro coche caminando por la carretera pero incluso este tramo es muy agradable, oyendo el estruendo del agua del Arroyo del Torno.

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CABO DE FINISTERRE; atardeceres de ensueño

11 diciembre, 2013 at 16:43

ATARDECER FINISTERRE

El Cabo Finisterre es una península que se adentra 3 kilómetros en el mar de la Costa da Morte (A Coruña, Galicia). Su emplazamiento es de singular relevancia, ya que desde aquí todo lo que se ve (miremos a derecha, a izquierda o de frente) es mar.

Fisterra, Finisterre, Finis Terrae (fin de la tierra) o lo que es lo mismo, el fin del mundo conocido en la antigüedad. Aunque comúnmente conocido por ser el punto más occidental de la Europa continental, tenemos que decir que no lo es, ya que este lugar lo ocupa el Cabo da Roca en Portugal, seguido de Cabo Touriñan en Muxía, con escasa diferencia con otro vecino cabo, el Cabo de la Nave, también en el concello de Fisterra. Así pues, Finisterre, ocuparía el cuarto lugar.

La forma alargada del Cabo Finisterre y la situación de Galicia en una esquina del Imperio Romano y de dificilísimo acceso, hizo que desde siglos fuera conocido como el más occidental. Un lugar donde abundan las leyendas que desde siempre fue considerado como un lugar mágico y misterioso, aquí se acababa la tierra y empezaba un mundo misterioso y desconocido. Hoy día, en cierto modo, el Cabo Finisterre sigue siendo para muchos el fin de algo, el final de un camino, de un recorrido, tanto físico como espiritual.

Y es que el Camino de Santiago no termina para todos los peregrinos en la ciudad compostelana. Muchos de ellos deciden recorrer a pie los 90 kilómetros que separan Santiago de Finisterre. Aquí, en un acto de purificación, es tradición que realicen algunos rituales, como bañarse en las frías aguas de la playa de la Langosteira.

Aunque quizás, la costumbre más arraigada, tanto en peregrinos como en viajeros en general, sea la de subir al Faro del Cabo a contemplar la maravillosa puesta de sol que se disfruta desde allí. Cuando vemos fundirse el sol con las aguas del océano es fácil comprender por qué en el pasado los celtas rendían culto al Astro Rey en este lugar.

Junto al Faro, en las rocas que asoman al mar, podréis observar indicios de pequeñas hogueras con restos de ropa y calzado carbonizados. Incluso, si vais al atardecer, es muy probable que coincidáis con algún peregrino que se encuentre en ese mismo momento reduciendo a cenizas sus pertenencias. La tradición “obliga” a quemar alguna prenda de ropa que se haya vestido durante las etapas del recorrido como símbolo de la renovación interior que todo peregrino sufre en el Camino de Santiago. Se quema lo viejo para dar cabida a lo nuevo.

El entorno natural del Cabo de Fisterra es sumamente privilegiado. Desde el Faro, a 143 metros sobre el nivel del mar, podréis recrearos la vista con las impresionantes panorámicas de los acantilados que dan al mar y de las bravas aguas del Atlántico que tantas vidas ha engullido en decenas de naufragios acaecidos frente a las peligrosas costas de Finisterre a lo largo de su historia.

¿Y os imagináis pasando la noche en un faro? En el de Finisterre tenéis la oportunidad única de hacerlo. En realidad se trata de un edificio anexo llamado O Semáforo que antiguamente emitía señales para la marina de guerra y que hoy día acoge un pequeño hotel rural. Además, podréis presumir doblemente, porque no todos los días uno puede decir que ha dormido en el Fin del Mundo.

Sin duda, por su historia y su leyenda, este lugar no debe de dejar de ser visitado por todo aquel que venga a Galicia. Es muy recomendable visitar el lugar en el ocaso del Sol, ya que así comprenderemos por que los antiguos adoraban este lugar tan mágico y misterioso.

