FLORES DE ANDALUCÍA: cultura y tradiciones

5 agosto, 2022 at 10:02

Andalucía y sus flores llenan de color cada rincón donde habitan. Una explosión de tonalidades de las plantas y de las flores dan vida a los tiestos, los arriates, los muros… Las flores típicas de Andalucía logran fascinar a cualquier retina que las observe.

Junto a las flores del geranio y las gitanillas, los claveles están muy presentes entre las flores típicas de Andalucía, pese a que es más complicado cultivarlos y mantenerlos.

El clavel ha inspirado canciones; adorna ojales, el escenario de los teatros… Es una de las flores más populares que ofrece color y aroma en tiestos, jardines y jarrones. Es la estampa flamenca y, en el extranjero, esta flor perfumada y colorida, simboliza Andalucía.

Otras flores muy típicas de Andalucía son el jazmín, la buganvilla y el azahar. Todo un conjunto de colores y aromas inconfundibles que te harán vivir toda la magia de Andalucía y su esencia.

Flores de patio andaluz

Si hay algo de lo que en Andalucía están orgullosos es, sin duda alguna, de sus patios interiores. Al contar con temperaturas tan agradables a lo largo del año, es normal que dediquen tiempo y esfuerzo a decorar estos rincones de forma tan especial.

Los patios andaluces son espacios donde prima la tranquilidad y la relajación. Están conectados de una forma tan armoniosa con el interior de la casa, que te invitan a quedarte y a no querer irte de ahí.

El geranio es la planta por excelencia de los patios andaluces y, a menudo, suelen estar colgados en las fachadas.

También son muy habituales los cítricos. Estos árboles desprenden un olor muy especial en el entorno en el que se encuentren. Tanto el limonero (Citrus Limon) como el naranjo son muy utilizados como árboles ornamentales.

Las rosas perfumadas también son habituales en estos rincones andaluces. Las variedades que se ven son muchísimas: unas son altas, otras pequeñas, con flores de diferentes colores, con crecimiento horizontal, trepadoras…

Las trepadoras son otras plantas muy vistosas y que decoran muchas fachadas de las casas andaluzas: la hiedra, la buganvilla, el abutillón, la wisteria, la parra…

La biznaga de Málaga

Una flor muy peculiar de Andalucía, y en concreto de la provincia de Málaga es la biznaga. La biznaga no es una flor, ni siquiera la biznaga es una planta, sino una composición de ramilletes hechos con jazmines, colocados uno a uno mediante una minuciosa elaboración artesanal.

La biznaga es una flor típica del verano malagueño, pero gracias a las buenas temperaturas en la Costa del Sol, puede verse durante todo el año. Sobre todo en verano, es típico ver cómo los biznagueros venden biznagas en las calles malagueñas.

El biznaguero (así se conoce al vendedor tradicional de biznagas) va vestido con un traje popular muy típico: camisa blanca, faja roja y pantalón negro. Durante la Feria de Málaga, la popular Calle Larios se llena de biznagueros que tratan de vender sus aromáticos ramilletes. No cabe duda, es uno de los grandes emblemas de Málaga.


BODEGAS DIMOBE: bodegas de España que merece la pena visitar

31 marzo, 2021 at 8:48

Bodegas Dimobe (Bodega A. Muñoz Cabrera) es una empresa familiar de 4ª generación establecida desde 1927 en Moclinejo (Málaga), y dedicada desde sus inicios a la elaboración de vinos tradicionales, moscatel y PX, a partir de la uva procedente de sus propios viñedos.

Aunque su especialidad son los vinos de la variedad Moscatel de Alejandría en todas sus versiones, en los últimos años ha ampliado la gama de vinos hacia los vinos tranquilos, blancos, rosados y tintos. Todos los vinos que elabora están acogidos a D.O. Málaga y D.O. Sierras de Málaga.

