PLAZA DE TOROS DE FREGENAL DE LA SIERRA: las plazas de toros con más encanto

15 enero, 2017 at 19:49

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La Plaza de Toros de Fregenal de la Sierra, en la provincia de Badajoz (Extremadura), se encuentra en el patio del Castillo de Los Templarios.

La actual plaza de toros estuvo precedida por otra anterior, localizada en el actual paseo de la Constitución, y era propiedad de la Cofradía de las Ánimas y Mayordomía de la Virgen de los Remedios, cuyos ingresos se destinaban al mantenimiento del culto a la Patrona de Fregenal.

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En el año 1785 estaba casi en ruinas y se acometió la actual en el interior del Castillo Templario.

En 1916 se autoriza la mayor ampliación de la Plaza de Toros, con construcción de graderío de sombra y de sol, costeado por particulares por falta de fondos municipales, concediéndoles a cambio la propiedad de los Palcos, también de nueva construcción y también sufragados por ellos.

Este coso tiene forma irregular, pero destaca por ser uno de los más bellos de España.

El Castillo templario

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Es imposible entender la historia y el desarrollo urbanístico de la villa sin la presencia e influencia de esta fortaleza.

El complejo que nos encontramos actualmente difiere bastante del castillo inicial. En su interior podemos encontrar una plaza de toros y un mercado de abastos y adosada al castillo la iglesia de Santa María de la Plaza y la Casa Parroquial.

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No se tiene certeza de la fecha exacta de construcción del Castillo, algunos la sitúan justo después de la reconquista. La primera mención que se ha encontrado de Fregenal data de 1283, cuando el rey Alfonso X concede legalmente la ciudad a la Orden del Temple.

La fortaleza está formada por siete torres, siendo la Torre del Homenaje la más conocida.

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SIERRA NEVADA: parques y reservas naturales

23 marzo, 2015 at 21:22

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El Parque Natural de Sierra Nevada se encuentra en el macizo de Sierra Nevada, compartido entre las provincias de Granada y Almería, en el sureste de España.

El Espacio Natural Sierra Nevada, integrado por el parque nacional y natural del mismo nombre, impresiona por ser un extenso macizo montañoso con un relieve compacto y por tener la cima más alta de la Península Ibérica, el Mulhacén con 3.479 metros.

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Un privilegiado territorio donde se encuentran las mayores riquezas en biodiversidad vegetal de toda Europa, ecosistemas únicos en el mundo y paisajes glaciales. 86.000 hectáreas protegidas con la máxima figura jurídica y ambiental.

Integrado en la cordillera Penibética se extiende desde el sudeste de Granada hasta el extremo occidental de Almería. Debido a su gran variedad paisajística y a poseer unos valores naturales exclusivos ha obtenido diversas figuras de protección. Además de ser Parque Natural y Parque Nacional, está reconocido internacionalmente como Reserva de la Biosfera.

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El Espacio Natural de Sierra Nevada, con los dos parques incluidos, se extiende por 60 municipios de las provincias de Granada y Almería, entre las que concentra casi la totalidad de la Alpujarra.

El macizo de Sierra Nevada representa, para la flora y vegetación, uno de los territorios con mayor importancia en el Mediterráneo occidental por la presencia de más de 2.100 taxones catalogados que se asocian en las 154 comunidades vegetales inventariadas hasta el momento.150 de ellas están amenazadas.

La climatología y la diferencia de altitudes han posibilitado que en su interior crezca un gran número de plantas, especialmente adaptadas a las difíciles condiciones. En la alta montaña, como en el Veleta o en el Tajo de los Machos, al refugio de roquedos y entre las grietas naturales de la roca, se puede disfrutar de la identificación de especies exclusivas como la violeta de Sierra Nevada o la estrella de las nieves.

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A esta altitud también se localizan hermosos valles de origen glaciar como el de Siete Lagunas.

Sierra Nevada es la última gran muralla natural del sur de Europa. Se alza majestuosa trazando una línea agreste con mirada al mar desde 1.000 a 3.481 metros de altitud, en los que se esconden los más variados paisajes, cada uno de ellos propio del piso bioclimático en el que se encuentra.

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A media altitud dominan el paisaje los bosques de hoja caduca compuesto por robles melojos, arces, cerezos silvestres y castaños. Estos bosques cambian la fisonomía del paisaje a lo largo de las estaciones; durante el otoño comienzan a perder las hojas y son los colores ocres los que predominan; sin embargo, con la llegada de la primavera y el resurgir de los nuevos brotes, se instalan los verdes intensos. Ya en los pisos más bajos se encuentran encinares como los Montenegro y, por último, el bosque de ribera que acompaña el cauce de los ríos.