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Cuevas con encanto: MINA DE JAYONA

9 diciembre, 2013 at 18:41

CUEVA MINA DE LA JAYONA

La Mina de Jayona es una antigua mina de hierro en el término municipal de Fuente del Arco (Badajoz), ocupa una superficie de 80 hectáreas, y se sitúa a una altitud de 708-769 metros respectivamente.

La posibilidad de adentrarse en una mina abandonada de principios de siglo XX no se encuentra todos los días: historia, aventura, naturaleza…

Declarada Monumento Natural en el año 1997, es posible que la primera utilización de la Mina fuera en época romana, pero la explotación propiamente dicha comienza en 1900 y se prolonga hasta 1921, cuando se abandona la actividad.

En el año 1900, según la Estadística Minera de España de ese año, recoge que las minas “Ya te lo decía” y “El Monstruo”, sitas en la Jayona, producen 3.960 Tm de hierro, que son conducidos en caballerías menores (borricos) hasta la estación de Fuente del Arco, y desde aquí, por el ferrocarril de vía estrecha hasta Peñarroya, donde se emplean como fundentes los hornos de plomo.

Debido a las diferentes condiciones de humedad y temperatura existentes en el interior de la mina se ha desarrollado una vegetación característica de zonas húmedas, constituida por helechos, plantas trepadoras, higueras, musgos… en claro contraste con la vegetación típicamente mediterránea del exterior.

El efecto final de lo que se encuentra el visitante cuando entra en la Mina es un espacio mágico, lleno de contrastes de luz, de vegetación y de magia.

Como consecuencia de la actividad minera han quedado testigos de pequeñas construcciones y once niveles en los que se suceden andenes, galerías, plataformas, salas, etc, que hoy día constituyen un completo geoecológico de primera magnitud. De estos once niveles en la actualidad, sólo se pueden visitar los niveles nº 2, 3 y 4.

Fuente del Arco es la última localidad extremeña y allí se hace imprescindible visitar la hermosa Ermita de estilo mudéjar de la Virgen del Ara, declarada Bien de Interés Cultural, que fue construida en 1494, posiblemente sobre una edificación anterior puesto que presenta un capitel romano adosado al muro del patio, lo que apunta a la existencia de una villa romana.

Ermita de la Virgen del Ara

La Ermita de Nuestra Señora del Ara es a menudo llamada la «Capilla Sixtina» de Extremadura. Contiene un variado repertorio de frescos en muros y bóvedas que representan escenas bíblicas.

El santuario lo mandó edificar, casi a sus expensas, el prior santiaguista Don García Ramírez. La construcción data de finales del siglo XIV principios del XV, y en un principio no existía nada más que la iglesia sin espadaña ni camarín, y unas construcciones anexas de las que aun hoy quedan restos.

Concluida la iglesia en 1494, existían dos casas de morada junto a la ermita, la ocupada por el santero y la que acogía a los que venían a velar, más una bodega.

En 1549 ya existía la Sacristía, aunque reformada posteriormente para la construcción y acceso al Camarín. Los arcos tapados que se observan indican que formaron una galería abierta, como se refleja en la documentación de 1549.

Todo el paraje que lo circunda resulta ser de gran riqueza arqueológica, aflorando sobre todo restos romanos, lo que nos lleva ha sospechar de la posible existencia de algún centro religioso y cultural pre-cristiano.

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DOLMEN DEL MELLIZO; cultura megalítica en España

22 octubre, 2013 at 8:41

 

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La cultura megalítica, es decir, las civilizaciones cuyos restos conservados consisten en “grandes piedras” (dolmen) dispuestas de manera estudiada son una forma magnífica para poder ver cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria hace más de 6.000 años.

Desde el Neolítico y hasta la Edad del Bronce, periodos de la Edad de Piedra, la cultura megalítica se desarrolló en todo el mundo, aunque el término localiza la etapa entre el Mediterráneo y la zona Atlántica de Europa.

