ARACENA: ruta del jamón ibérico de Jabugo

22 julio, 2014 at 8:55

ARACENA

La gastronomía de Huelva es simplemente única y el Jamón Ibérico de su Sierra, el Jamón de Jabugo, es un verdadero manjar.

La ruta del jamón ibérico de Jabugo comprende los 31 municipios integrados en la zona de elaboración y maduración de la DOP Jamón de Huelva en las comarcas de Sierra de Aracena y Picos de Aroche y de Cuencas Mineras. Gran parte del territorio es Parque Natural y Reserva Mundial de la Biosfera. En él se crían los cerdos ibéricos con los que se elaboran los reconocidos jamones de Jabugo.

Hoy nos toca hablar del segundo municipio de la ruta: Aracena.

Aracena es un municipio español de la provincia de Huelva, ubicado en la serranía a la que da nombre: Sierra de Aracena, la cual forma parte de Sierra Morena.

SIERRA DE ARACENA

Aracena, la capital de la comarca, es un pueblo que obliga mirar arriba y abajo. Arriba por su cerro y lo que queda del castillo. Abajo porque sus entrañas esconden la gruta de las Maravillas, una proeza subterránea de 1.200 metros de longitud (y esta es sólo la parte visitable) donde la naturaleza se expresa en forma de miles de estalactitas, estalagmitas, coladas, lagunas y otras formaciones geológicas tan misteriosas como milenarias.

gruta-de-las-maravillas

De vuelta a la superficie y sólo guiado por su olfato es probable que se encuentre ante una barra cargada de delicias gastronómicas de temporada y los clásicos ibéricos. A saber, castañetas ibéricas a la plancha y montaditos de pringaita para picar. Boletus a la plancha con aceite de trufa para seguir… Y para el postre salga de nuevo a la calle y busque, junto a la plaza del Marqués de Aracena, la confitería Rufino, en pie desde 1875. El Museo del Jamón es la próxima parada y un buen lugar para conocer mejor el ciclo de vida del marrano, desde que cae la bellota hasta que el jamón está listo para su consumo, un proceso que lleva 4 años y medio.

Museo-del-Jamon_Aracena

El viajero que visita Aracena no puede pasar desapercibido el encanto de sus aldeas rurales, ricas en manifestaciones de arquitectura popular (fuentes, lavaderos, molinos), y el atractivo de sus parajes naturales. Esta ciudad cuenta con la más amplia red de senderos señalizados de la Sierra, ideales para el senderismo, y que nos permite conocer a pie, a caballo y en ocasiones también en bicicleta los atractivos del medio rural. Y todo ello junto a la más completa oferta de servicios turísticos.

ruta senderismo_aracena

Historia

Al igual que el resto de la Sierra, es en la etapa cultural del Bronce Pleno, a mediados del II milenio a. C., donde existe más amplia representación de yacimientos con tumbas tipo cistas. Entre éstos el más representativo es el de Castañuelos, muy próximo a la aldea del mismo nombre y a cuatro kilómetros de Aracena, en el que se distingue además otra fase correspondiente a la Edad del Hierro, con restos de un poblado que se asocia al período iniciado a partir del siglo V a. C., en el que pueblos meseteños de origen celta se establecieron en la Sierra de Aracena.

yacimientos castañuelos

La romanización es tardía y se refiere sobre todo a la explotación de los recursos mineros de la zona, así como a la riqueza agropecuaria, aunque ésta de forma secundaria. Implantación de raigambre romana fue entre otros el Monte de San Miguel.

De la época islámica, según los restos aparecidos, existió una población en el Cerro del Castillo, protegida por una fortificación en el período almohade, que pasó a depender del reino taifa de Niebla en la primera mitad del siglo XIII.

No hay unanimidad sobre la fecha de la conquista, pero parece ser que la Orden del Hospital conquistó para Portugal Aroche y Aracena entre 1230 y 1233, aunque muy pronto el rey Fernando III reclamó para sí estas tierras.

