MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE LIÉBANA: monasterios y conventos con encanto

16 julio, 2015 at 18:44

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El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un monasterio franciscano localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Potes, en la comarca de la Liébana (Cantabria). Se encuentra medio escondido entre los pliegues orográficos del monte de la Viorna, en las estribaciones de los Picos de Europa.

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Fue declarado Monumento Nacional el 11 de agosto de 1953.

Los orígenes del monasterio son muy oscuros, probablemente un monje natural de Turieno llamado Toribio y que fue obispo de Palencia (530-540), fundó el primer monasterio siguiendo trazas visigóticas. Por aquel entonces el monasterio sería conocido como Monasterio de San Martín de Turieno.

Historia

El primer documento escrito en que aparece mencionado el monasterio data del año 828. El monasterio se mantuvo bajo la advocación de San Martín de Turieno, pero ya en el siglo XII (1125) aparece en documentos con su denominación actual de Santo Toribio (Sancto Martino ve/Sancto Toribio episcopo).

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Tras la invasión musulmana del año 711 y la rápida conquista de la Península, los cristianos que defendían el estado hispano-visigodo se replegaron hacia las montañas cántabroastúricas e hicieron frente con éxito en la batalla de Covadonga (722), así como en otras escaramuzas que tuvieron lugar en nuestros montes, como en el cercano lugar de Cosgaya, que sirvieron para tomar confianza de sus fuerzas e iniciar la Reconquista. Se constituyó el reino asturiano con don Pelayo, a quien sucedió Alfonso I, hijo de su colaborador el duque Pedro de Cantabria, casado con Ermesinda, hija del caudillo de Covadonga.

Este rey de sangre cántabra pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta, para crear un vacío estratégico como frontera frente a los islamitas en el valle del Duero. Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de nuestra comarca, fundando monasterios como el de San Martin de Turieno, que andando el tiempo se convertiría en Santo Toribio de Liébana.

Es posible que a mediados del siglo VIII, una vez consolidada la Reconquista en esta zona, se trajesen aquí los restos del obispo Toribio de Astorga y las reliquias del Lignum Crucis -que según la tradición él había traído de Jerusalén- para depositarlas en un lugar seguro como era este monasterio, que ya había adquirido cierto prestigio en el territorio cristiano.

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El monasterio actual empezó a construirse en 1265 (siglo XIII) pero no sería hasta el siglo XV cuando las obras fueron dadas por terminadas. Durante los siglos sucesivos fueron efectuadas diversas reformas y ampliaciones, entre ellas la construcción del claustro en el siglo XVIII. Después de la guerra civil de 1936 el Organismo Regiones Devastadas efectuó una profunda remodelación (1957-1961) del monasterio, según los expertos bastante desafortunada, y que es la imagen que nos ha llegado hasta hoy en día.

AÑO JUBILAR

Desde su llegada, quizás en el siglo VIII, se veneraba la sagrada reliquia de la Cruz de Cristo en Santo Toribio. Sin embargo es a principios del siglo XVI cuando, teniendo en cuenta la tradición, los papas Julio II y León X ratifican definitivamente el Jubileo, con indulgencia plenaria para los años en que la fiesta de Santo Toribio (el 16 de abril) coincide en domingo, extendiéndose la gracia también a los siete días siguientes a la fiesta.

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Con el tiempo la cofradía de Santo Toribio se denominó de la Santísima Cruz, sobre todo a partir del siglo XVI con la institución del Jubileo, por la importancia que iba adquiriendo  el culto a la reliquia, celebrándose su fiesta el día 3 de mayo, en conmemoración de la invención o descubrimiento de la Santa Cruz.

La UNESCO ha declarado los Caminos de Santiago del Norte, también llamado de la Costa, Patrimonio de la Humanidad. En esta declaración está incluido el ramal del Camino Lebaniego, uno de los itinerarios de peregrinación más antiguos del mundo.

Arquitectura

Se han encontrado en excavaciones arqueológicas restos de un anterior templo prerrománico (asturiano o mozárabe tal vez) y otro románico aunque hoy día solo pueden verse restos románicos entre el actual monasterio de lo que fue el antiguo cenobio.

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La iglesia actual empezó a construirse a mediados del siglo XIII (1236) en estilo gótico monástico de influencia cisterciense. La iglesia se construyó de nueva planta sobre otra anterior románica y esta a su vez sobre otra prerrománica.