La Axarquía es la cuna de la uva Moscatel de Alejandría y de la Pedro Ximénez desde tiempos de los fenicios. Las características de esta zona, también llamada los Montes de Málaga son muy especiales, porque es una zona situada a unos 20km del mar mediterráneo, pero con una orografía accidentada, como dicen los entendidos; es decir, con unas montañas tan empinadas que impiden el uso de cualquier tecnología para recolectar las uvas. Estamos en la cuna de la Agricultura Heróica, porque las vides se cuidan de manera manual: una a una los viticultores limpian cepas y recogen las uvas. El carácter inclinado de las laderas provoca que la floración y posterior maduración de la uva sea diferente de una zona a otra, por lo que los viticultores organizan su labor en función de la zona en la que se ubica la uva.

La bodega y sus características

La bodega se encuentra en el centro del pueblo de Moclinejo y está dividida en 3 salas en las que se puede ver cómo ha evolucionado la forma de elaborar vino en la Axarquía desde 1927 hasta la actualidad:

  • Sala 1, el Museo. Es un grupo de pequeñas habitaciones donde se elaboraba el vino los primeros años de la bodega, allí podremos encontrar una prensa con 200 años de antigüedad, un antiguo Lagar y una sala repleta de herramientas utilizados hasta 1950 en la bodega. La barrica más antigua de esta sala está grabada en 1845.
  • Sala 2, la bodega. Es la sala donde se elaboraban los vinos en la segunda mitad del siglo pasado, aunque dichas maquinas, como la prensa hidráulica de capachas, aun hoy en día funcionan y son fundamentales en la elaboración de vinos moscatel provenientes de uvas asoleadas.
  • Sala 3, de la prensa. Es la parte más actual de la bodega, donde se encuentran los maceradores y depósitos de acero con temperatura controlada, el laboratorio y una de las salas de crianza de Zumbral. Esta sala está presidida por una gran prensa de 1850 que le da nombre.

Desde la bodega se realizan actividades de enoturismo tales como visitas a la bodega, a las viñas y los paseros, catas de vinos y diferentes eventos relacionados con la enología.

Las viñas de Bodegas Dimobe

La base de la alta calidad de los vinos elaborados por la bodega reside sin duda, en la ubicación de sus viñas, un clima excepcional y la buena adaptación de la variedad Moscatel de Alejandría a su vida en la Axarquía. Las viñas se ubican en la cornisa que separa las poblaciones de Moclinejo y Almachar, y esta franqueada por la Maroma (pico más alto de Málaga), los montes de Comares y el Mar Mediterráneo. El suelo está formado por placas de pizarra en descomposición unidas entre sí por finas capas de tierra donde se retiene el agua. Este suelo evita los encharcamientos superficiales y mantiene bien el agua en su interior.

La buena adaptación de la uva moscatel se debe a su gruesa piel capaz de resistir las numerosas horas de sol de las que gozamos en la Axarquía. La producción media de viña es de 1kg. por cepa, por lo que la concentración de azucares es muy alta.

Todos los vinos que embotella la bodega están amparados por 2 organismos de control que han dado su aceptación a su buen hacer certificando su calidad. Estos organismos son:

  • El consejo regulador de denominaciones de origen de Málaga, que ha certificado todos sus vinos de licor con la Denominación de Origen Málaga y todos sus vinos tranquilos con la Denominación de Origen Sierras de Málaga.
  • La Junta de Andalucía que con la concesión de sus sello de Calidad Certificada demuestra y deja patente al consumidor que todos estos vinos han tenido un control exhaustivo en todas sus fases de elaboración y embotellado.

Origen e historia de Bodegas Dimobe

La historia de Bodegas Dimobe comienza con Juan Muñoz Navarrete, quien a principios del siglo XX se adentra en el mundo del vino y emprende un negocio de elaboración de vinos con la variedad Moscatel de Alejandría. Con la segunda generación, representada en Antonio Muñoz Cabrera, se desarrolla y amplía la bodega, la producción de moscatel se consolida y disfruta de un crecimiento constante, lo que le permite a Antonio, el hijo del fundador, tener una vida desahogada pero dedicada constantemente al trabajo en la bodega y en la viña. Sus hijos, como parte de la tercera generación de bodegueros, disfrutan de una infancia en pleno contacto con la viticultura y la vinicultura, lo que da pie a que continúen dedicando su tiempo y su trabajo al negocio familiar.

