PLAYA DE VERDICIO: atardeceres de ensueño

25 marzo, 2014 at 20:43

playa de verdicio

En Asturias no es fácil encontrar un buen mirador para apreciar una puesta de sol sobre el mar, pero en playa de Verdicio sí se puede. Vale la pena recorrer los caminos hasta llegar a este paraje.

La playa de Verdicio (o Tenrero) es un arenal de unos 350 metros situado muy cerca del conocido Cabo de Peñas, municipio de Gozón (Asturias), en la que destaca uno de los conjuntos dunares más espectaculares de Asturias.

La playa de Verdicio destaca por su belleza paisajística, precedida de espectaculares prados inmensos y muy verdes, que la ha convertido en destino muy concurrido durante los meses estivales aun a pesar de la peligrosidad de sus aguas, debida a los vientos que constantemente azotan la región del Cabo Peñas.

La calidad de las aguas es excelente, aunque el baño sigue siendo aquí peligroso. En marea alta las olas rompen con fuerza en la misma orilla. En buenas condiciones la mar produce olas de izquierda muy potentes con secciones huecas lo que la convierte en una de las playas surferas de Asturias.

La playa se encuentra a poniente del majestuoso Cabo Peñas, a apenas 5 kilómetros, en la franja costera del concejo de Gozón que en 1995 fue declarada Paisaje Protegido.

Existen pocos lugares en la península ibérica donde se confundan tierra, mar y cielo en perfecta armonía. El entorno natural que rodea al Cabo Peñas lo integran más de 14 kilómetros cuadrados de naturaleza en estado puro, y en los niveles superiores, donde no llega la influencia marina, el paisaje dominante son las amplias praderías.

En esta playa se localiza un interesante campo dunar, y si bien su superficie se ha visto menguada por la construcción de una urbanización, algunas zonas se conservan intactas.

campo dunar playa verdicio

En esta playa verde se puedan realizar un gran número de actividades además de las estrictamente playeras, pues su entorno marino y terrestre es de los más apropiados de Asturias para la práctica del submarinismo, los paseos a caballo, la mountain bike, la pesca deportiva o incluso para planear en parapente.

Cabo Peñas

La zona del Cabo Peñas es una de las más singulares y emblemáticas de la cornisa cantábrica.

cabo peñas

Desde el punto de vista didáctico, científico, paisajístico y turístico es un territorio muy atractivo e interesante, tanto por los marcados contrastes de su geografía y geología como por los seres vivos que en él habitan.

Posee una serie de zonas de interés particular como la península de Nieva, las playas de Xagó y Verdicio, el entorno del Faro Peñas, Llumeres, Bañugues y Moniello.

El Paisaje Protegido del Cabo Peñas está situado en la zona central de la costa asturiana, ocupando una estrecha zanja litoral en el concejo de Gozón. Se extiende a ambos lados del Cabo Peñas, entre la península de Nieva y La Punta la Vaca (incluyendo La Isla Herbosa), con una superficie de 1926 ha.

Fue declarado Paisaje Protegido en 1995 por el Decreto 80/1995, entrando a formar parte de la Red Regional de Espacios Naturales Protegidos (RRENP).

Dicha figura de protección está definida en la Ley 5/1991 de Protección de Espacios Naturales del Principado de Asturias, como «aquellos lugares concretos del medio natural, que por sus valores estéticos y culturales sean merecedores de una protección especial».

Cómo llegar:

La playa de Verdicio tiene dos accesos rodados desde la AS-328 entre el Cabo Peñas y Avilés, ambos señalizados en las proximidades de la localidad de Verdicio. El que da a su extremo suroccidental dispone de una pequeña zona de aparcamiento junto al arenal y antes de la entrada a la urbanización «Los Cuetos»; también cabe la posibilidad de estacionar el vehículo en los prados del acantilado que cierra la playa a la izquierda, cuyo camino permite bajar a pie a La Aguilera, de otro modo sólo accesible desde la playa de Verdicio en bajamar. Entrando por el lado opuesto, se llega a un prado situado justo encima del arenal, donde se puede aparcar. La Aguilera cuenta exclusivamente con acceso peatonal.