Posee una cabecera de tres ábsides poligonales y un cuerpo de tres naves de similar altura. Todas las bóvedas son de crucería y algunas llevan nervios de refuerzo.

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La escasa decoración se concentra en los capiteles. Los del ábside mayor llevan decoración figurada de cabezas humanas y de animales, el toro y el oso, que según la leyenda ayudaron a Santo Toribio a construir la iglesia. En el ábside central se venera la imagen de la Virgen de los Angeles, del siglo XVI.

En el ábside del evangelio se conserva la estatua yacente de Santo Toribio. Tallada en madera de olmo de Burgos consta que existía en el monasterio al menos desde el año 1316. Conserva la policromía original.

Al exterior destaca la fachada meridional en donde se encuentran las dos portadas. La más amplia es la principal, en arco apuntado rodeado de arquivoltas, que apoyan en capiteles cuyas representaciones simbólicas hacen referencia a los sacramentos. A su derecha y embutida junto a un contrafuerte se construyó la Puerta del Perdón, que se abre solemnemente para el Jubileo. A los pies de la edificación se eleva una maciza torre de campanas, en cuyo interior se encuentra el coro.

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Durante la Edad Moderna se inicia la decadencia del monasterio, al transformarse en parroquias un gran número de las iglesias lebaniegas que de él dependían, acabando su vida monástica con la desamortización de Mendizábal, en 1837.

En 1960, tras la restauración del ruinoso edificio, se hace cargo de él una comunidad de PP. Franciscanos, que actualmente lo regenta, recordando la tradición que señala a San Francisco como visitante de Santo Toribio en su peregrinar a Compostela.

Lignum Crucis

La tradición la relaciona con el origen del monasterio, pero lo más verosímil es que fuese traída al mismo tiempo que los restos de Santo Toribio de Astorga, alrededor del siglo VIII. Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde  al «brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reina Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo».

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Un análisis científico del sagrado leño, determino que «la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus Sempervivens L., tratándose de una madera extraordinariamente vieja y que nada se opone a que alcance la edad pretendida».

Ermita de Cueva Santa

El primitivo monasterio estuvo rodeado de todo un conjunto de capillas y minúsculas ermitas, algunas de ellas semi-rupestres, que salpican las cercanas cumbres y laderas, donde se retiraban los monjes en sus penitencias. Algunas de ellas hoy en día se pueden visitar; la más destacable es la conocida como la Cueva Santa, que la tradición supone retiro cenobítico de Santo Toribio.

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La Cueva Santa es una construcción prerrománica, de influencia asturiana, construida en torno al año 900 (s. VIII), que se encuentra en la ladera norte del monte de la Viorna. Consta de dos plantas, la inferior, excavada en la roca sería la celda y la superior construida de mampostería una capilla.

La Cueva Santa se edificó aprovechando la roca existente y se accede a ella por medio de un sencillo arco de medio punto formado por grandes dovelas que apoya en cimacios prismáticos y éstos, a su vez, sobre jambas monolíticas. El techo es de lanchas de piedra y hay una pequeña ventana. Al piso superior se accede por una escalera. En una de las dovelas del arco de entrada aparece una cruz pomeleada. Otra cruz aparece pintada en el interior de la celda.

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MONASTERIO DE YUSTE: monasterios y conventos con encanto

31 marzo, 2015 at 16:12

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El Monasterio de Yuste es un referente histórico y cultural de España y Europa gracias a su vinculación histórica con los últimos dos años de vida del emperador Carlos V (1556-1558), además de por su riqueza artística y el magnífico entorno natural en que se encuentra, en la comarca de la Vera.

El monasterio de Yuste es un monasterio y casa palacio que se encuentra cerca de la población de Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres (Extremadura).

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El origen del monasterio se remonta al año 1402 fecha de la que data la célula del edificio. Parece ser que estuvo habitado al principio por una comunidad religiosa de ermitaños, llamados “ermitaños de la pobre vida” siendo sustituidos posteriormente por monjes de la orden de San Jerónimo.

