OLVERA: ruta de los pueblos blancos de Andalucía
Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.
Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.
Nuestro siguiente punto a visitar es Olvera (Cádiz), localidad que está incluida en la comarca de la Sierra de Cádiz, y dentro del partido judicial de Arcos de la Frontera. Olvera obtiene el título de ciudad en el año 1877 concedido por Alfonso XII.
Este pueblo está considerado la puerta al Parque Natural de la Sierra de Grazalema y es uno de esos pueblos imprescindibles en la ruta de los pueblos Blancos de la sierra de Cádiz.
Olvera vive sobre todo del olivo, del cual se ha creado la denominación de origen Sierra de Cádiz. Este bonito pueblo tiene una gran peculiaridad y es que por él transcurre la Vía Verde de la Sierra, la única ruta declarada de interés turístico en Andalucía.
Declarado Conjunto Histórico-Artístico en el año 1.983, es la segunda declaración de la demarcación de los Pueblos Blancos después de Arcos de la Frontera.
El casco histórico de Olvera es un bello entramado de calles, edificios y plazas, enclavado en un risco, y con un aire medieval que recuerda su época árabe. Recomendamos el paseo por la Calle Llana en dirección a la plaza de la Iglesia.
El Barrio de la Villa se asienta sobre lo que era el primitivo casco de la ciudad antigua. En su trazado laberíntico y jalonado de lienzos de muralla se abren paso la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Encarnación y el castillo, fortaleza musulmana del s. XII que aún conserva muros, torreones y la Torre del Homenaje.
Donde se eleva el castillo, el popular Paseo de Ronda y un espectacular subterráneo nos llevan a lo alto de su torre del homenaje donde las vistas son, simplemente, espectaculares. Por el pueblo hay varios miradores, como el del Sagrado Corazón de Jesús, que os dará la sensación de que tanto iglesia como castillo flotan sobre una nube blanca de preciosas casas encaladas.
Ya en las afueras encontramos el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios y el Convento de Caños Santos.
Una visita al Museo “Olvera. La Frontera y los Castillos», ubicado en el magnífico edificio de la Casa de la Cilla, permitirá al visitante conocer el importante papel que jugó la serranía gaditana como frontera en el reino nazarí.
Origen e historia de Olvera
Por su situación estratégica fronteriza, Olvera ha sido desde la Prehistoria lugar elegido para los asentamientos humanos. Los restos arqueológicos hallados en el casco urbano y en los alrededores (Sierra de Líjar) así lo atestiguan.
Su historia se presenta llena de incógnitas e interrogantes, siendo para algunos la Hippa o Hippo Nova que Plinio menciona en su “Historia” y para otros una mansión romana, Ilipula Minor, en el itinerario de Cádiz a Córdoba. Se carece de otras noticias de las épocas romana y visigoda y ya en las crónicas musulmanas aparece como un enlace fronterizo en la zona avanzada del poder musulmán en la serranía (Wubira o Uriwila).
Su origen se dio en torno a la Fortaleza construida en el siglo XII, y a partir de su ubicación, y siguiendo la pendiente, fueron construyendo la villa, un entramado irregular en el que hoy día atesora desde históricos caseríos y viviendas solariegas, a rincones, callejones y castillos con encanto. Conserva aún los restos de su recinto amurallado que protegían todo este Conjunto Histórico-Artístico, desde las cuales se contemplan vistas sin igual de nuestra Comarca.
La fortaleza de Olvera será ocupada por primera vez en 1327 por las tropas del rey Alfonso XI. Ocupada la villa, los cristianos organizan su asentamiento, lo que se lleva a cabo mediante la “Carta de Población” otorgada el 1 de agosto de ese mismo año (1327).
En el año 1407 el señorío de Olvera pasará a formar parte de las posesiones de los Stúñiga (o Zúñiga). Posteriormente es vendida a los Téllez Girón que, convertidos más adelante en los Duques de Osuna, serán los señores de la villa hasta el siglo XIX.
Olvera comienza el siglo XVIII con los problemas derivados de la ocupación francesa de la Península. Será sede de un destacamento de las tropas napoleónicas, que se verá constantemente hostigado por las partidas de guerrilleros que se organizan en el pueblo y sus alrededores hasta la retirada francesa en 1812. La centuria avanza y algunos de los episodios de gran trascendencia en la historia de España, tuvieron eco en Olvera, como la revolución de septiembre de 1868, conocida como “La Gloriosa”.
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