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Esta variedad vegetal y climática determina una gran riqueza fáunica. En la alta montaña se contempla el vuelo del acentor alpino, los roqueros solitarios o las chovas piquirrojas. Permaneciendo en silencio, entre las sombras del bosque de ribera, es posible que aparezcan el mirlo acuático, la oropéndola o el llamativo martín pescador. La majestuosa águila real, en cualquier momento, también puede surcar estos cielos.

Al abrigo de la masa boscosa y del espeso matorral vive una amplia comunidad de mamíferos como el jabalí, el zorro, el tejón o la jineta. De entre todos ellos, sin duda, es la cabra montés, muy extendida por estas cordilleras, la que se puede contemplar desde el Valle del río Dílar o del barranco del Poqueira ascendiendo por las laderas y en lo alto de los roquedos.

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Tartessos, fenicios, griegos, cartagineses y romanos poblaron estos entornos, pero sin duda, fueron los árabes los que dejaron un importante legado, que aún perdura en la arquitectura y los sistemas de regadío, como las acequias.

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Respecto a la arquitectura, son llamativos los pueblos de la Alpujarra, caracterizados por sus casas blancas situadas en las laderas de las montañas, ventanas de pequeño tamaño, tejados planos, esbeltas chimeneas y porches denominados tinaos que cubren de lado a lado la calzada.

Muy importante es la industria turística que se ha desarrollado en torno a esta zona. Los aficionados al esquí, el montañismo, la pesca o el senderismo encuentran aquí un adecuado lugar de ocio donde disfrutar en vacaciones. Destaca la estación de esquí y montaña de Sierra Nevada, como parte esencial de la oferta turística de Andalucía y referente internacional del turismo de nieve.

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Las Alpujarras

La Alpujarra o Alpujarras, como muchos gustan de decir, haciendo referencia a que están ubicadas en las provincias de Granada y Almería, es una de las comarcas andaluzas con mayor personalidad, la cual, en los últimos años, ha ido aumentando vertiginosamente en interés turístico.

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La Alpujarra granadina nos asoma a impresionantes paisajes, entre almendros, viñedos y bancales.

Algo que impresiona a todo viajero que llega a esta comarca es la arquitectura de sus pueblos, sobre todo la de los enclavados en el Barranco del Poqueira. Son pueblos de calles estrechas, torcidas, empinadas y adaptadas a posibles nevadas, con la característica de la privatización del espacio público.

Los terraos (tejados planos), están hechos con losas de piedra dispuestas horizontalmente sobre vigas de madera y cubiertas de launa, una arcilla abundante en la comarca que impermeabilizan el tejado. En estos terraos se pueden ver, en los meses de otoño e invierno, mazorcas de maíz y ristras de pimientos.

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También destacan los «tinaos», terrazas particulares llenas de flores que invaden el espacio público, siendo los más famosos los de Pampaneira.

Otro aspecto original de la arquitectura de estos pueblos es el de las chimeneas, las cuales son de estructura cilíndrica y tienen que funcionar gran parte del año.

El mirador el Balcón de la Alpujarra, formado por los pueblos blancos de Cañar, Soportújar y Carataunas, así como el Barranco de Poqueira, con las localidades de Pampaneira, Bubión y Capileira son visita obligada en esta comarca.

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Un elemento a destacar es la artesanía alpujarreña, que se pueda considerar clara heredera de su origen morisco. Lo más importante y que conserva mayor tradición es la confección de tejidos. En los últimos años se han instalado en la comarca numerosos talleres de artesanía que, además de los telares, han relanzado la cerámica e incluso la orfebrería. Esto ha hecho que numerosos artistas y artesanos, junto a músicos, pintores y poetas hayan escogido La Alpujarra como lugar de residencia.

La gastronomía en la Alpujarra destaca por sus carnes y embutidos, especialmente el jamón de Trévelez, municipio más alto de España, pero tambien por su repostería de tradición morisca.

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SIERRA DE TRAMONTANA; atardeceres de ensueño

2 enero, 2014 at 17:16

SIERRA TRAMONTANA

La sierra de Tramontana (en catalán Serra de Tramuntana) es la principal sierra de las Islas Baleares y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La sierra está situada, paralela a la costa, en el noroeste de la isla de Mallorca de ahí su nombre, ya que la tramontana es el viento que llega de esa dirección.

