FRIGILIANA: los pueblos con más duende de Andalucía

23 julio, 2021 at 11:47

Frigiliana es el único pueblo de la provincia de Málaga incluido entre los más bellos de España. Galardonado con el I Premio Nacional de Embellecimiento en 1982, su casco histórico es Conjunto Histórico Artístico desde el año 2014.

Frigiliana tiene una honda influencia árabe, con un casco histórico de herencia morisca de obligada visita, conocido como “Barribarto” – el barrio mudéjar -, catalogado como el conjunto arquitectónico de origen árabe más auténtico de Andalucía.

Incluso sin conocer la historia de este impoluto pueblo blanco, el primer pensamiento que se te vendrá a la cabeza es su similitud con cualquier medina del norte de Marruecos. Un entramado de callejuelas, pasadizos, callejones, adarves, arcos, puertas de color azul… y fachadas blancas que si fueran pintadas de color azul pitufo resultaría complicado encontrar las siete diferencias con Chefchaouen, uno de los pueblos con mayor encanto del vecino africano. No en vano, ambos pueblos se encuentran hermanados… por algo será.

Frigiliana está situado en la zona más oriental de la comarca de la Axarquía, asomada al Mediterráneo desde el Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama.

El choto frito en salsa de almendras, los variados potajes de verduras frescas, mención destacada merece el potaje de bacalao en Semana Santa (manteniendo así la tradicional cuaresma), las migas…son algunos de los platos típicos de la cocina autóctona, todo ello elaborado con aceite de sus olivares y regados con los ricos caldos moscateles de sus viñedos, sin olvidar, por supuesto, las recetas elaboradas a base de la miel de caña: berenjenas fritas con miel de caña, arropía, marcochas…

Como curiosidad, nos gustaría mencionar que en Frigiliana se fabrica una de las mejores cervezas artesanales de Andalucía, La Axarca, con un aroma a mango que la hace más que apetitosa.

Algunas tradiciones artesanas autóctonas perviven en Frigiliana, y materiales como el esparto, las calabazas de agua, la cera, el cristal, la arcilla, madera o lana se convierten en bellas obras de singulares acabados que pueden adquirirse en los comercios del Casco Histórico.

Origen e Historia de Frigiliana

Frigiliana ocupó un lugar destacado en la Historia de España durante la sublevación de los moriscos. La villa conserva una de las más auténticas manifestaciones de la arquitectura tradicional árabe en España: su barrio morisco o Barrio Alto.

Habitada desde el 3.000 antes de Cristo, también fue lugar de establecimiento para fenicios y romanos. Estos construyeron una fortaleza y dejaron el nombre con el que a partir de entonces se conocerá la población, que significa «propiedad o villa de Frexinius«.

Sin embargo, el origen de la villa como tal hay que buscarlo hacia los siglos IX o X, con la construcción de un castillo (hoy desaparecido) alrededor del cual comienzan a concentrarse diversas viviendas. Este lugar es conocido como Hins Challana en época califal, y como Fixmiana durante la etapa nazarí.

Como tantas otras villas de la Almijara y las cercanas Alpujarras, la actividad económica principal de Frigiliana era la producción de sedas, acompañada de la de aceite, uvas o higos.

Tras la caída del reino de Granada, durante el reinado de los Reyes Católicos, los moriscos terminaron siendo expulsados de sus tierras y diseminados por la península, al tiempo que se poblaba Frigiliana con «cristianos viejos».

Durante el siglo XVII Frigiliana sufrió un periodo de estancamiento, con una población apenas superior al centenar de habitantes. En mayo de 1640, Íñigo Manrique de Lara fue nombrado conde de Frigiliana. La expulsión de los moriscos hizo que se abandonara la producción de seda, siendo a partir de entonces el cultivo de la caña de azúcar su actividad principal, de la que se conserva aún el Ingenio, edificio del siglo XVI. De esta época son también construcciones como el Palacio del Apero o la Iglesia de san Antonio.

Un paseo por el casco Histórico de Frigiliana

En Frigiliana, aún es posible cruzarse con mulas cargadas de mercancía o material por aquellas calles donde no llegan los vehículos. Del mismo modo, los vecinos vienen decorando sus calles con macetas, buganvillas, geranios o jazmines desde mucho antes de la llegada de los turistas. La preocupación por su pueblo llega hasta tal extremo que cada persona barre el trozo de calle que le corresponde, ahorrándose de ese modo la figura del barrendero.

Este conjunto de peculiaridades, sumadas a la belleza del trazado y su historia, hacen de Frigiliana el principal atractivo turístico del interior de Málaga.

Desde la plaza de las Tres Culturas ya dispones de una bonita vista, pero es desde los miradores de la Casa del Apero donde el blanco inmaculado comienza a cautivar. En la antigüedad, este lugar era destinado a granero y caballerizas, pero actualmente acoge la oficina de turismo, la biblioteca municipal y el museo Arqueológico.