Esta tercera generación, formada por los hermanos Juan, Antonio y María Luisa Muñoz, es la que dirige y administra la bodega desde finales de los años 90, junto con la cuarta generación, que ya trabaja en ella, siendo conscientes de que son casi 100 años de existencia y actividad continuada sin descanso, de trabajo y de cariño a una herencia que han acogido con el mayor orgullo.

A principios del siglo XXI se produce la incorporación de Bodegas Dimobe a la Denominación de Origen Málaga y, posteriormente, a la Denominación de Origen Sierras de Málaga, lo que conlleva una modernización en la imagen de sus vinos, la elaboración de nuevos productos (blancos secos, tintos, rosados, naturalmente dulces, espumosos, vermuts… y así hasta 23 referencias distintas) y la ampliación y mejora de las instalaciones dedicadas a la elaboración de los vinos de Moclinejo.

El despliegue de la bodega se completa con dos hitos importantes que marcan las líneas de actuación del negocio: por un lado, la incorporación a Asprodibe, cooperativa de distribuidores andaluza a través de la cual logra una ampliación de su cartera de productos y, en consecuencia, un destacado incremento de su cartera de clientes, lo que le permite llegar a un mercado más amplio en el que forjar el desarrollo de la línea de vinos.

Otra de las apuestas que lleva a cabo en los últimos años es la de ofrecer una experiencia única basada en el turismo enológico, conjugando lo mejor del viñedo de la comarca de la Axarquía con una visita inolvidable a las instalaciones centenarias que la bodega tiene en el municipio de Moclinejo.


LA SIDRA: productos auténticos de la tierra

23 octubre, 2020 at 10:53

Como es bien conocido, la sidra es una bebida alcohólica de baja graduación fabricada con el zumo fermentado de las manzanas.

En España la tradición y consumo de la sidra se concentra sobretodo en Asturias, aunque también en el País Vasco, especialmente en la zona de Guipúzcoa. No obstante, esta bebida no es exclusiva de nuestro país ya que también se produce fuera de España.

Un rasgo común de las zonas productoras de sidra, -norte de España, Francia, Bélgica, Alemania, Gran Bretaña o Irlanda-, es que se encuentran en el arco atlántico y que son de clima frío donde la manzana es capaz de soportar bajas temperaturas. A pesar de estos rasgos comunes, la forma de elaboración y hasta los gustos de los amantes de la sidra cambian de unas regiones a otras y de unos países a otros. En el norte de España la sidra natural, llamada en inglés ‘hard cider’ se impone a la achampanada que habitualmente es dulce y es la más extendida en el resto de Europa. Ello no quita para que en la cornisa cantábrica se elabore también sidra con gas, como la conocida de El Gaitero, en gran parte destinada a la exportación.

En Asturias la sidra debe servirse escanciada para que aflore el carbónico. Asimismo, se debe tomar rápidamente, de un único trago.

La segunda región española con una muy relevante tradición sidrera es Guipúzcoa y, aunque allí la sidra o sagardoa no se escancia, también lleva aparejada su propio ritual. Consiste en que, alrededor de una suculenta comida en una sidrería, los comensales prueban la sidra del año. Cada vez que uno de ellos grita ¡txotx!, todos se levantan a llenar el vaso en la kupela (barrica de sidra) para posteriormente degustar la sidra.

Origen e historia de la Sidra

No existe constancia escrita del verdadero origen de la sidra, aunque el Antiguo Testamento, redactado entre los siglos XIII-I antes de Cristo, se menciona una bebida alcohólica que los hebreos elaboraban usando como materia prima cereales o frutas.

En el caso de los griegos y romanos, éstos consumían un vino procedente de la manzana, a la que denominaban «sikera» en griego y «sicera» en latín. Es claro el origen del término actual de sidra, que evolucionaría a partir de la expresión propia del latín vulgar, hablado en el norte de la Península Ibérica.