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PLAYA DE ARRIETARA; atardeceres de ensueño

21 febrero, 2014 at 10:48

PLAYA ARRIETARA_VIZCAYA

Impresionantes acantilados y playas salvajes se suceden a lo largo de la franja costera de Sopelana, que constituye uno de los tramos más sorprendentes del litoral vizcaíno, debido a su riqueza natural y a la belleza de su paisaje. Esta apacible y acogedora localidad es además, un auténtico paraíso para quienes deseen combinar deporte y ocio, pues nos permite realizar actividades tan dispares como surf, bodyboard, parapente, escalada y rutas en mountain bike.

La playa de Arrietara (a veces considerada como dos playas distintas, Arrietara y Atxabiribil) se sitúa en el municipio vizcaíno de Sopelana, País Vasco (España). Es una playa con arena dorada y oscurada, rodeada por varios acantilados.

Es la segunda playa más larga de Vizcaya, tras la de Baquio; 826 metros de longitud por 43 metros de anchura. Formada por arena fina, es una playa de fuerte viento y oleaje, protegida por un acantilado, ideal para la práctica del surf.

Arrietara es el epicentro del surf en esta zona, alberga importantes citas deportivas como el Mundial IBATOUR de Bodyboard o distintos campeonatos ASP. Cuenta con una media docena de clubes y tres escuelas.

Una playa de ensueño con unos atardeceres que jamás olvidarás.

Sopelana es pura naturaleza, enormes acantilados abrazan las playas más salvajes de la costa Bizkaina. Es el lugar ideal para deportes como el surf, el parapente o la escalada.

Además de las playas, merece la pena recorrer el paseo que se extiende desde Getxo a Sopelana entre impresionantes acantilados. En el camino, descubriremos interesantes elementos como el molino de Aixerrota y el Faro de Punta Galea. Cuenta también con numerosos espacios verdes, como el parque de Iturrieta, donde encontraremos el conocido estanque de La ballena.

molino DE axeirrota

A su innegable belleza natural, hay que sumar algunos edificios de interés arquitectónico, como la iglesia renacentista de San Pedro (siglo XVI) y su hermosa torre barroca, la ermita románica de San Andrés con detalles marineros, los caseríos del entorno (interesante muestra de la arquitectura popular) y las esculturas al aire libre que hay en el casco urbano, como la dedicada a los surfistas. Asimismo, destacan los asentamientos prehistóricos que se han hallado en las inmediaciones, entre los cuales citaremos el asentamiento de Kurtzio, uno de los más antiguos de Bizkaia.

CASERO PAIS VASCO

Por último, en cuanto al apartado festivo, las principales fiestas de la localidad son las de San Pedro en junio, las del Carmen en julio y las de San Andrés en noviembre. Tampoco podemos olvidarnos de la animada feria medieval que se celebra en agosto y que incluye puestos, exhibiciones circenses, actuaciones teatrales, música…

Cómo llegar…

Desde Bilbao, podemos coger la A-8 ó la N-637 (esta última carretera a través de los túneles de Artxanda) en dirección a Getxo. Así, desde estas dos vías, enlazaremos con la BI-637 (carretera de la Avanzada). Una vez de llegar a Getxo, el corredor de Uribe Costa nos llevará hasta Sopelana.

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AYAMONTE: pueblos marineros con encanto

2 junio, 2022 at 11:59

Ayamonte se encuentra situada junto a la desembocadura del río Guadiana, en la frontera con Portugal. También llamada “la ciudad de la Luz”, ha sido siempre un tranquilo pueblo pesquero de casas blancas que se extienden hasta el océano ofreciéndonos una maravilla de la naturaleza y kilómetros de playas increíbles.