Lo primero que suele aparecerse en la mente del viajero al ver estos enormes monumentos prehistóricos es, ¿pero cómo pudieron construirse sin los avances técnicos modernos? La cuestión en sí misma ya otorga cierto acercamiento a una cultura tan alejada de la nuestra, porque nos ofrece una nueva dimensión de los seres humanos: pensaban, planeaban, estructuraban, se comunicaban, todo ello para conseguir erigir estos monumentos.

Ahora bien, ¿por qué razón se construían, con el esfuerzo y la dedicación que debía conllevar? Tampoco está claro que fueran grupos estables en un territorio, por lo que todavía da más misterio a la cuestión. Varias teorías se han propuesto para intentar responder a esta y otras preguntas de los hombres de la Prehistoria.

Algunos estudiosos coinciden en la función sepulcral del monumento, una costumbre que revela la conciencia religiosa del grupo y la creencia en el más allá, además del recuerdo sentimental de la persona que los deja, no muy diferente de las formas actuales. Por otro lado, otros investigadores apuntan a una función de tipo amenazante, en la que estas construcciones pondrían de manifiesto la pertenencia del territorio a un determinado grupo, reforzando la identidad (otro factor inesperado) frente a los demás.

Sea como sea, en España han quedado muchos de estos testimonios de arquitectura prehistórica y muchos de ellos se encuentran en un estado de conservación muy buena.

En esta ocasión, te queremos hablar del Dolmen del Mellizo (Extremadura), situado en Valencia de Alcántara, municipio de Cáceres. Este es uno de los dólmenes más conocidos de la región extremeña. Existió otro dolmen cercando del mismo tipo que con el tiempo se fue perdiendo, de ahí el nombre de mellizo. La ruta está señalizada y todavía se pueden visitar, recorriendo unos 500 metros, otros monumentos megalíticos de este enclave de Aceña de la Borrega.

El dolmen Mellizo es uno de los dólmenes más antiguamente conocido de Valencia de Alcántara. Recibe distintos nombres: Aceña Borrega, Anta de la Marquesa, Data III o Mellizo.

Como curiosidad, cabría destacar que es uno de los pocos dólmenes de Extremadura que conserva no sólo la cubierta de la cámara sepulcral, sino la puerta que salvaba la diferencia de altura entre cámara y corredor. Aunque ya había sido expoliado, se excavó en 1985 por Primitiva Bueno Ramírez y pudieron recuperarse algunos restos del ajuar funerario: puntas de flecha, fragmentos de cerámica, etc.

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La relación de este dolmen con el paisaje natural del entorno, de enormes berrocales y bolos graníticos, hacen de este enclave unos de los más singulares y hermosos del conjunto dolménico de Valencia de Alcántara y, probablemente, de toda Extremadura.

Cómo llegar: A la salida de la Aceña de la Borrega, se pasa por el regato de los Mellizos, se toma el camino de la Data y pasando un repecho, se visualiza el dolmen que se encuentra a unos 60 metros al la derecha de la pared en un promontorio natural.

Ruta de los Mellizos

Además del dolmen del Mellizo, la zona de Valencia de Alcántara posee un espectacular conjunto megalítico de dólmenes.

Está formado por más de una treintena de dólmenes graníticos y ocho de pizarra. Catorce más se han perdido con el tiempo y la mano del hombre. Es ésta una invalorable colección de sepulcros del período calcolítico que se elevan a un total de 55 dólmenes. Un conjunto que busca su inclusión por La Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Uno de los mejores ejemplos por su buen estado de conservación es el de la Huerta de las Monjas que conservan 6 ortostatos de granito con losa de cobertura. Otros ejemplos: Zafra III con siete ortostatos y una calzada romana en su ruta; Las Tapias, formada por 7 ortostatos y Cajirón con una cámara circular que forman 7 ortostatos apoyados entre sí, con cubierta circular, y 2 ortostatos longitudinales que conforman el corredor.

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Existen rutas adecuadas para su visita turística y conviene conseguir las guías que proporciona la Oficina Comarcal de Turismo.

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