La Sierra de Tramontana constituye la alineación montañosa más grande de Mallorca y el espacio natural más extenso, de gran valor ecológico. Tiene una longitud aproximada de 90 km, desde el cabo de Formentor en Pollença hasta el cabo de Sa Mola en Andratx, con una amplitud media de 15 km. En ella se hallan los tres grandes embalses de Mallorca: Cúber, el Gorg Blau y el militar para uso de la base del Puig Major, de menor tamaño.

La propiedad de la tierra está distribuida en grandes fincas, tradicionalmente en manos de la aristocracia mallorquina y familias acomodadas, aunque algunas fincas son de titularidad pública.

Una sucesión de montañas escarpadas y valles fértiles comunicados entre sí por barrancos. Además de la belleza de un paisaje que ya encandiló a artistas como Chopin, Unamuno, Anglada Camarasa o Camilo José Cela, en la Sierra de Tramontana también hallamos la principal reserva hidrológica de Mallorca.

Sus laderas escalonadas y sus cultivos en terraza son un ejemplo excepcional de aprovechamiento de los recursos naturales según los medios y conocimientos de cada época histórica. La red de gestión y distribución de agua que existe entre las distintas parcelas combina los sistemas de origen árabe con otros elementos como molinos y construcciones de piedra sin argamasa (puentes, muros, caminos…).

Su formación geológica, dominada por rocas calcáreas, convierte a esta sierra en la principal reserva hídrica de Mallorca. En cuanto a la vegetación, el encinar ocupa la parte baja de las montañas. De entre la fauna destacan las aves, muy especialmente la figura majestuosa del voltor negre (buitre negro), y es frecuente la presencia de la cabra, uno de los pocos mamíferos que han sobrevivido.

La costa está salpicada de torres y faros, construcciones de gran valor histórico. Entre las primeras destacan la de sa Calobra, la torre Picada, sa Pedrissa o la torre de sa Mola entre otras. Los faros más interesantes son los de Formentor, el de la Creu (en el puerto de Sóller) así como los dos existentes en la isla de Dragonera.

Uno de los principales valores de esta sierra es el paisaje. Existen varios miradores y puntos desde donde las vistas son espléndidas, como Ses Tres Creus, en Sóller, donde la panorámica es fantástica.

Desde esta sierra de pueden apreciar los mejores atardeceres del Mediterráneo; un espectáculo que no te puedes perder.

ALGUNOS DE SUS RINCONES QUE MERECE LA PENA VISITAR

1. Valldemossa

Valldemossa

Este encantador y tranquilo pueblo lo encontramos en un valle de la Sierra y está rodeado de manantiales y vegetación, especialmente de olivos y almendros. Sus estrechas y empinadas calles junto a la Cartuja, donde residió Chopín  y muchos otros huéspedes de la talla de Rubén Darío o Jovellanos, constituyen su principal atractivo. Es un lugar perfecto para pasear, relajarse y probar el famoso chocolate caliente acompañado de una buena coca de patata típica en alguno de sus  pintorescos bares.

2. Sóller

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Junto a su puerto, Sóller es famoso por sus huertos de naranjos, sus olivos milenarios y sobre todo, por el antiguo ferrocarril que enlaza la capital de la isla con el pueblo, además del tranvía que alarga el recorrido desde el pueblo hasta su puerto. Se trata de un tren eléctrico que se sigue conservando con la misma maquinaria y trayecto desde principios del siglo XX convirtiéndolo en el atractivo más curioso.

3. Banyalbufar y Estellencs

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Son dos pequeños y acogedores pueblos situados en mitad de la Sierra mirando al mar en un valle de fuertes pendientes con sus características casas y sus típicas calles empedradas, que hacen de un simple y pequeño pueblo un lugar perfecto para evadirse y soñar…

4. Pollensa

MIRADOR DE COLOMER

Pollensa, el puerto de Pollensa, Cala de San Vicente y Formentor constituyen de las zonas más hermosas del norte de la isla. La zona de Pollensa es una oportunidad para disfrutar de un paisaje de mar, montaña y cultura. El puerto conserva un largo paseo marítimo mientras que la Cala de San Vicente acoge un conjunto de calas con aguas cristalinas y un conjunto de cuevas prehistóricas. Formentor, por su parte, con su mirador del Colomer y su playa paradisíaca te permiten olvidarte de todo y disfrutar de la espectacular puesta de sol.