Esta ciudad esconde un amplio patrimonio histórico, fruto de todos los pueblos que se han asentado en estas tierras a lo largo de la historia. Los íberos, griegos, romanos y los árabes han dejado en Ayamonte su imborrable huella, desde pequeños vestigios a monumentos, cultura, tradiciones y costumbres gastronómicas. Y por supuesto también notaremos la influencia del vecino Portugal que se encuentra al otro lado del Guadiana, donde no tan solo un puente de 2km les separa, ya que además de la proximidad, esta población fue arrebatada a los árabes por los portugueses a quienes perteneció en el siglo XIII hasta que fue reconquistada por el reino de Castilla.

Foto de Toño Méndez

En lo más alto de la población encontramos, sobre las ruinas de lo que fue una fortificación romana, el Parador Nacional de Ayamonte, desde donde hay unas vistas increíbles de la ciudad, así como una fantástica panorámica de la desembocadura del Guadiana.

Sin duda Ayamonte es conocido por sus kilómetros de playas de arena fina y clara, donde destacan dos núcleos de población: Punta del Moral una antigua aldea de pescadores reconvertida en un gran centro turístico, e  Isla Canela  con su pequeña Marina donde pueden verse sus embarcaciones sobre la arena cuando baja la marea y un infinito arenal en forma de media luna de 6km de longitud bañado por aguas tranquilas, considerado un paraíso donde perderse entre pura naturaleza, ambas rodeadas por marismas.

Foto de Toño Méndez

El principal atractivo de Punta Canela reside en sus 7 km de arena muy fina y dorada con el toque salvaje y natural que le dan las dunas y sus aguas muy azules habitualmente tranquilas. Situada en un precioso paraje natural entre las desembocaduras del río Guadiana y el río Carreras.

El casco antiguo de Ayamonte

En el Barrio de la Villa o casco antiguo, que es el barrio más antiguo de la población, destacan sus empinadas y tortuosas callejuelas de casas encaladas, que parten de la zona más alta de la ciudad cayendo por la ladera hacia el Guadiana.

Este barrio está presidido por la plaza de la Laguna donde destacan los azulejos que representan famosos cuadros marineros del pintor Joaquín Sorolla. Uno de los rincones más emblemáticos de la plaza contiene un azulejo que representa la pintura de Sorolla, «Ayamonte» (1919), también conocida como «La pesca del atún», resguardado bajo una bonita pérgola azul y blanca.

Es un lugar muy pintoresco entre los que destacan las Iglesias de Nuestra Señora de las Angustias, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia Parroquia del Salvador, todas ellas del siglo XV y XVI. También aquí encontraremos en Palacio de los Marqueses de Ayamonte que es muy conocido por su Patio de la Jabonería, un patio típicamente andaluz del siglo XVI.

Destacar la Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, dado que alberga a la Virgen de las Angustias, patrona de la ciudad. Es un edificio declarado de Bien Interés Cultural. Destacan los colores amarillos de sus columnas adosadas de estilo neoclásico sobre el blanco de la fachada, su escalinata de obra vista y su torre reformada en el siglo XVIII después del terremoto de Lisboa. Es un bonito templo católico que data del siglo XVI. En su interior destaca el retablo mayor, que consta de 3 piezas de estilo rococó y cuya iconografía relata escenas de la Pasión de Cristo.

Si seguimos paseando por las pequeñas calles del barrio de La Ribera de Ayamonte, disfrutando de las blancas casitas bajas con sus detalles de color. No pasa desapercibido el Convento Mercedario y el Templo de las Mercedes, su origen data del siglo XVII y se incluye en la historia urbana de Ayamonte.

Iglesia de El Salvador

Considerada Bien de Interés Cultural Local, la Iglesia de El Salvador de Ayamonte es un tesoro de estilo mudéjar. Se encuentra en la zona más antigua y de más altura de todo el municipio. En su interior se exhiben pinturas flamencas de renombre, la fachada minimalista hace contraste con la torre. Desde el Mirador de la Villa se puede obtener una preciosa panorámica de toda la ciudad y el río Guadiana.