En la Edad Media se encuentran las primeras referencias escritas. La Catedral de Oviedo conserva un testamento del año 793 en el que se entregaban villas, bosques, viñas y manzanos para elaborar mostos y sidra.

Proceso de elaboración de la Sidra

Se desconoce cómo se elaboraba la sidra en la época grecorromana, aunque no tenía que ser muy diferente a la receta actual. Hoy en día, se parte de una selección de distintas variedades de manzanas que otorgan el sabor característico a cada variedad de sidra. Las manzanas son trituradas y prensadas hasta conseguir un mosto, que posteriormente se fermenta y madura hasta conseguir el producto final.

La sidra natural tiene un inconveniente principal, y es que conserva sus propiedades organolépticas intactas durante un corto espacio de tiempo, ya que es un producto no estabilizado y se degrada con facilidad. Fundamentalmente, se produce una pérdida del dióxido de carbono formado durante la fermentación inicial.

La producción artesanal de sidra no sería un problema salvo por la obligatoriedad de ser consumida por rapidez. Por este motivo, a mediados del siglo XIX se creó la sidra espumosa o achampanada, a la que se le añadía dióxido de carbono.

La cultura asturiana de la sidra

La sidra asturiana es un símbolo de identidad, muy arraigado y diferencial con otros territorios y culturas.

Uno de los frutos más característicos de Asturias es la manzana, donde existen más de 500 tipos, y constituye la esencia de la sidra. Este proceso de elaboración comienza en la primavera con la floración del manzano, todo un espectáculo a contemplar en las pomaradas – conjunto de manzanos -, y continúa en el lagar o ‘llagar’ en asturiano, donde se transforma en sidra.

En Asturias se producen más de 45 millones de litros de sidra, repartidas entre los 80 lagares de la región, ubicados sobre todo en Gijón, Villaviciosa, Nava y Siero. De toda esta producción el 95% se consume en Asturias, que a su vez es la Comunidad elaboradora del 80% de la sidra hecha en España. El consumo se realiza preferentemente en restaurantes, sidrerías y ‘llagares’, donde se celebran habitualmente las fiestas gastronómicas típicas conocidas como ‘espichas’, y también es muy común, sobre todo en la primavera y el verano, su consumo en romerías y verbenas.

La sidra asturiana tiene la singularidad de que es la única que se escancia en el mundo. ¿Qué es escanciar la sidra y por qué razón se hace? Es el acto de servirla sidra echándola con el brazo erguido, cogiendo la botella con la mano derecha y el vaso con la izquierda, con el pulgar y el índice rodeando el vaso y el corazón al fondo. Tras adoptar esta posición la sidra cae desde una altura considerable de forma brusca y ‘espalma’, es decir, rompe en forma de espuma al golpear con el borde del vaso. La adecuada ‘oxigenación’ está asegurada y la sidra lista para beber de un trago o ‘culin’, tal como se dice en el ‘argot’. Además no se bebe todo el contenido del vaso, sino que se deja un poco para limpiar por donde se ha bebido, ya que en la sidra natural se comparte vaso. Todo un espectáculo lleno de técnica y tradición.


MOLINO DE BENAOLIVA: almazaras que merece la pena visitar

9 octubre, 2020 at 11:26

El molino de Benaoliva, localizado Benagalbón (Málaga), es una pequeña almazara familiar que lleva tres generaciones elaborando aceite de oliva mediante el sistema tradicional de piedras y prensas.

Sus orígenes se remontan a la década de los años cuarenta, aunque la maquinaría data de principios del siglo XX y estaba ubicada en una almazara de otro municipio. Es uno de los pocos molinos que quedan funcionando en España con arranque manual, lo que lo convierte en un museo activo del aceite de oliva. En todo su proceso se concentra una gran ilusión y espíritu por mantener la tradición familiar, cuidando todos los detalles de su elaboración, que se mantienen a lo largo del tiempo desde sus inicios. De ello se encarga Nacho Pérez, la tercera generación de la familia que gestiona este molino.