Sin embargo el acontecimiento que marcó al Monasterio de Yuste y le hizo ganarse un lugar destacado en la historia ocurrió en el año 1556, en el que ocurrió una noticia insólita. El emperador Carlos I de España y V de Alemania, el hombre más poderoso del mundo decidió abdicar, dejar el poder y retirarse a pasar sus últimos días a este bello y aislado rincón de su inmenso imperio. Para ello fue necesario hacer reformas en el monasterio y construir una casa adosada al mismo para poder alojar al emperador Carlos y a su séquito.

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A dicha casa acudieron numerosos personajes importantes de la época entre ellos su hijo y futuro heredero Felipe II y también su hijo bastardo Don Juan de Austria quien conoció aquí por primera vez al que fuera su padre. En el cercano pueblo de Cuacos de Yuste todavía se conserva la casa en la que se alojó, llamada la casa de Jeromín en su honor.

La posterior historia del convento pasa por distintos avatares, conociendo momentos dramáticos como la guerra de la Independencia, cuando fue incendiado por los franceses, o en la posterior desamortización de Mendizábal cuando el monasterio, abandonado, quedó en estado ruinoso.

No es hasta 1949 cuando la Dirección General de Bellas Artes acomete la reconstrucción del monasterio, intentando respetar al máximo los planos originales y quedando básicamente como lo conocemos actualmente.

Una de las cosas que llamará la atención al viajero es que el Monasterio de Yuste no es visible desde ningún sitio hasta llegar a él, encontrándoselo de golpe al salir de una curva de la carretera.

De las primeras cosas que podrá admirar el visitante, son los impresionantes árboles que hay en el patio antes de la entrada al palacio y a la iglesia, son unos eucaliptos magníficos con unos troncos de un diámetro inmenso.

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En cuanto a los edificios en sí que componen el Monasterio de Yuste, los podemos dividir en dos partes.  Por un lado el monasterio propiamente dicho y por otro la casa palacio del emperador.

El conjunto de edificios del Monasterio de Yuste cuenta a su vez con la iglesia, situada en la parte central de todo el conjunto monumental, y con dos claustros, uno de estilo gótico y el otro conocido como claustro nuevo. La iglesia y el claustro gótico son las edificaciones más antiguas, datándose como hemos dicho del siglo XV.

En cuanto a la iglesia, es una edificación de estilo gótico, de una sola nave (habitual en las iglesias de la orden jerónima) y de cabecera poligonal, el retablo mayor data de 1580 y es obra de Antonio de Segura. El cuadro que podemos ver en la actualidad es una copia del original: La Gloria de Tiziano que era el que estaba en tiempos del emperador, esta obra representa al propio emperador Carlos V y a su familia adorando a la Santísima Trinidad.

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La iglesia está unida al claustro gótico, el cual es de planta rectangular, este tiene un alzado de dos plantas y las galerías del claustro tienen el techo cubierto de madera. En cuanto al claustro nuevo es de estilo renacentista y data del siglo XVI.

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También se puede visitar la cripta de la iglesia dónde quería ser enterrado Carlos V, el cual dispuso en su testamento la ubicación del féretro en la cripta, para que en un gesto último de humildad y sencillez, el cuerpo del emperador descansaría de tal forma que el sacerdote que estuviera oficiando la misa en la planta superior estaría de pie justo encima de su cuerpo.

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Lamentablemente para él nunca se cumplió su voluntad, ya que en un primer momento su cuerpo fue enterrado detrás del altar Mayor de la iglesia, mientras se esperaba la construcción de la cripta y antes de terminarse esta, su hijo Felipe II trasladó sus restos al Monasterio del Escorial.

En cuanto a la vivienda del emperador Carlos V lo que más llama la atención es su sencillez y austeridad, es un edificio construido fundamentalmente con mampostería, ladrillo y sillería, sin tener prácticamente elementos decorativos y destacando como hemos dicho por su austeridad.

El edificio tiene dos plantas, con cuatro habitaciones cada una, aunque el emperador nunca llegó a usar la planta inferior. El acceso al edificio se hace a través de una rampa a la planta superior, la cual fue construida para poder llegar a caballo hasta la entrada del palacio del emperador.

La planta superior, que fue la que funcionó como residencia del emperador, es muy sencilla, constando de en un pasillo central con dos habitaciones a cada lado. A la izquierda están el cuarto de la guardia y el dormitorio de Carlos V, este dormitorio se comunica con la iglesia de tal forma que el emperador Carlos V podía asistir a la misa cuando por su enfermedad no podía levantarse de la cama. A la derecha están la antecámara donde recibía a sus ilustres visitantes y otra cámara donde reposaba, ambas habitaciones cuentan con miradores que dan a la huerta del monasterio y al bonito estanque donde el emperador solía pescar.

