
En Navarra, al límite de la provincia de Zaragoza, en la parte más elevada del pequeño pueblo de Javier se alza el CASTILLO DE JAVIER, casa natal del patrón de Navarra San Francisco Javier.
Declarado Bien de Interés Cultural, esta fortaleza medieval se alza erigida sobre roca viva. Un puente levadizo te introducirá en un mundo de torres, mazmorras, matacanes, troneras y saeteras, y te permitirá conocer el lugar donde nació (1506) y vivió San Francisco Javier, cofundador, junto con San Ignacio de Loyola, de la Compañía de Jesús y uno de los misioneros más universales.
Los orígenes del castillo se remontan a finales del siglo X, en el que se levantó una torre de señales, la torre del Homenaje. Su estratégica ubicación de frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, acrecentó su sentido de fortaleza y en torno a la torre se fueron edificando los distintos cuerpos del castillo.

En el año 1223 pertenecía al rey de Aragón y en 1236 pasó a manos del rey de Navarra. En el siglo XVI fue propiedad del padre de San Francisco Javier, y en este castillo nació el propio San Francisco Javier, cofundador, junto con San Ignacio de Loyola, de la Compañía de Jesús.
En 1516, el Cardenal Cisneros ordenó arrasar los muros exteriores que rodeaban la fortaleza, desmochar las torres, cegar los fosos con las piedras de las almenas, inutilizar los matacanes y saeteras y destruir los puentes levadizos. A finales del siglo XIX y aneja a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. Esta iglesia es de estilo neorrománico y se construyó con la misma piedra que se utilizó para el castillo.

En 1952, las obras de reconstrucción devolvieron al castillo su fisonomía original y hoy es uno de los pocos castillos que conservan sus defensas y estructuras como troneras y saeteras.
Se accede al castillo por un puente levadizo, desde el que se pasa a un patio defendido por la torre del Cristo y se entra en el castillo por una puerta defendida por matacanes. La parte delantera es de forma irregular. En la parte trasera se encuentra la bodega y el granero. La parte nueva era la residencia de los señores.

La torre del Cristo es de gran interés. Tiene una capilla con un crucifijo gótico de nogal, al parecer muy milagroso.
El castillo de Javier es un entramado arquitectónico construido en piedra perfectamente labrada, colocada y unida para dar una sensación de estructura férrea y compacta.
Con motivo del V Centenario del nacimiento del santo, se ha construido un espacio multiusos, el Aula Francisco de Jasso, con capacidad para 1300 personas, y la Sala de exposiciones Georg Schurhammer, con el archivo personal del mayor biógrafo de Francisco de Javier, trasladado especialmente desde Roma.
Javier es una zona muy frecuentada pues se encuentra muy cerca de la Ruta Jacobea. La tradición de hospedar a los peregrinos se remonta siglos atrás, ya que los señores del castillo albergaban a los transeúntes del Camino de Santiago. Actualmente, en el mes de marzo, se celebran las llamadas javieradas, que son peregrinaciones que se hacen hasta esta localidad navarra. Aquí vienen personas de todas las edades y de cualquier parte de la geografía, por caminos y senderos que proliferan de forma notable en esta zona peninsular.
San Francisco Javier y las Javieradas

Francisco nació en el castillo propiedad de sus padres, María de Azpilicueta y Juan de Jaso el 7 de abril de 1506. Su padre era Doctor en Derecho y Presidente del Real Consejo. Su madre pertenecía a la nobleza local. Sus hermanos mayores eran Magdalena, Ana, Miguel y Juan. El castillo fue su hogar durante 19 años.
De allí marcha a estudiar a la Universidad de la Sorbona en París, donde se reencuentra con Ignacio de Loyola. Con éste y otros amigos deciden fundar la Compañía de Jesús.
Con el patrocinio del rey de Portugal se embarca con la tarea de evangelizar las Indias Orientales. Durante estos años realizará su labor misionera en la India, las Molucas, las Malacas, Mozambique… hasta llegar al Japón. Justo en el momento de cumplir su máxima aspiración, entrar a China para proseguir su misión evangelizadora, muere en las costas de la isla de Sancián el 3 de diciembre de 1552. Francisco de Javier fue canonizado el 12 de marzo de 1622.
Hoy en día, entre otras cosas es patrón de Navarra, de varios países como Canadá y Australia, de los deportistas navarros en general y de los pelotaris del mundo en particular, patrón de la Juventud Navarra, de las Misiones, del turismo en España.
Anualmente, en la primera quincena de marzo y coincidiendo con la Novena de la Gracia, Javier se convierte en la meta de peregrinación penitencial de toda Navarra. La media de visitantes es de 30.000 personas cada fin de semana.

El origen de esta tradición se remonta a 1886, cuando se invocó a San Francisco Javier para que hiciera remitir la epidemia de cólera que asolaba Navarra, y en agradecimiento al cumplimiento de este deseo, se llevó a cabo la promesa de acudir peregrinando a Javier.
Castillo y Museo
Convertido en museo en 1986, acoge una excelente colección de pintura española del siglo XV al XX entre cuyos autores podemos mencionar a Murillo, Claudio Coello, Carreño, Maella, V. Bécquer, Lucas, R. Madrazo o Salaverría, y otra de kakemonos japoneses del siglo XIX, con escenas de la vida de San Francisco Javier de misionero en Japón.

Entre otros, también destacar, un retablo de alabastro policromado con la Adoración de los Magos del siglo XVI; un San Francisco Javier Agonizando, cera flamenca del siglo XVIII y una talla del santo fechada en 1622.
Y en la capilla de la Torre del Santo Cristo, rodeado por unas curiosas pinturas murales góticas que representan la Danza de la Muerte, un Cristo del siglo XIV, que según cuenta la tradición, sudó sangre cuando San Francisco de Javier agonizaba en China.

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