El bajo nivel de producción atiende a una apuesta decidida por la calidad y no por la cantidad. Con esto se garantiza que todo el aceite producido procede de la campaña en curso. Su venta se realiza exclusivamente en el molino.

La marca que se comercializa es Benaoliva y entre variedades molturadas en el molino, figuran las propias de la zona, siendo algunas de ellas: lechín y verdial de la Axarquía. Olivos  cuidados con esmero y exentas  de tratamientos con fertilizantes, fitosanitarios u otros productos químicos. Es decir aceite totalmente ecológico.

La recolección se lleva a cabo de forma tradicional, mediante la técnica del vareo (las aceitunas proceden directamente del árbol o del vuelo). Este coupage de frutos verdiales y lechines nos aporta una base excepcional para obtener un aceite de primera calidad. Una vez en el molino, tras su limpieza y pesaje, se almacenan para su posterior molturación en un espacio de tiempo no superior a 24 horas.

Las visitas y degustaciones son gratuitas, recomendando hacerlas previo aviso en los meses de molienda, de Diciembre a Enero, donde se puede apreciar el funcionamiento íntegro del molino.

MOLINO DE BENAOLIVA: ELABORACIÓN ARTESANAL


HACIENDA GUZMÁN: almazaras que merece la pena visitar

17 enero, 2020 at 13:54

La Hacienda Guzmán, cuyo primer propietario fue el hijo del mismísimo Cristóbal Colón, es un claro exponente de la hacienda barroca sevillana, dedicada al aceite de oliva. Se encuentra en La Rinconada, una población a solo 15 minutos de Sevilla.

Hacienda Guzmán proviene de una familia que ha dedicado su vida durante cuatro generaciones al aceite de oliva desde el siglo XVI.

La hacienda, con un magnífico edificio y 400 hectáreas de olivar, alberga el único museo de olivos vivos del mundo (con más de 150 variedades), una plantación 100% ecológica, un centro de investigación y una almazara. La almazara cuenta con diversos tipos de aceite que han obtenido distintos galardones internacionalmente.

Hacienda Guzmán actualmente realiza una doble labor. Por un lado, se dedica a la producción de aceite de oliva virgen extra y, por otro, lleva a cabo una importante tarea de divulgación y formación a través de la fundación Juan Ramón Guillén. Dicha entidad ha nacido para promocionar y fomentar el medio rural y defender el patrimonio de la cultura del olivar andaluz. De hecho, uno de sus objetivos es conseguir la inclusión como Patrimonio de la Humanidad UNESCO al Paisaje de la Olivar Andaluz.

No dudes en visitar su web para conocer sus tarifas y horarios de visita.

Origen e Historia de la Hacienda Guzmán

Ya en el siglo XVI, Hernando Colón (hijo del descubridor de América) producía aquí aceite que enviaba a las colonias españolas del Nuevo Mundo (a Cuba y La Española, ahora República Dominicana) con el beneplácito de Felipe II. El monarca pretendía crear cierta dependencia de la madre patria por lo que en América solo permitía el cultivo de olivos que produjesen aceitunas de mesa.

Aunque Hernando Colón fue su dueño más célebre, la familia que da nombre a la hacienda fue la que la conociera en sus años de mayor esplendor, entre los siglos XVIII y XIX, cuando llegó a ser uno de los mayores productores de aceite de oliva de todo el mundo.

A pesar de que hoy hablemos de oleoturismo, y de visitar una almazara en Sevilla como algo muy novedoso, ya el escritor romántico inglés del siglo XIX, Richard Ford, había mencionado en sus pasajes una excursión olivarera a la capital hispalense, visita de la que incluso hizo una ilustración de la hacienda, que se ha usado en algunos de sus embotellados.

En su día, la Hacienda Guzmán contaba con tres molinos de aceite, uno en cada una de sus torres. Aún se conserva desde hace 400 años uno de ellos, mantenido en perfecto estado, y que incluso se pone en funcionamiento una vez al año para garantizar su buena preservación. Destaca la viga de madera de caoba de 15 metros.