Desde la Casa del Apero comenzamos la subida por la calle Real, pasando por uno de los edificios con más historia del municipio, El Ingenio. Fue un antiguo palacio de los condes de Frigiliana, construido en el siglo XVI a partir de los restos del castillo árabe que defendía la ciudad, y adaptado a fábrica a principios del siglo XX. Es la única fábrica de miel de caña que existe en Europa. Y es que, con la expulsión de los árabes se acabó la producción de seda, pasando a ser la producción de caña de azúcar la actividad principal.

Continuaremos por la calle Real y giraremos a la derecha hacia el callejón del Peñón, hacia el corazón del barrio morisco-mudéjar, donde las macetas y las flores se multiplican, y donde un laberinto de callejuelas y pasadizos nos teletransporta a lugares con acento magrebí.

Llegamos a la parte más alta de Frigiliana. Una ubicación que nos permite disfrutar de panorámicas privilegiadas en cada esquina. Una de esas fantásticas panorámicas es desde el restaurante El Mirador… Si continuamos, nos toparemos para mí con el mejor mirador al que asomarse en Frigilianaubicación exacta –.

Tras bajar las coquetas escaleras de ladrillo de la calle Garral, y después de girar a la derecha, aparece el callejón del Inquisidor, con la fuente de las Tres Culturas.

Descendiendo de vuelta a la calle Real, llegamos a la plaza de la Fuente Vieja, del siglo XVII, construida por D. Iñigo Manrique de Lara, quinto Señor de Frigiliana. Se concibió para abastecimiento de la población y abrevadero de animales. Fíjate en el escudo de armas y en la vivienda adyacente, ya que es el único ejemplo arquitectónico que se conserva de la Frigiliana de hace dos siglos.

Descendiendo por la calle Real, sobresale la iglesia de San Antonio de Padua, cuya fachada no desentona con el color blanco del resto de la población. Fue edificada sobre una antigua mezquita. En su interior destacan las doce máscaras barrocas.

Si seguimos descendiendo, llamará nuestra atención el Portal de Soto, un claro ejemplo de los vivos callejones de esta antigua villa árabe.

Si decíamos con anterioridad que la calle del Garral era una de las más auténticas que ver en Frigiliana, la calle Zacatín no tiene nada que envidiarle. Una de las calles más pintorescas, especialmente en primavera.

Terminamos este paseo a pie por el caso viejo de Frigiliana en El Torreón, lugar donde se encontraba el pósito a mediados del S. XVIII, y que actualmente se encuentra adosado a una vivienda. Si penetras en el Torreón, podrás ver una antigua vasija con un curioso grabado de origen desconocido. Una inscripción que representa a las tres grandes religiones: árabe, hebrea y cristiana. A raíz de este hallazgo, se adoptó el eslogan turístico de: “Frigiliana, Villa de las tres Culturas“.


LA ALCAICERÍA DE GRANADA: mercadillos de España con historia

25 junio, 2021 at 8:26

La Alcaicería de Granada es un antiguo zoco árabe, una zona comercial llena de tiendas pequeñas, dedicadas en su mayoría a la venta de recuerdos o souvenirs y de artesanía granadina.

Está situada en el centro histórico de Granada, junto a la famosa plaza Bib-Rambla, la Catedral y la Capilla Real, y su entramado de callejuelas, su bella decoración y su forma nos recuerda que estamos en el antiguo zoco o mercado árabe.

El nombre de alcaicería proviene del árabe al-qaysariya, que designa una institución comercial y los edificios que la componen. Aunque también se dice que tiene relación con el nombre del César, al que los árabes estaban agradecidos por permitirles el comercio de la seda.

Si, además de las compras os gusta la historia podéis visitarlo todos los días de 10:00 a 21:00h en, claro está, la calle Alcaicería. Encontrarás numerosas tiendas de recuerdos y artesanía granadina, como la popular loza de Fajalauza o la incrustación de madera o taracea.

Origen e Historia de la Alcaicería de Granada

La Alcaicería se fundó en el s. XIV junto a la Mezquita Mayor en época de Muhammad V. Se accedía a ella a través de nueve puertas que se cerraban de noche para protegerla.

Contaba con más de doscientos comercios, además de vigilantes, inspectores, controles de calidad, etc.…, y un alcaide que vivía en el recinto.

El mercado era un espacio propiedad del rey, donde se entregaba la seda en bruto para recaudar impuestos y marcarla, y donde, además, se vendían mercancías de precio elevado: seda, objetos de plata, orfebrería, ropas suntuosas, cuya venta estaba prohibida fuera de ella.