El denominado «Conflicto del Algarve» se solucionará por sucesivos tratados en los que se fijan las fronteras, adscribiéndose toda la Sierra de Huelva al reino de Sevilla como tierra de realengo y se encomienda su defensa a la Orden de Santiago, aunque la leyenda y la tradición fuertemente arraigada defiende la presencia en la zona de la misteriosa orden de los Templarios.

En el siglo XV se produce la primera gran expansión demográfica y gracias a ella la población crece por las faldas del castillo. Se reparte por nada menos que treinta aldeas, muchas de las cuales se emanciparían en los siglos posteriores. En estos momentos la ciudad adquiere gran relevancia; se constituye en la capital de la Sierra, con centro desarrollado en torno a la Plaza Alta, y en una de las principales del reino de Sevilla.

En 1641, el municipio pasa a depender del Conde-Duque de Olivares, y en el siglo XVIII del Conde de Altamira.

En 1833 se crea la provincia de Huelva y Aracena es segregada de Sevilla. Fue el primer marqués, Javier Sánchez Dalp, el personaje más representativo de la época y el responsable de un periodo de impulso en la regeneración de la ciudad. Artífice de iniciativas tan dispares como la apertura de la Gruta de las Maravillas, la instauración de la romería en la Peña de Alájar y la construcción de numerosos edificios, entre ellos buena parte de los que llevan la firma del conocido arquitecto Aníbal González.

Castillo de Aracena

castillo de aracena

El Castillo de Aracena es uno de los castillos más importantes de la provincia de Huelva y que aún se conserva en perfecto estado.

Fue erigido en el siglo XIII. Según algunos estudiosos, es probable que tuviera vinculación templaria, aunque también parece haber pertenecido a los Caballeros de la Orden de Santiago.

Se construyó sobre los restos de una edificación musulmana y junto a una Iglesia más antigua, la Iglesia Prioral de Ntra. Sña. del Mayor Dolor: es la iglesia más antigua y emblemática de Aracena, de estilo gótico, consta de tres naves a igual altura, con coro y atrio a los pies.

Iglesia Prioral de Ntra. Sña. del Mayor Dolor

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CALATAÑAZOR: pueblos medievales de España

2 abril, 2014 at 20:56

CALATAÑAZOR

Calatañazor es una localidad y también un municipio de la provincia de Soria, Comunidad Autónoma de Castilla y León.

Perteneciente a la comarca de las Tierras del Burgo, está situado a orillas del río Milanos, al suroeste de la capital, de la que dista 32 km. Tiene alrededor de 70 habitantes.

Es una pequeñísima villa con sólo unas docenas de habitantes pero con toneladas de encanto. Puertas de cuarterón con antiguos herrajes, tejados coronados por chimeneas cónicas cubiertas a teja partida, pavimento de canto rodado… En este marco Orson Welles rodó «Campanadas a medianoche» (basada en varias obras de Shakespeare y ambientada en los siglos XIV -XV) y según cuentan lo único que tuvo que hacer fue quitar los cables de la luz. No es de extrañar, subes la cuesta de la carretera de acceso, doblas la esquina y… ¡de pronto parece que el tiempo se ha detenido! Las primeras casas de Calatañazor parecen transportarte a través de un túnel de tiempo y en unos pocos metros has retrocedido varios siglos.

CALATAÑAZOR_2

El pueblo cuenta además con abundantes restos de un señorial castillo, con dos iglesias —una de ellas románica— y con una tercera muy arruinada pero que todavía deja entrever su románica hechura. Tantos méritos le valieron a la villa de Calatañazor la declaración de Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1962.