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Este estanque sería también de manera indirecta la causa de la muerte del emperador, ya que Carlos V murió de paludismo y muy probablemente enfermó por las picaduras de los mosquitos de este estanque.

En cuanto al mobiliario, en la actualidad todavía se conserva parte del escaso mobiliario que el emperador utilizó en sus últimos días. Destaca la litera en la que fue trasladado a hombros por mozos de la zona para llegar a su última morada y también llama la atención la silla articulada que se construyó especialmente para que el emperador Carlos V pudiera acomodar su pierna enferma de gota.

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Actualmente el monasterio de Yuste pertenece a Patrimonio Nacional, podéis consultar los horarios de visita en este enlace: Monasterio de Yuste.

Una vez terminada la visita el Monasterio de Yuste, recomendamos visitar otro lugar muy curioso y que se encuentra muy cerca del monasterio: el Cementerio de Yuste.

CEMENTERIO DE YUSTE.


MONASTERIOS DE SANTO DOMINGO DE SILOS: monasterios y conventos con encanto

15 diciembre, 2014 at 21:10

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El Monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía benedictina ubicada en la parte oriental de un pequeño valle, que el primer documento del Archivo de Silos, del año 954, ya lo denomina «valle de Tapadillo» (hoy conocido como Valle de Tabladillo) perteneciente al municipio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, comunidad autónoma de Castilla y León.

El monasterio fue fundado, con el nombre de San Esteban de Silos, por monjes mozárabes venidos del Sur de España.

Después de los desastrosos ataques de Almanzor a finales del siglo X, San Esteban de Silos fue restaurado por el abad Domingo cuyo nombre luego adoptó el monasterio. Desde el siglo X, pues, Silos ha sido (con la notable excepción del período de 1835-1880, tras la desamortización de Mendizábal) lugar de constante actividad devocional y literaria.

Las nuevas edificaciones a partir del siglo XII han exigido la demolición de casi todas las partes más antiguas del monasterio de Santo Domingo. Pero se ha preservado el corazón y la joya del complejo, su importante claustro románico de dos pisos, del siglo XII.

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El claustro silense tiene dos plantas; el bajo se construyó entre la segunda mitad del siglo XI y el XII; el alto está fechado también en el siglo XII. El claustro tiene una planta cuadrada, con 16 arcos en las galerías norte y sur y 14 en las galerías de oriente y poniente. Los arcos son de medio punto y se sujetan sobre pares de columnas, algunas de ellas torsas, elemento que define la originalidad de esta edificación. Sus columnas pareadas están coronadas por capiteles románicos que representan hojas, caras, pájaros, bestias fantásticas, alegóricos…

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Un aspecto original del claustro de Silos es el haberse aprovechado de los espacios planos formados por los cuatro ángulos interiores del patio para incorporar, magistralmente talladas en la piedra, ocho escenas de la vida de Cristo desde la Anunciación a María hasta la venida del Espíritu Santo. Incluimos aquí las del Camino de Emaús y la Duda de Santo Tomás. Estos relieves figuran entre las obras maestras del arte románico español.

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Santo Domingo de Silos, lo mismo que San Millán de la Cogolla, representaba un lugar de estudio y de fabricación de libros. Contaba con un productivo scriptorium y una importante biblioteca de la que hasta los reyes de Castilla tomaron prestados los libros. Los restos de la colección de la biblioteca de los monjes de Silos se encuentran ahora en la Biblioteca Nacional de París y en el British Museum. Gracias a la devolución de un importante grupo de libros medievales procedentes de Silos, (entre ellos, preciosísimos ejemplares de la liturgia hispánica o visigótica) hoy se pueden admirar algunos de estos códices medievales en el mismo monasterio para el que fueron escritos. Los manuscritos procedentes de Silos están llenos de huellas de su uso continuo, entre los que se encuentran las famosas Glosas Silenses.