Con la llegada de los Reyes Católicos el mercado paso a ser dirigido por un gobernador, nombrado directamente por el gobernador de La Alhambra, cargo que estuvo siempre vinculado a la nobleza. La Alcaicería continuó con el comercio de la seda hasta su declive en el siglo XVIII, cuando se permitió abrir en el recinto otros tipos de negocios. En esta época la Alcaicería se dividió en dos zonas, una comercial y otra administrativa.

En 1843 sufrió un incendio, pero resurgió de sus cenizas y aunque ahora ocupa un espacio menor que el original, encanta a turistas y locales con sus variados géneros. La Alcaicería es un lugar obligado de visita en la ciudad, donde se puede sentir la esencia del legado árabe y el bullicio de sus zocos.


MERCADO CENTRAL DE CÁDIZ: mercados tradicionales con sabor

4 junio, 2021 at 12:18

El Mercado Central de Cádiz, obra de Torcuato Bejumeda, se inauguró en 1838 y ha llegado hasta nuestros días gracias a las diferentes reformas que le han lavado la cara manteniendo la estructura original.

Antes del actual mercado de abastos, esta ubicación estaba ocupada por el huerto del antiguo convento de los Franciscanos Descalzos (siglo XVII), hoy Plaza de la Libertad, expropiada en la década de 1830.

Su visita es una placentera obligación para todo gastrónomo que se precie de serlo. También para todo aquel que quiera conocer una parte importante de la vida cotidiana en el núcleo histórico de Cádiz. El mercado abre de lunes a sábado de 09.00 h a 15.00 h. Horario Rincón Gastronómico: lunes de 9.00 a 16.00, de martes a viernes de 09 a 15.30 y de 19.00 a 00.00 y sábados de 09.00 a 16.00 y de 20.00 a 01.00

Características del Mercado Central de Cádiz

Este mercado de planta cuadrada a modo de plaza neoclásica y soportales con columnas dóricas fue obra del arquitecto Torcuato Benjumeda.

La remodelación más reciente concluyó en 2009, y en ella el arquitecto Carlos de Riaño optó por eliminar los anexos externos al mercado y una de las dos naves centrales, dejando una sola para los puestos de pescado y reubicando los de otros alimentos en el claustro. El mercado, tras la reforma, que ha conservado el diseño original del complejo, cuenta con 57 puestos de frutas y verduras, 54 de pescados, crustáceos y moluscos, 44 de carnes, 7 de congelados, 4 de pan y bollería, 1 de aceitunas, 1 de bolsas y papel, 1 de artículos de pesca y una cafetería en el primer piso.

Como reclamo añadido para el mercado, todos los días de la semana se organiza el Rincón Gastronómico, un lugar donde es posible degustar los productos típicos de la Gaditana, cocina nacional e internacional. Primero aparecieron un par de puestos de comida para llevar y degustar allí mismo, luego se abrieron una freiduría, puestos de productos de Cádiz, de cervezas artesanas, comida valenciana, japonesa… Y el Rincón ocupa hoy una parte significativa del espacio de la plaza, donde clientes del mercado o visitantes se quedan a tomar unas tapas.

Los puestos que estaban en los anexos al mercado se separaron para quedarse en casetas o tenderetes en los alrededores. Los más populares son los de los churros, como el de ‘La Guapa’, que se quedó con este nombre porque su fundadora, una mujer alta y bien plantá ganó un concurso de mantones de manila. Más de 60 kilos de masa trabajada a mano se venden cada día en este puesto.


NÍJAR: los pueblos con más duende de Andalucía

16 octubre, 2020 at 9:13

Níjar es un precioso pueblo almeriense incluido en el listado de la Asociación de Pueblos Más Bonitos de España, que se encuentra a un paso de uno de los espacios naturales más bellos del país, el Parque Natural de Cabo de Gata.

Níjar lleva habitado desde la prehistoria y, si bien no tiene grandes monumentos, sí tiene una estampa fabulosa. Sus laberínticas y estrechas calles repletas de casitas blancas enriquecidas con los colores de las macetas es todo un espectáculo.

Situado a las faldas de Sierra Alhamilla y a 300 metros sobre el nivel del mar el, pueblo de Níjar ha visto el transcurrir del tiempo y el  paso de diversas culturas entre las que destaca el periodo musulmán, que dejó una huella indeleble en el trazado de sus calles, arquitectura, gastronomía y artesanía. Como anécdota destacar que la rendición de Níjar (Nixar) ante los Reyes Católicos se produjo en 1488 y escenas de estos hechos aparecen reflejadas en un relieve de la sillería baja del Coro de la Catedral de Toledo.

El pueblo de Níjar puede ser admirado en su totalidad desde un mirador inmejorable: La Atalaya (torre vigía), ubicada en un promontorio de fácil acceso.

