Andalucía y sus flores llenan de color cada rincón donde habitan. Una explosión de tonalidades de las plantas y de las flores dan vida a los tiestos, los arriates, los muros… Las flores típicas de Andalucía logran fascinar a cualquier retina que las observe.
Junto a las flores del geranio y las gitanillas, los claveles están muy presentes entre las flores típicas de Andalucía, pese a que es más complicado cultivarlos y mantenerlos.
El clavel ha inspirado canciones; adorna ojales, el escenario de los teatros… Es una de las flores más populares que ofrece color y aroma en tiestos, jardines y jarrones. Es la estampa flamenca y, en el extranjero, esta flor perfumada y colorida, simboliza Andalucía.
Otras flores muy típicas de Andalucía son el jazmín, la buganvilla y el azahar. Todo un conjunto de colores y aromas inconfundibles que te harán vivir toda la magia de Andalucía y su esencia.
Flores de patio andaluz
Si hay algo de lo que en Andalucía están orgullosos es, sin duda alguna, de sus patios interiores. Al contar con temperaturas tan agradables a lo largo del año, es normal que dediquen tiempo y esfuerzo a decorar estos rincones de forma tan especial.
Los patios andaluces son espacios donde prima la tranquilidad y la relajación. Están conectados de una forma tan armoniosa con el interior de la casa, que te invitan a quedarte y a no querer irte de ahí.
El geranio es la planta por excelencia de los patios andaluces y, a menudo, suelen estar colgados en las fachadas.
También son muy habituales los cítricos. Estos árboles desprenden un olor muy especial en el entorno en el que se encuentren. Tanto el limonero (Citrus Limon) como el naranjo son muy utilizados como árboles ornamentales.
Las rosas perfumadas también son habituales en estos rincones andaluces. Las variedades que se ven son muchísimas: unas son altas, otras pequeñas, con flores de diferentes colores, con crecimiento horizontal, trepadoras…
Las trepadoras son otras plantas muy vistosas y que decoran muchas fachadas de las casas andaluzas: la hiedra, la buganvilla, el abutillón, la wisteria, la parra…
La biznaga de Málaga
Una flor muy peculiar de Andalucía, y en concreto de la provincia de Málaga es la biznaga. La biznaga no es una flor, ni siquiera la biznaga es una planta, sino una composición de ramilletes hechos con jazmines, colocados uno a uno mediante una minuciosa elaboración artesanal.
La biznaga es una flor típica del verano malagueño, pero gracias a las buenas temperaturas en la Costa del Sol, puede verse durante todo el año. Sobre todo en verano, es típico ver cómo los biznagueros venden biznagas en las calles malagueñas.
El biznaguero (así se conoce al vendedor tradicional de biznagas) va vestido con un traje popular muy típico: camisa blanca, faja roja y pantalón negro. Durante la Feria de Málaga, la popular Calle Larios se llena de biznagueros que tratan de vender sus aromáticos ramilletes. No cabe duda, es uno de los grandes emblemas de Málaga.
La
Iglesia Catedral-Basílica Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de
Valencia, llamada popularmente la Seu
en valenciano, se encuentra en pleno casco
histórico de Valencia.
La
Catedral es sede del Arzobispado de
Valencia y está dedicada a Jaume I el Conquistador. La Catedral se eleva
encima de la antigua Mezquita de
Balansiya ya que se construyó para marcar el territorio de los cristianos
frente a los musulmanes.
Es
interesante saber que además de la
construcción actual realizada encima de la antigua mezquita de la ciudad, ésta
se edificó encima de otra antigua
iglesia visigoda y ésta, a su vez, utilizó un templo romano como base.
La
catedral de Valencia fue consagrada en el
año 1238 por el primer obispo de Valencia posterior a la Reconquista, Fray
Andrés de Albalat.
El
gótico valenciano es el estilo
constructivo predominante de esta catedral, aunque también contiene elementos
del románico, del gótico francés, del renacimiento, del barroco y neoclásico.
En
su interior se venera el Santo Cáliz,
fechado del siglo I, y dado a la catedral por el rey Alfonso el Magnánimo en
1436. Aunque parezca una leyenda,
parece que hay muchos datos que aseguran que esta copa fuera la elegida por
Jesús en su última cena. Se basan en la datación del cáliz, que es anterior al
nacimiento de Cristo y de proveniencia oriental. Lo único que sería verdadero
sería la parte superior de la copa, ya que las asas y los adornos son de época
medieval.
Contiene
algunas de las primeras y mejores
pinturas del Quattrocento de toda la Península Ibérica, que llegaron de
Roma a través de artistas contratados por Alejandro VI. Este último Papa
valenciano, cuando aún era el cardenal Rodrigo de Borja, hizo la petición para
elevar la sede valentina al rango de
Metropolitana, categoría que le fue otorgada por el papa Inocencio VIII en
1492. Unos frescos sin duda que no deberías perderte, ya que puede tratarse de una de las primeras obras
del primer Renacimiento.
Recomendamos saber los horarios y tarifas antes de realizar las visitas.
Origen e Historia de
la catedral de Valencia
Dicen
las crónicas que el sábado 9 de octubre del año 1238 hacia su entrada en la
recién conquistada ciudad de Valencia, el rey
Jaime I el Conquistador. Inmediatamente se dirigió a la Mezquita Mayor, y
previa purificación puso la nueva Catedral bajo la advocación de «Nostra
Dona Santa María». Jaime I había hecho promesa pública en Lérida el 28 de
Octubre de 1236 de restituir la Iglesia Catedral de Valencia.