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LUCAINENA DE LAS TORRES: los pueblos con más duende de Andalucía

25 noviembre, 2022 at 10:57

Lucainena de las Torres, enmarcado por altas montañas, es una visita indispensable si recorres la provincia de Almería en pleno corazón de la sierra Alhamilla. Reconocido en 2013 como uno de ‘Los pueblos más bonitos de España’, cuenta con 600 habitantes y hermosas casas blancas.

Lucainena de las Torres te hace trasladarte a su pasado por sus calles estrechas llenas de antiguas casas, donde la tranquilidad y la naturaleza se puede respirar desde el primer momento.

Todo apunta a que este pueblo tuvo su origen en la época hispanorromana (cuando la península ibérica formaba parte del Imperio Romano). Se cree que aquí estableció su villa el patricio Lucainus, que dio nombre al pueblo. Los patricios eran aristócratas descendientes de los primeros padres de Roma, por lo que su nobleza de sangre era ampliamente aceptada.

Historia de Lucainena de las torres

Durante la Edad Media y la ocupación árabe de la Península, los musulmanes rodearon la pequeña villa con una muralla y siete torres para protegerla de los asedios. En aquella época ya se conocía como Locaynena, aunque en 1488, cuando fue entregada a los Reyes Católicos, su nombre cambió a Lucainena de las Siete Torres. Tras la expulsión de los musulmanes del territorio, la población quedó despoblada hasta que, en el siglo XVI, llegaron 19 colonos. En ese momento se llevó a cabo la construcción de la primera iglesia (1505) sobre la base de la antigua mezquita.

El pueblo creció durante años hasta alcanzar en 1900 un máximo de 2.455 habitantes. Gracias a la abolición de los señoríos, muchas tierras de nobles y clérigos pasaron a manos del pueblo llano. La agricultura y la minería convivieron con una gran cantidad de nuevos oficios y un floreciente comercio debido a la aparición de telares, molinos, alfarerías y fábricas de jabón y licores.

La mejores visitas en Lucainena de las Torres

Las estrechas calles de Lucainena de las Torres ocultan hermosas casas antiguas de impolutas fachadas blancas. No hay rincón en todo el pueblo donde no haya una maceta con flores, ya sea colgando de las paredes o apoyadas en suelos y ventanas. Los vecinos de la localidad cuidan a diario de las miles de flores que adornan cada recoveco del pueblo.

Un paseo por la plaza del Pueblo permite empaparse de la historia y cultura de la zona. Visita los antiguos lavaderos públicos, donde los vecinos se reunían para lavar la ropa, llenar los cántaros de agua o dar de beber a los animales.

No te olvides de visitar también la iglesia Nuestra Señora de Montesión, destruida y saqueada por el pirata Omar-Al Askenn y, más tarde, reconstruida en el siglo XVII.

Entorno natural de Lucainena de las Torres

Lucainena de las Torres cuenta con un patrimonio natural de gran valor ecológico:

Vía verde: un camino que acoge los principales edificios y construcciones mineras que hicieron prosperar a la población. El sendero lineal, de unos 5 kilómetros, era una antigua línea férrea que se utilizaba para transportar materiales. Hoy día se puede recorrer a pie o en bici. Uno de los vestigios arquitectónicos más importantes de la época son los 8 hornos de calcinación, medían unos 20 metros y tenían capacidad para unas 50 toneladas de mineral al día.

Peñón de Lucainena: tiene una altura de más de mil metros y fue el primer punto de extracción de mineral y del que nacen dos importantes manantiales como ‘El Marchal’ y ‘La Fuente’. Además, el ‘Peñón’ ofrece grandes panorámicas de todo el valle de Lucainena. En días claros se puede llegar a ver el perfil de la Sierra de Cabo de Gata.

Barranco de Jugarí: también conocido como Almanzarilla. En él nace una fuente de aguas sulfurosas que según las leyendas populares es capaz de curar cualquier dolor.

La gastronomía de Lucainena de las Torres

El visitante no podrá abandonar el pueblo sin probar antes alguna de sus platos típicos. La gastronomía de Lucainena de las Torres está influenciada tanto por los recursos con los que cuenta la zona como por el clima.

Entre sus platos más conocidos destacan los gurullos de conejo, pelotas de maíz, perdiz en guiso, potaje de calabazas, de trigo o de tortas de bacalao, sopa de ajo, olla de trigo y cocido en morcilla y gurullos entre otros.