Desde el castillo de Calatañazor, al final de la calle principal, empedrada, con soportales, puede contemplarse el «Valle de la Sangre». Hace algo más de mil años aquí se escribió una de las páginas más gloriosas de la historia de España que hizo que Calatañazor aparezca en ella con letras de oro (la batalla del mismo nombre).

valle de la sangre

El poeta Gerardo Diego, sin duda impresionado por la serena estampa e historia de Calatañazor le dedicó un bello poema, cuyas estrofas, grabadas en bronce, decoran un monumento dedicado al Almanzor, erigido en el centro del pueblo.

almanzor

La historia del pueblo de Calatañazor

(texto publicado por Eduardo Losada)

Esta se inicia en el «Cerro de los Castejones», situado entre el pueblo y la carretera nacional N-122, al otro lado del profundo barranco que forma el río Milanos. En este lugar llevó a cabo en 1924 importantes excavaciones arqueológicas el insigne arqueólogo español Blas de Taracena, que descubrió los restos de un poblado celtibérico de los siglos III-II antes de Cristo y que continuó habitado hasta la caída del imperio romano. Algunos han identificado estas ruinas con la ciudad de Voluce, pequeña ciudad y parada intermedia entre Numancia y Uxama (dos importantes ciudades celtíbero-romanas) en la calzada romana que unía El valle del Ebro con el interior (llegaba hasta Asturica Augusta, la actual Astorga).

ciudad de voluce

Pero será un poco más tarde cuando el nombre de Calatañazor se haga inmortal. Nos encontramos en pleno siglo X y el río Duero constituye una línea de castillos y fortalezas apoyadas por numerosas atalayas. Calatañazor forma parte de este intrincada red, de las que Medinaceli es el principal bastión y puesto de mando. Desde el norte los cristianos se han ido acercando y pretenden seguir empujando a sus adversarios hacia el sur. Esto convierte a la provincia de Soria en un constante escenario de enfrentamientos; batallas y escaramuzas se suceden.

Es en este contexto en el que un nuevo y poderoso reino está naciendo. En 931 Fernán González ha reunido en torno  a el varios condados menores, fundando el condado de Castilla. El principio es difícil y el conde apenas tiene poder hasta el año 951, tras la muerte del rey León Ramiro II. Cuarenta años más tarde, cuando él muera, Castilla habrá pasado de ser una región dividida y sometida a otro reino, a ser un condado unificado con espíritu emprendedor y militar que abarca desde el Duero hasta el Cantábrico.

En el año 970 muere Fernán González y Calatañazor pronto entrará en la historia.

Estamos en torno al año 970 y el califa Al Hakan II está maravillado por la extraordinaria habilidad de uno de sus servidores con las mujeres. El muchacho. que pronto será llamado Almanzor, sabe de la influencia que tienen estas, y hombre bien parecido, se dedica a colmar de regalos y atenciones a las mujeres del harén del califa, lo que le hace gozar de sus favores. El califa se pregunta maravillado como es posible que ellas solo aprecien los regalos que les da Almanzor.

Almanzor es ambicioso y cuando el califa muere, 6 años más tarde, ve que ha llegado su oportunidad, se convierte en co-tutor del nuevo califa Hisham II junto a un tal Al Mushafi. Este estorba a Almanzor que empieza a atraerse la amistad del poderoso general Galib, gobernador de Medinaceli, Al Mushafi se da cuenta de las intenciones que se esconden detrás y pide la mano de la hija de Galib pero Almanzor se entromete y consigue ser él, el que se case con la Hija del general y logra anular a Al-Mushafi, que desaparece de la escena. Además logra salvar al pequeño califa de una conjura y lo rodea de atenciones. En 981 culminan sus maquinaciones anunciando que el califa desea dedicarse a la religión y delega en él toda su autoridad. Pero su suegro, Galib, se opone. Se enfrentarán en una dura batalla en la que Almanzor saldrá victorioso y matará a Galib.

A partir de entonces se convierte en el azote de los reinos cristianos: devasta Barcelona en el 985, León en 988. Antes incluso, en el 977 ya había atacado Galicia, donde arrasa la basílica de Santiago (allí solo respetó el sepulcro del Apóstol  y al monje que lo custodiaba).