Los alrededores de Ayamonte

Los amantes de la naturaleza y la vida salvaje encontrarán aquí un punto estratégico para conocer el Parque Nacional de Doñana y si desearan aventurarse en el país vecino, Portugal, podrán conocer el famoso y bellísimo Algarbe. Desde aquí pueden realizarse multitud de actividades, desde deportes acuáticos, hacer kayak por los pantanos de las Marismas de Isla Cristina, senderismo en el Parque Natural de la Sierra de Aracena o excursiones en barco a la vecina Isla Cristina, a pueblos costeros de Portugal, sin olvidar la cantidad de paseos fluviales que se organizan para navegar por el río Guadiana.

Por otro lado, nos encontramos también con el Paraje Natural Marismas de Isla Cristina, al cual se puede llegar desde Ayamonte a pie, en bicicleta e incluso a caballo por una vía verde que tiene su inicio al este de la ciudad. Las marismas ofrecen infinidad de actividades, desde caminar o ir en bicicleta entre sus caminos de tierra, ir en kayak por sus canales, hacer pádel surf o realizar salidas para el avistamiento de aves.

La gastronomía de Ayamonte

Al igual que en toda la Costa de la Luz, y en toda Andalucía, la comida ocupa un lugar primordial en la vida de los Ayamontinos, su gastronomía es espectacular, si te gusta el pescado y el marisco, disfrutarás muchísimo con las famosas coquinas, la gamba blanca de Huelva y el omnipresente atún preparado de muchas maneras diferentes, tampoco puedes perderte la oportunidad de comer un buen arroz marinero.

La tradición del tapeo forma parte del día a día entre la gente del lugar, algunos de los locales más famosos son El Choco, Casa Vicente o la Puerta Ancha, donde podrás deleitarte con una gran variedad de platos deliciosos.

Si quieres ver de dónde viene el pescado fresco que encontrarás en el Mercado de Abastos, tienes que hacerle una visita a la Lonja Internacional de Ayamonte. La pesca es una de las principales actividades económicas de la ciudad y se nota tanto en la lonja, como en el mercado, como en la gastronomía.


CASA DE LOS NAVAJAS: maravillas de Andalucía

12 abril, 2022 at 9:42

La Casa de los Navajas es un palacio de estilo neomudéjar, declarado de Interés Histórico por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 1991.

La Casa de los Navajas está muy cerca de la playa del Bajondillo y se puede acceder por la calle del mismo nombre o por la vía Las Mercedes. Abre todos los días, con entrada gratuita.

Actualmente se celebran bodas y otras ceremonias, además de acoger diversas exposiciones, conciertos y teatro, por lo que se ha convertido en un edificio histórico de visita obligada en Torremolinos.

Origen e Historia de la Casa de los Navajas

En los años 20 y 30, junto con los primeros establecimientos hoteleros como el Parador de Montemar o el Castillo del Inglés (hotel residencia Santa Clara), algunas familias acaudaladas eligieron Torremolinos como segunda residencia. Así pues, se levantaron casas y edificios, algunos de las cuales presentan un interés arquitectónico singular, como la de la familia Navajas, junto al Bajondillo, o la de Huerta del Rincón, en la Carihuela -ésta última de propiedad privada-.

Se construyó en 1925 y perteneció a la familia Luque-Navajas, vinculada al negocio de la caña de azúcar, fructífero entonces en la desembocadura del río Guadalhorce. Esta industria se vio favorecida con el riego que implicaba la traída de aguas a Málaga, magna obra de ingeniera que desvió el líquido que se movía a los molinos de Torremolinos para llevarlo hasta la capital, y colaborar así con su modernización.

En el año 2000, el Ayuntamiento de Torremolinos adquirió el edificio y tras varios años de abandono, fue restaurado y en octubre de 2014 abrió sus puertas.