La
Catedral desde la plaza de la Reina La Catedral de Valencia desde su inicial consagración en 1238, se encuentra bajo
la advocación de la Santísima Virgen María, ante cuya imagen (un icono de la Virgen pintada sobre madera) celebró la
primera misa el obispo Pere de Albalat. Según la tradición, dicha imagen era
propiedad del mismo Jaime I que la llevó consigo en toda la campaña de la
conquista del reino musulmán de Valencia. Sobre el destino de esta imagen que
se encontraba en la Catedral desde los tiempos de la Reconquista, se sabe que
fue quemada durante la Guerra Civil en 1936.
Sobre
la consagración de la mezquita mayor
existen muchas leyendas. Una de ellas narra como el rey, armado con un martillo
de plata, destrozó las paredes del templo donde todavía quedaba decoración
musulmana. A esta tarea se sumarían sus hombres, dejando la mezquita convertida
en ruinas en pocas horas (recogido por Josef Teixidor en su libro Antigüedades
de Valencia). Pero esto es solo leyenda, ya que la Mezquita Mayor fue usada
como Catedral hasta la construcción del actual templo.
La
sede catedralicia valentina fue constituida desde el mismo momento de la
reconquista en 1238, pero no será hasta el año 1262 cuando den comienzo las obras de construcción de una
Catedral de nueva planta.
El 1931 fue declarada
monumento historicoartístico,
pero durante la Guerra Civil Española fue incendiada, razón por la que se
perdieron parte de sus elementos artísticos. El coro, situado en la parte
central, fue desmontado en 1940 y trasladado al fondo del altar mayor. Los
órganos, que habían sufrido importantes daños durante el conflicto bélico, no
fueron reconstruidos.
En
1972 se emprendió la tarea de
recuperación del gótico de la catedral, que significó la retirada de casi
todos los elementos clásicos. Solo quedó como decoración clásica la mayor parte
de las capillas laterales y de la girola, y algunos elementos puntuales, como
las esculturas sobre las pechinas del cimborrio.
Arquitectura de la
catedral de Valencia
La
iglesia es de planta medieval de tres naves con crucero cubierto con cimborrio,
girola y ábside poligonal.
El estilo dominante es
el gótico, ya que la
estructura principal se construyó durante los siglos XIII y XV, aunque también
podemos encontrar elementos del barroco, románico, renacimiento e incluso
neoclasicismo, ya que su construcción se alargó en el tiempo y ocupó varios
siglos.
Es
curioso saber que a la derecha de la Puerta de los Apóstoles se encuentra un reloj de sol. Si te fijas bien, podrás
ver la aguja vertical, llamada nomón y si tienes una vista de lince, puede que
hasta vislumbres las rayas y los números que marcaban las horas.
La
Catedral, en su exterior, está
compuesta por la Puerta de l’Almoina o del Palau (románico) , la Capilla de
Sant Jordi; la primera donde se celebró misa, l’ Obra Nova de estilo
renacentista italiano, el Micalet – Miguelete de estilo gótico valenciano, la
Puerta de los Apóstoles, del gótico francés y la Puerta de los Hierros, de
estilo barroco italiano.
La
Puerta de l’Almoina o del Palau fue
realizada entre los años 1260 y 1270, en estilo románico con influencias
orientalizantes y mudéjares. Se encuentra en la zona más antigua. Su origen
está todavía por determinar lo cierto es que se haya emplazada en el lugar que
ocupaba antiguamente la quibla de la antigua mezquita árabe. Se conoce con el
nombre de Puerta del Palau porque su frente se abre a la plaza en la que se
encuentra el Palacio Arzobispal. La portada es abocinada, con seis arquivoltas de medio punto que apoyan
sobre finas columnas (es de destacar la decoración de las arquivoltas).
Conviene admirar los ventanales góticos
que la coronan cuya utilidad primordial era la de servir de tribunas desde
donde contemplar los actos públicos que se realizaban en la plaza de la Virgen.
De
todos es sabido que la torre del campanario de la Catedral de Valencia es el Miguelete pero, ¿por qué se llama como
una persona? ¿El nombre del arquitecto era Miguel? ¿Su padre? Pues en realidad
viene de la campana mayor, la encargada de marcar las horas, que fue bautizada
el día de San Miguel.
Por
lo que respecta al interior,
destacar la Capilla del Santo Cáliz, la girola y la nave principal y laterales
del gótico y el altar mayor, con unas pinturas muy bellas y recién restauradas
de estilo renacentista, con algún añadido procedente del barroco.
La
capilla del santo Cáliz, fue
construida alejada del cuerpo principal, a mediados del siglo XIV,
concretamente entre los años 1356 y 1369, justo en el momento en el que
constaba como maestro mayor de la Catedral, Andrés Juliá. En ella se encontraba
la antigua sala capitular. Se dispone como un espacio único, de proporciones
casi cúbicas y en origen, exento de la catedral. Es de planta cuadrada con
trece metros de lado. Resalta su extraordinaria bóveda estrellada, de crucería y planta octogonal con pequeñas
bóvedas triangulares esquinales. Fueron Pere Compte y Asensi Fos los que
hicieron posible su unión definitiva a la Catedral mediante un pasadizo.
La girola cuenta con
ocho capillas. En el
año 1771 se proyectó una reforma de corte neoclásico auspiciada por Antonio
Gilabert que recubrió por completo ésta y el resto de la iglesia. En la última
restauración efectuada se limpiaron algunos de sus ornamentos, quedando al
descubierto parte de los arcos y muros
góticos originales. El ábside es de planta poligonal y está cubierto por
una bóveda gallonada de seis nervios. Muestra cinco ventanales y se comunica
con la girola por dos puertas laterales Algunos especialistas señalan que la nave principal fue terminada antes de
finalizar el siglo XIII.
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