Excursiones desde Lucainena de las Torres

Muy cerca de Lucainena se encuentra el pueblo de Agua Amarga, desde cuyo embarcadero partía antaño el mineral que se enviaba a los Altos Hornos de Vizcaya, la mayor empresa de España en el siglo XX.

A unos 30 minutos en coche se encuentra Níjar, una bonita población ubicada en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. También te recomendamos recorrer los alrededores de Lucainena en coche, para descubrir por tu cuenta las impresionantes joyas olvidadas que esconde la provincia de Almería.


TORRES MUDÉJARES DE LA AXARQUIA: lugares mágicos de Andalucía

13 julio, 2022 at 12:46

Foto de Carmen Ocaña

Las torres mudéjares de la Axarquía (Málaga) son como unos pequeños pero singulares campanarios que se alzan en aldeas perdidas, como antenas de adobe que conectan con un pasado muy lejano. Son los minaretes de antiguas mezquitas que los conquistadores cristianos incorporaron a los templos cristianos sin modificaciones ni añadidos.

Los dos mejores ejemplos de las torres mudéjares de la Axarquía son los minaretes-campanario de Árchez y Salares. El primero tiene 15 metros de altura y fue levantado en el siglo XII.

El de Salares es más humilde y modesto, pero conserva tal autenticidad que nos transporta al siglo XIII. Doce metros de altura total en mampostería de ladrillo, con decoración de azulejos, arquerías y ventanas. Una pequeña joya que el tiempo y la suerte nos legó intacta. La máxima expresión del mudéjar andaluz, un arte nacido del maridaje de influencias islámicas y cristianas.

Historia de las Torres Mudéjares de la Axarquía

En La Axarquía, durante el siglo XII se había producido un despoblamiento generalizado de las poblaciones mozárabes autóctonas, debido a que fueron expulsados o trasladados. Tal situación fue aprovechada para introducirse grupos beréberes norteafricanos, como fueron los Masmudas y los Gomeres que tuvieron una cierta implantación en la ciudad de Vélez.

La influencia de estos grupos durante los siglos XIII y XV fue importante en esta zona cuya huella se puede rastrear en los singulares alminares, hoy día torres-campanarios, de las localidades de Vélez-Málaga, Daimalos, Corumbela, Árchez y Salares, lo mismo que Arenas que fue destruido. Estos alminares son típicos minaretes de los siglos XIII-XIV, de inspiración meriní, únicos en toda La Axarquía y Andalucía. La mezquita ocupa el lugar central en la arquitectura islámica y representa el símbolo de la fe a la que se sirve. Este elemento simbólico fue comprendido por los musulmanes en una etapa temprana, y desempeñó un papel importante en la creación de adecuados signos visibles para el edificio: el alminar, la quibla y el Mihrab.

Con la conquista de estos pueblos por los Reyes Católicos, las mezquitas son transformadas en iglesias, quedando hoy día los Alminares como campanarios de estas.

La conquista cristiana de la Axarquía no se produjo hasta 1487. El término “mudéjar”, que proviene de la voz “mudayya”, se aplica a los hispanomusulmanes que, tras la conquista cristiana, permanecieron bajo el nuevo estado castellano conservando su religión, lengua y organización jurídica.

Se considera como rasgos mudéjares el uso del ladrillo, de la cerámica vidriada y las yeserías como revestimiento y ornamentación exteriores. Los materiales que se empleaban en su construcción eran pobres, pero bastante útiles pues permitían levantar los edificios con rapidez y economía. Pero el influjo musulmán en el arte mudéjar no solo está en la ornamentación, sino también en las estructuras arquitectónicas, como son las torres campanarios y las armaduras de las cubiertas y techumbres de madera que van a cubrir los techos de las iglesias.

Ruta mudéjar de los alminares de la Axarquía

Los viajeros que recorren los escasos 40 Km. que componen esta ruta se encontrarán con cinco pequeñas poblaciones que aún conservan los ejemplos de arquitectura mudéjar más destacados de la zona. Arenas, Árchez, Salares, Sedella y Canillas de Aceituno son pueblos de auténtico trazado mudéjar que dejan en quien los visita la sensación de haber traspasado la frontera del tiempo.

Situados en las faldas del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, estos pueblos atesoran las mejores muestras de la arquitectura andalusí de la zona. Y si pasear entre alminares, adarves, arcadas y algorfas parece un buen plan, espera a conocer lo que te depara este itinerario.