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Los monjes de Silos han logrado fama mundial por sus recientes grabaciones del Canto Gregoriano, un estilo de canto litúrgico, sin metro y sin armonía, que fue introducido bajo el papa Gergorio I (540?-604), y que se sigue usado en el monasterio de Silos. Oír canto gregoriano de los monjes de santo Domingo de Silos.

Villa de Santo Domingo de Silos

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Turísticamente, forma con las vecinas localidades de Lerma y Covarrubias el llamado «Triángulo del Arlanza». Algunos investigadores apuntan que el Monasterio de Santo Domingo de Silos está ligado a la historia del Cid.

Este pueblo medieval conserva un interesante conjunto monumental que incluye restos de murallas (Arco de San Juan), algunas casonas blasonadas, una iglesia gótica, el Museo de los Sonidos de la Tierra, –que expone instrumentos musicales de los cinco continentes– y, principalmente, el monasterio del mismo nombre que le da fama.

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MONASTERIO DE MONTSERRAT: monasterios y conventos con encanto

11 septiembre, 2014 at 16:59

MONASTERIO DE MONTSERRAT

El monasterio de Santa María de Montserrat es un monasterio benedictino situado en España. Se encuentra en la montaña de Montserrat, perteneciente a la comarca catalana del Bages, provincia de Barcelona, a una altura de 720 metros sobre el nivel del mar.

El santuario tiene su origen histórico en la ermita de Santa Maria que el conde Wifredo el Velloso donó al monasterio de Ripoll en el año 888. En 1025, Oliba, abad de Ripoll y obispo de Vic, fundó un nuevo monasterio en la ermita de Santa María de Montserrat. En poco tiempo, el pequeño cenobio recibió peregrinos y visitantes, que contribuyeron a dar a conocer entre la gente las narraciones de los milagros y prodigios que obró la Virgen.

En 1409, el monasterio de Montserrat se convertía en abadía independiente. Entre los años 1493 y 1835, época de profundas reformas, de crecimiento y esplendor, Montserrat formó parte de la Congregación de Valladolid.

INTERIOR MONASTERIO MONTSERRAT

Durante los siglos XVII y XVIII, el monasterio de Montserrat se convierte en un centro cultural de primer orden. De la escuela de música de Montserrat surgen importantes compositores.

De la primitiva iglesia de estilo románico se conserva sólo el portal. En 1537 fue ampliada y restaurada dentro del estilo gótico. La actual iglesia data de la segunda mitad del siglo XVI y consta de una sola nave con doce capillas laterales.

Las dependencias más antiguas del monasterio son del siglo XVIII ya que en 1811 el monasterio fue destruido por los franceses. Se dice que las tropas de Napoleón destruyeron el monasterio buscando el Santo Grial pero que no lo consiguieron encontrar.

INVASION FRANCESES DE MONTSERRAT

En 1844 se inició la restauración de la vida monástica y en 1881, en las Fiestas de la Coronación de la Imagen de la Virgen, el Papa León XIII la proclamó Patrona de Cataluña. La Guerra Civil española (1936-1939) significó que nuevamente se tuviera que abandonar el monasterio. Sin embargo, el Gobierno de Cataluña preservó Montserrat del saqueo y de la destrucción.

Desde entonces el monasterio de Santa María de Montserrat no ha dejado de crecer, contiene una de las mejores bibliotecas de España. La congregación actual está formada por unos 80 de monjes. Además, en el monasterio residen los niños que componen la Escolanía de Montserrat, considerada la escuela de canto de más antigüedad en Occidente ya que fue fundada en el siglo XIII.

LA ESCOLANIA DE MONTSERRAT

La imagen de Nuestra Señora se halla en el interior de la basílica y presidiéndola dentro de un camarín de estilo neorrománico construido en 1878 por Francisco de P. del Villar y decorado con vidrieras policromas y mármoles. Tallada en madera de álamo blanco, la imagen de Nuestra Señora (la Moreneta) data del siglo IX.

LA MORENETA

Desde el Monasterio, a 721 metros sobre el nivel del mar, podemos subir hacia la cumbre de San Jerónimo (Sant Jeroni), situada a 1224 metros. Es decir, el desnivel a superar es de 503 metros. Tras superar 1024 escalones se llega  al “Pla dels Ocells”, o Plano de los Pájaros, a 930 metros de altitud.

cumbre de San Jerónimo

La montaña de Montserrat

La montaña de Montserrat es parque natural desde 1987, y están protegidos todos los elementos que la conforman.

montaña de montserrat

El origen geológico de este macizo es sedimentario. Las rocas de Montserrat son muy duras y muy resistentes a la erosión y están formadas por un conglomerado de cantos rodados unidos por un cemento calcáreo.