Níjar es pueblo artesano en el que la cerámica, el esparto y las “jarapas” tienen total protagonismo, donde una vez más el pasado árabe queda patente en su fabricación en los talleres que aún perviven.

Para los amantes de los monumentos queda en el mismo pueblo la iglesia de Santa María, del siglo XVI y fuera del centro urbano puedes visitar los castillos de San Felipe y de San Román. Sin olvidarte en ningún momento que te encuentras en el Parque Natural del Cabo de Gata, con su emblemático faro y las torres de vigilancia que encuentras por toda la costa.

En Níjar comerás de lujo auténtica cocina almeriense y de la mejor calidad. Tienen gran fama los tomates de la zona, así como las gachas y las migas, el jamón, la morcilla y los embutidos en general. No te pierdas los caracoles en salsa o el mítico gambón rojo porque son una delicia. ¿Y de postre? La leche frita aquí adquiere un sabor especial.

La Jarapas de Níjar

La confección de las coloridas jarapas se sigue llevando a cabo en los talleres de las propias tiendas, por lo que el visitante que se adentre en uno de estos comercios podrá ver por él mismo los entresijos del telar con el que se transforman los retales sobrantes que llegan desde fábricas de toda España -antiguamente se usaban trapos viejos- en alfombras, mantas, colchas o cortinas. Una tradición que se remonta a la época musulmana de esta región y que es característica de la Andalucía oriental.


EL CHOTIS MADRILEÑO: cultura y tradiciones

4 septiembre, 2020 at 13:20

El Chotis madrileño es una música y baile muy particular, que se realiza al son de un organillo y en pareja, cara a cara. El chotis alcanzó gran popularidad y ha llegado a ser el baile más castizo del pueblo de Madrid, convirtiéndose en un símbolo Madrileño.

Durante el baile del Chotis madrileño la mujer gira alrededor del hombre, que gira sobre su propio eje. Se dice que el hombre no necesita más espacio que el de una baldosa para bailarlo.

Generalmente se baila en las verbenas como las de fiestas de San Isidro, fiestas típicas de Madrid.

Las mujeres suelen bailarlo ataviadas con un mantón de Manila y los hombres suelen lucir una parpusa (un tipo de boina) en su cabeza. Sin duda alguna el chotis más popular es el llamado «Madrid, Madrid, Madrid» del genial compositor mexicano Agustín Lara.

Origen e Historia del Chotis madrileño

El chotis o schotis es una música y baile con origen en Bohemia. Su nombre deriva del término alemán Schottisch (escocés), que era una danza social centroeuropea basada en un baile escocés del que se desconoce su nombre.

Esta danza, era un baile popular de campesinos escoceses, que pasó a Francia llamándose allí «exossaise», y de Francia pasó a Alemania con el nombre de schottisch, también conocida cono Polka alemana.

El chotis se puso de moda en toda Europa durante el siglo XIX.

El chotis llegó a Madrid en 1850 y se bailó por primera vez la noche del 3 de noviembre, en una fiesta organizada por la reina Isabel II en el Palacio Real de Madrid. En dicho evento, los músicos tocaron una polca alemana, que por aquel entonces estaba de moda en gran parte de Centroeuropa.

Según el periodista José Ayala, el chotis, y su organillo acompañante, fue introducido en Madrid por un inmigrante siciliano apellidado Apruzesse, que durante una estancia en Viena aprendió el secreto de las pianolas y fue el primero en traerlas a Madrid, instalando su taller en la Calle de San Francisco. Allí en Madrid se las llamó «organillos», y la música de ritmos austríacos que traían llamada Schotis encandilo a los chulapos madrileños. En una calle de Madrid, en la Cava Baja, aún hay un bar que recuerda esta historia y cuyo nombre es «Schotis».

La relación del chotis con el organillo es muy estrecha, ya que desde su comienzo, la interpretación del chotis con organillos ha formado parte de la tradición madrileña en las verbenas populares. El organillo se pudía transportar cómodamente por las calles y plazas de la ciudad: así se podían improvisar los bailes donde fuera necesario.

El baile del Chotis madrileño

La forma de bailar un Chotis no es complicada. Las parejas que lo ejecutan, ataviadas con los trajes típicos de chulapos madrileños, lo bailan así: el hombre sujeta con una mano a la mujer y con la otra mano, metida en el bolsillo del chaleco y con los dos pies juntos, gira en redondo sobre las punteras de sus zapatos, mientras la mujer baila a su alrededor. Cuando la música lo indica, la pareja da tres pasos hacías atrás y tres hacia adelante y se reinician los giros. En un Chotis bien bailado, el hombre gira solamente en el espacio de superficie de un ladrillo o baldosa y mirando siempre al frente.

Se puede aprender a bailar el Chotis en las Vistillas, junto al Palacio Real y en la Pradera de San Isidro, durante las fiestas del santo patrón de Madrid.