Solo con nombrarlo, los cristianos tiemblan. Sus reyes prefieren rendirse y pagar tributos antes que combatir con este guerrero que parece invencible. Además estamos acercándonos al año 1000 y muchos de ellos piensan que Almanzor es el mismísimo instrumento del Apocalipsis que viene a destruir el mundo. Algunos reyes cristianos, incluso entregan a sus princesas para que formen parte de su harén y así calmar su cólera. Sin embargo, de todos ellos, hay uno que no está dispuesto a permitir que Almanzor se pasee por sus tierras como «Pedro por su casa». Este no es otro que el conde de Castilla Garci Fernández, un hombre valiente, algo nada extraño si tenemos en cuenta que es el hijo de Fernán González y por sus venas corre sangre valiente. Se opone con todas sus fuerzas a Almanzor, pero no cuenta con que a veces… ¡el peor enemigo está en casa! Hemos dicho antes que Almanzor es un increíble seductor, y de nuevo va a hacer gala de esta habilidad. Visto que el conde es un duro enemigo, Almanzor va a enviar un mensaje con dulces palabras de amor a la mujer de Garci Fernández, preguntándole si no prefiere ser reina a ser condesa. Completamente seducida, la condesa solo piensa desde entonces en lograrlo y el único que se lo impide es su marido.

Unas navidades, la condesa licencia a los caballeros del conde y este se queda solo en su castillo. Avisado, Almanzor se presenta allí con un grupo de guerreros (parece ser que este hecho ocurrió en la zona cercana a Alcozar, en la parte oriental de la actual provincia de Soria). Al verlos, el conde, con su proverbial valentía no se esconce dentro de su castillo y sale a combatir. pero la lucha es desigual (además la condesa ha dejado su caballo sin alimento y este pronto desfallece). El conde resulta herido y es hecho prisionero y llevado a Córdoba, donde muere. Almanzor devastara después Castilla.

La condesa no termina ahí sus maquiavélicas maniobras y una vez se ha desembarazado de su marido, decide acabar con su hijo, el nuevo conde de Castilla Sancho García. Dice la leyenda que una morita avisó a Sancho y que este hizo beber de la copa envenenada a su madre y fue esta la que murió. De esta forma por fin se acaba con la condesa, que tanto daño hizo a Castilla. El intento de envenenamiento supone además que Sancho García, que también había participado de la traición a su padre, se dé cuenta de la barbaridad que ha cometido y profundamente arrepentido, busque con ansia la oportunidad de redimirse y sobretodo de vengarse. Esta oportunidad le llegará cinco años más tarde (estamos en el año 1002), y será en el llano al pie del pueblo de Calatañazor. Almanzor ha dirigido una expedición contra la Rioja y regresa de ella cansado y enfermo camino de Medinaceli. En el Valle de la Sangre le espera una gran coalición cristiana liderada por Sancho García, al que acompañan Vermudo II de León y García Sánchez de Navarra. Calatañazor está a punto de entrar en la historia…

Ambos ejércitos se enfrentan en una dura batalla pero Almanzor -enfermo- no es ese guerrero invencible que no conoce la derrota, y sus tropas, desmoralizadas por la situación de su caudillo no logran contener a los cristianos y son derrotadas, muriendo miles de musulmanes (según las crónicas cristianas). Es la primera vez que Almanzor es derrotado, y bien sea por su enfermedad, bien sea por la amargura de la derrota, o por ambas, el caso es que Almanzor morirá antes de llegar a Medinaceli y será enterrado allí con todos los honores.

batalla de Calatañazor

Esta victoria será considerada por los cristianos como una de las más importantes de la Reconquista y el nombre de Calatañazor escrito con letras de oro en la historia de España. Sin embargo ya entonces, los musulmanes hablaban de una simple escaramuza sin mayor importancia y algunos historiadores posteriores, incluso negarán que hubiera batalla de Calatañazor, pero en los años 70 del pasado siglo se estaban realizando unas obras en una mezquita de Fez y se encontró una importante y desconocida biblioteca, entre cuyas obras figuraba una que confirmaba que la batalla de Calatañazor existió, y que en ella fue derrotado Almanzor. Por tanto, podemos repetir ese dicho que se dice en el pueblo:

En Calatañazor

Perdió Almanzor

El tambor.