A lo largo del tiempo, el viento y la lluvia han modelado las agujas o monolitos hasta darles formas muy diversas. La imaginación popular ha asociado estos contornos a figuras humanas o de animales, les ha dado nombre y ha inventado leyendas que explican su origen fantástico.

las agujas de montserrat

La vegetación que predomina en Montserrat es el encinar con durillo, típicamente mediterráneo. No obstante, las diferencias climáticas que se dan en la montaña hacen que encontremos también especies propias de lugares muy secos al lado de otras de ambientes húmedos y frescos. Hay robledales, bosques de tejos, pinares y algunas especies que viven en las superficies de las rocas, como la oreja de oso o la corona de reina. En Montserrat crecen unas 1.250 especies diferentes de plantas.

La fauna también es muy variada, como corresponde al contexto mediterráneo. Las especies más visibles son la paloma torcaz, el tordo, el halcón, la ardilla, la cabra salvaje, el jabalí y la salamandra, entre otras.

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MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA: monasterios y conventos con encanto

25 mayo, 2014 at 19:32

MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA

España cuenta con más de 800 monasterios y conventos repartidos por toda su geografía. Cada uno, según el momento de su construcción, corresponde a una época y a un estilo arquitectónico.

Todos tienen una especial trascendencia en la Historia de España dado su patronazgo real que propició el depósito de muchas y relevantes piezas artísticas, pero nosotros te vamos a enseñar los que nos parecen más especiales y con mayor encanto para conocer, tanto por su belleza como por su historia y relevancia.

El monasterio de San Juan de la Peña (en aragonés Sant Chuan d’a Penya), situado en Santa Cruz de la Serós, al suroeste de Jaca, Huesca, Aragón (España), fue el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media. En su Panteón Real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón y forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago. Su enclave es extremadamente singular.

camino santiago aragonés

Los orígenes del monasterio se remontan a la oscura alta Edad Media (siglo X), refugio de las comunidades cristianas asediadas por los musulmanes. Cubierta por una de esas enormes rocas, el monte Pano, se construyó el edificio original. El claustro exterior es una joya única del románico aragonés.

claustro exterior de san juan de la peña

El monasterio fue edificado en la cara norte de la Sierra de San Juan de la Peña. Dista de Jaca unos 20 kilómetros, y desde esta ciudad se accede por la carretera que hacia poniente sigue el curso del río Aragón por su margen izquierda, así como el Camino de Santiago. A unos diez kilómetros, un desvío bien señalizado nos encamina hacia Santa Cruz de la Serós y desde allí por serpenteante pista forestal asfaltada llegaremos al monasterio.

sierra de san juan de la peña

Merece la pena hacer un alto en un par de miradores que encontraremos en el ascenso por Santa Cruz de la Serós. Desde ellos, la vista del Pirineo, de la Peña Oroel tras la que se halla Jaca y del propio caserío de Santa Cruz, son realmente magníficas.

Las edificaciones conservadas, tan sólo una parte de las que existieron, son excelentes testimonios de las sucesivas formas artísticas en las diversas épocas en que este singular centro tuvo vida.

Tras destruirse a finales del siglo X el edificio original, fue refundado en el primer tercio del siglo XI por Sancho el Mayor de Navarra. En ese momento comenzó su época de esplendor, promovida por los primeros reyes aragoneses que dotaron al lugar de numerosos bienes, poder e influencia.

En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII; el denominado Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián. Además hay que reseñar otros edificios construidos en siglos posteriores, como el Panteón Real, de estilo neoclásico, erigido en el último tercio del siglo XVIII.

iglesia prerromanica de san juan de la peña

Dos kilómetros más arriba está el monasterio nuevo, ha sido sometido a una profunda restauración para convertirlo en hospedería y espacio museístico.

el monasterio nuevo de san juan de la peña

Historia y Leyenda

Tras la entrada de Tarik en España y derrotado en 711 don Rodrigo en Guadalete, el ejército islámico avanzó con rapidez por la península ibérica. En el año 712, Acisclo, obispo de Huesca huyó de la misma ante el avance infiel, llevando consigo el Grial que San Lorenzo había hecho llegar a esa ciudad. Se refugió en una cueva-santuario en Yebra de Basa.