Es increíble contemplar un sistema tan rudimentario como eficaz, tan contrastado con las modernas técnicas empleadas hoy día.

Fuera de las torres observamos un patio de buganvillas en pendiente. Antaño se empleaba para amontonar la aceituna y que su propio peso comenzase la prensa. Era una primera extracción de muy mala calidad, a veces incluso podrido, que se usaba como aceite lampante (para las lámparas) para alumbrarse durante las labores en el molino.

Los aceites de la Hacienda Guzmán

La familia de aceites de Hacienda Guzmán, en solo 4 cosechas, ha logrado elevar a la categoría de lujo sus productos, los cuales reflejan las especiales condiciones del olivar, el clima y el terroir. Eso se percibe también en la producción limitada y en su cuidada presentación, envases opacos de 500 ml que permiten conservar perfectamente el aroma y el sabor.

En la actualidad producen cuatro variedades: arbequina, coupage, hojiblanca y manzanilla sevillana. Te puedes encontrar desde la suavidad y el frutado de la arbequina, los matices vegetales de tomate, hoja, hierba y alcachofa del hojiblanco, o la alta intensidad y amargor de la manzanilla, o si lo prefieres el Coupage, que combina la esencia de cada uno de nuestros productos en uno solo, obteniendo la mezcla perfecta del mejor Aceite de Oliva Virgen Extra.

El aceite más famoso de la hacienda es el de aceituna manzanilla. Su uso para elaborar aceite es algo muy original, ya que normalmente se comercializa solo como aceituna de mesa, ya que se puede extraer muy poco zumo de ellas. Sin embargo, han comprobado que, si el buen perfume viene en frasco pequeño, el AOVE no iba a ser menos, y han conseguido un aceite de manzanilla muy picante y con muchísima personalidad.

La recolección en la Hacienda Guzmán se hace “en verde”, es decir, cuando la aceituna aún no está lo suficientemente madura. Esto es así porque, a pesar de que a extracción es mucho menor, el oro líquido conseguido es de la mejor calidad.

Para conseguir un fruto superior se hace una triple selección: en parcelas, en el árbol, y en la cinta de la almazara.

En Hacienda Guzmán toda la recolección es 100% manual, durante tres meses. No se varea ni se usa ningún tipo de vibración, para maltratar la aceituna lo menos posible.

La visita a Hacienda Guzmán

La mejor forma de acercarse al mundo del aceite y conocer esta joya histórica es dejándose tentar por una Experiencia HG. El paso del tiempo ha dejado reminiscencias fáciles de adivinar al recorrer la propiedad, como sus jardines andalusíes donde una alberca recoge el agua que regará granados, naranjos y limoneros. Igual de interesante es la olivoteca, donde se encuentran  variedades de olivos de todo el mundo; la almazara, donde se puede observar el proceso de extracción de aceite, desde que se introducen las aceitunas para separarlas de las hojas y lavarlas, hasta que sale este elixir por el grifo; el Museo de Carruajes, una colección privada de coches y carruajes originales de los siglos XVII, XVIII y XIX; las caballerizas, con caballos de pura raza española; y la almazara del siglo XVIII, donde con una viga de 15 metros se recrea el proceso.

Una de las visitas más sorprendentes es su museo de los olivos, con más de 150 variedades a cada cuál más sorprendente que la anterior. Algunos, con aceitunas buenas para mesa, otras para aceite, gordales… e incluso una de color blanco. Olivos de 13 países distintos. Por haber hay un olivo nabalí, que es del mismo tipo que los que hubiese en el Monte de los Olivos. ¿Sabías que en la Biblia hay unas 400 referencias a los olivos? Pues hablan de este olivo nabalí.

Por otro lado, también tendrás oportunidad de degustar una cata de aceite entre olivos con el típico vaso azul (para no dejarte influir por el color) con tapadera de cristal de reloj, para que no se escapen los aromas.