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EN UN LUGAR DE LA MANCHA; primera etapa de la ruta de Don Quijote

16 febrero, 2014 at 20:52

Ruta de Don Quijote_Molinos de Viento

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho que vivía un hidalgo al que se llamó Don Quijote… Hace ahora cuatro siglos, Miguel de Cervantes estaba dando al mundo una de las grandes joyas de la literatura mundial. Su protagonista, Don Quijote de la Mancha, sería un prototipo literario íntimamente ligado a la tierra por la que discurren sus desventuras.

En varios artículos te vamos a ofrecer diferentes etapas de la ruta que te permitirá acercarte con profundidad para conocer al héroe literario y su tierra, La Mancha.

La Ruta de Don Quijote ha sido declarada por el Consejo de Europa Itinerario Cultural Europeo, el cuarto de España, tras el Camino de Santiago, el legado de Al-Ándalus y las Rutas de los Sefardíes.

Esta fascinante ruta comienza en la milenaria ciudad de Toledo, capital de Castilla-La Mancha, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. En este primer tramo, podrás descubrir los famosos molinos de viento, las plazas mayores, los castillos y la variada arquitectura popular, y comprobarás la riqueza medioambiental que aportan las lagunas a toda esta zona.

toledo

Dejando atrás las estrechas y empedradas calles del casco viejo toledano, podrás salir  en busca de las huellas que dejaron por estos mismos caminos, hace ahora 400 años, un flaco jinete y su escudero.

Tras pasar Nambroca y el castillo de Almonacid de Toledo, la ruta se bifurca en dos ramales, el más norteño nos conduce a La Guardia y Lillo, en cuyo entorno pueden visitarse varias lagunas, como las de Longar y la del Altillo. Si decidimos seguir el ramal sur, tras pasar por Mascaraque, pronto encontraremos la silueta de las ruinas del castillo de Peñas Negras en Mora, vigilando el camino hasta Tembleque, donde podremos detenernos a pasear por la Plaza Mayor, una de las más hermosas de toda La Mancha, con soportales sostenidos por columnas de granito y corredores de madera al estilo del siglo XVII.

TEMBLEQUE

En Villacañas resulta singular la presencia de los “silos”, viviendas subterráneas, todavía en uso. Nuevamente aparecen dos ramales que, atravesando Quero o el complejo lagunar de Alcázar de San Juan, donde encuentra cobijo la variada avifauna manchega, confluyen en Campo de Criptana.

Los parajes de los alrededores hasta Mota del Cuervo se encuentran todavía cubiertos por las siluetas de esos molinos centenarios que necesitaron la fuerza del viento para vencer a Don Quijote, y que les hicieron universalmente conocidos.

Muy pronto, llegaremos a El Toboso, donde la hermosa Dulcinea vivía ajena a la locura que causaba su belleza y ahora es posible visitar en el Museo Cervantino las numerosas ediciones que allí se exponen de El Quijote.

Toboso

Tras visitar Belmonte, que conserva un extraordinario conjunto monumental, con importantes edificios civiles y religiosos, además de un impresionante recinto defensivo compuesto por su castillo, murallas y puertas, este trayecto termina en San Clemente, famoso por su Plaza Mayor y declarado conjunto histórico, por la monumentalidad de sus iglesias, palacios y casonas, que han sabido aguardar pacientemente al caminante desde hace más de cuatro siglos.

Castillo de Belmonte

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ESPERA; ruta de los pueblos blancos de Andalucía

4 febrero, 2014 at 9:43

PUEBLO DE ESPERA

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Hoy vamos a mostrarte el pueblo ESPERA (Cádiz), pueblo con auténtica esencia andaluza.

Casas blancas, calles estrechas y cuestas empinadas hasta lo más alto del pueblo donde encontramos el Castillo “Fatetar”, construido por Abderramán III, y donde se encuentra la ermita de Santiago, con la imagen del Cristo de la Antigua, cuya Fiestas en su honor en el mes de septiembre hace que la imagen baje al pueblo.

Destacan además monumentos como la Iglesia Santa María de Gracia de estilo renacentista (s. XV), el Molino de los Diezmos (s. XVIII) que actualmente funciona como molino de aceite y algunas Casas solariegas.