Y como él, muchos cristianos buscaron refugio en cuevas, permaneciendo bastantes de las mismas con santuarios rupestres hasta la actualidad.

¿Por qué San Juan de la Peña, una más entre las nombradas, llegó a ser lugar preferente en la consolidación del reino de Aragón?

Aquí es donde interviene la tradición o la leyenda. Se cuenta que a principios del siglo VIII, un noble joven de Zaragoza llamado Voto persiguiendo un ciervo cayó con su caballo por el acantilado de la sierra de la Peña. Habiéndose encomendado en su caída a San Juan, se posó el caballo con suavidad en una roca donde dejó sus cascos marcados. A partir de ese lugar siguió una senda que le condujo a la cueva en la que yacía el cuerpo del eremita Juan de Atarés. Su cabeza reposaba en una piedra en la que había la siguiente inscripción: «Ego Ioannes. Primus. In hoc loco, heremita, qui ab amorem Dei, hac ecclesiam fabricavi, in honorem sancti Ioannis Baptiste. Hic, requiesco, Amen«.

Volvió a Zaragoza y convenció con su relato a su hermano Félix para vender sus bienes, hacer limosna y luego retirarse como eremitas a la cueva de San Juan.

Ambos murieron allí y fueron sepultados junto al beato Juan de Atarés. Tras ellos, otros anacoretas mantuvieron habitado el lugar: Marcelo y Benedicto, entre otros. Hacia el año 858 García Jiménez, rey de Pamplona y Galindo II conde de Aragón favorecieron al pequeño eremitorio, haciéndose enterrar allí el rey pamplonés.

Pese a referencias algo nebulosas que hablan de cierta actividad en torno a San Juan de la Peña durante la novena centuria, lo cierto es que hay que esperar a principios del siglo X (año 920) para encontrar las primeras noticias documentales que hablan de una primigenia consagración del cenobio pinatense, convirtiéndose desde entonces en uno de los centros monásticos de referencia para los reyes navarros y aragoneses.

Abandonado probablemente durante los últimos años del siglo X, es durante la tercera década del XI cuando, bajo el reinado de Sancho el Mayor de Navarra, el monasterio es de nuevo revitalizado con la introducción de la regla benedictina, siendo también ampliado en sus equipamientos. Sin embargo, uno de los momentos claves en el devenir histórico del cenobio pinatense es 1071, fecha en que el monarca Sancho Ramírez, amén de ampliar el monasterio con la erección de un segundo nivel, introduce por primera vez en la Península Ibérica el rito romano en perjuicio de la liturgia hispano visigoda hasta entonces imperante.

De este modo, el Monasterio de San Juan de la Peña se convirtió desde los años finales del siglo XI y durante todo el XII en una de las plazas de referencia para la monarquía aragonesa, desempeñando incluso la función de panteón real.

nichos de los nobles san juan de la peña

A partir de finales del siglo XII y sobre todo durante todo el XIII, el cenobio iniciaría un lento proceso de decadencia, justificado principalmente porque con las conquistas y el avance cristiano hacia el sur, el foco de influencia y de poder político se desplazó desde el abrupto Pirineo hacia el área del valle del Ebro, siendo por consiguiente cenobios como Veruela, Poblet, Rueda o Piedra los que pasarían a convertirse en los predilectos de los monarcas.

Así pues, toda la Baja Edad Media será para San Juan de la Peña un periodo de largo ostracismo, sobreviviendo y manteniéndose viva la comunidad monacal en condiciones de extrema humildad hasta que, en 1675, el más devastador incendio de cuantos consta que asolaron el monasterio, motivó el traslado de la comunidad a un nuevo cenobio barroco levantado unos cientos de metros más arriba, concretamente en la llamada Pradera de San Indalecio.

Tras la invasión francesa y, sobre todo, tras la Desamortización, ambos monasterios quedarían abandonados, siendo posteriormente declarados Monumento Nacional en 1923 y 1889 respectivamente, procediéndose a su restauración y adecuación para el turismo, existiendo en la actualidad un centro de interpretación, una hospedería e incluso un pequeño museo.

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