En el término de Espera, encontramos las ruinas íberas de “Esperilla” y la Ciudad Romana de “Carissa Aurelia”. A 4 Km. podemos visitar el Museo Arqueológico y el Complejo endorreico de la “Zorrilla”, maravilloso entorno natural con un alto valor ecológico desde donde podemos observar multitud de aves.

No nos debemos ir de Espera sin probar el aceite del “molino” y los molletes, productos típicos espereños.

Historia

Espera ha estado habitada desde la más remota antigüedad, prueba de ello son los restos arqueológicos que se han encontrado en su término, como pueden ser varias colecciones de útiles de piedras talladas pertenecientes al Paleolítico. Numerosos han sido también los hallazgos pertenecientes a las culturas Turdetanas, Íberas y Cartaginesas; pero es en la época de la Conquista Romana cuando aparecen las dos ciudades de Carissa Aurelia y Esperilla, ambas localizadas en los alrededores de la actual villa. Tras los Romanos llegan los Visigodos, que levantaron una fortaleza sobre los restos de una fortificación romana, donde hoy se alza el Castillo.

La Conquista Musulmana significó la destrucción total de Carissa y el establecimiento de los nuevos habitantes alrededor de un nuevo recinto de defensa, que sigue tomando como base el Castillo de Fatetar, mandado a construir por Abderramán III. Con Fernando III pasa a manos cristianas y sirve como fortaleza fronteriza hasta la caída del Reino de Granada. Cuando éste cayó la función militar del Castillo desaparece y es entonces cuando los espereños comienzan a construir sus casas en los lugares más llanos, a lo largo de las laderas, existiendo dos villas: «La Villa Vieja» arriba, dentro de los muros del castillo y «La Nueva» en el actual emplazamiento del pueblo.

Carissa Aurelia

CARISSA AURELIA

Carissa Aurelia es un yacimiento arqueológico situado entre los gaditanos términos municipales de Espera y Bornos, España, de época íbera y romana, con importantes restos de necrópolis.

Se pueden observar numerosos columbarios excavados en la roca y otros construidos con piedras, así como laudas sepulcrales con inscripciones, entre las que destaca una de época paleocristiana de los siglos IV-V. También se observan restos de muros constructivos de edificaciones coetáneas.

La ciudad de Carissa fue primero municipio romano y posteriormente «Cives Romani», con derecho incluso a acuñar moneda propia, durante el mandato de Vespasiano.

Está declarado como bien de interés cultural, con la categoría de zona arqueológica.

El Castillo “Fatetar”

CASTILLO DE FATETAR

Está situado  en la cima del Monte Fatetar, en la zona más alta de la localidad de Espera y disfrutando de unas impresionantes vistas tanto del pueblo como de sus alrededores.

Aunque no se conocen muy bien sus orígenes, varias culturas han pasado por este lugar, como son los romanos, visigodos, árabes, musulmanes y cristianos.

Tiene  forma romboidal. A día de hoy aún se puede observar su Torre del Homenaje y restos de sus murallas. Junto al castillo se encuentra la ermita del castillo, denominada la Ermita de Santiago. Los orígenes del castillo de Fatetar no están muy claros, pues nunca se ha realizado un estudio detallado del mismo. Se han encontrado unas pequeñas láminas de sílex probablemente del Neolítico, pero al no haberse realizado ninguna excavación, no se puede asegurar nada relativo a esa época

Al parecer se asentó sobre los restos de una antigua fortaleza romana sobre la que los visigodos levantaron otra. Dicen que el castillo fue en origen un observatorio astronómico o tal vez un templo. Durante la ocupación musulmana, Abderraman III construyó el castillo árabe en el año 914, dejando como alcaide a Yamil Uqba al Balawi al mando de un nutrido número de caballeros. Los historiadores musulmanes hablan de una vía de comunicación que pasaba por Espera. Tampoco se conoce con seguridad cuándo pasó a manos cristianas. Pudo ser conquistado por Fernando III el Santo en el año 1251, pero lo más seguro es que lo hiciera Alfonso X el Sabio en 1255 al conquistar Jerez.

Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1949. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

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