Características de la Casa de los Navajas

Su estética corresponde al estilo neomudéjar con retoques mozárabes, que floreció en España – y en particular en la Provincia de Málaga – a finales del siglo XIX y comienzos del XX, estando la decoración interior inspirada en la Alhambra de Granada.​

Dentro de este estilo arquitectónico en la ciudad de Málaga, también encontramos la Plaza de Toros de la Malagueta, la antigua Casa de Correos y actual sede del Rectorado de la Universidad de Málaga o el Mercado de Salamanca.

El edificio consta de dos plantas con miradores y una amplia estancia en la planta superior desde los que se visualizan las maravillosas vistas a la playa y al mar del litoral de Torremolinos, y con dos torres redondas en sus esquinas que finalizan en arcadas de techo cónico con tejas verdes. La planta baja del edificio era la destinada a la vivienda de la familia y consta de varias habitaciones, un despacho, el comedor y la cocina.


CASTILLO DE SALOBREÑA: ruta de castillos medievales

22 octubre, 2021 at 12:05

El castillo de Salobreña es el monumento más importante de esta localidad de Granada. Aunque la distribución corresponde a la construcción que se levantó en época nazarí, el castillo árabe es el resultado del aporte de la arquitectura musulmana y cristiana.

El cerro en el que se asienta el castillo ha sido testigo de diversas transformaciones a lo largo de la historia. Hay vestigios desde época prehistórica. Púnicos y romanos también dejaron su huella, pero los restos del periodo andalusí y de la Edad Moderna son los que perduran actualmente en la fortaleza.

El castillo alcanza una altitud de 73 metros sobre el nivel del mar y se halla separado de la línea del mar unos 500 metros, lo que no siempre fue así. En la Edad Media, el mar llegaba hasta la base del promontorio sobre el que se asienta la ciudad y el castillo.

Desde sus murallas descubriremos unas hermosas vistas de todo el casco urbano de Salobreña, la iglesia del Rosario, las imponentes sierras, la fértil vega a sus pies, la costa mediterránea y el peñón que se adentra en el mar.

El castillo está protegido por la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Sin lugar a duda la subida al Castillo de Salobreña es una de las visitas obligadas. Es uno de los monumentos más visitados de la costa granadina, en él se ha habilitado un auditorio veraniego donde se representan obras de teatro, además aquí se celebran cenas medievales. No dudes en consular sus tarifas y horarios de visitas.

Origen e Historia del Castillo de Salobreña

El castillo domina el pueblo de Salobreña y la Costa de Poniente que en época nazarí se convirtió en una de las más importantes ciudades del litoral, tanto por su situación estratégica como por sus posibilidades económicas, sobresaliendo el cultivo en sus territorios de la caña de azúcar, el arroz, los plátanos, así como una importante industria pesquera y en menor medida ganadera.

La importancia de la Salobreña andalusí se inicia en el siglo X. Siendo frecuentes las noticias y hechos en los que aparece referida hasta el siglo XII. Pero será durante el sultanato nazarí (siglos XIII-XV), cuando adquiere relevancia a nivel político y militar, sirviendo su alcazaba, desde finales del siglo XIV, como lugar de descanso del sultán y prisión para los miembros de su familia, caídos en desgracia. Según las crónicas, varios fueron los monarcas que padecieron prisión entre sus muros: Yusuf III, Muhammad VIII el Pequeño, Muhammad IX el Zurdo, Abu Nasr Sad y Muley Hacén.

Con la toma de Salobreña por los Reyes Católicos en 1489, la alcazaba de Salobreña perdió su carácter de residencia y prisión real y se iniciaron grandes reformas para la adaptación de la fortaleza a las nuevas exigencias militares, surgidas por el uso de la artillería. El comendador maestre Ramiro López, artillero mayor e ingeniero, fue el encargado de realizar las obras de fortificación, creando una barrera de artillería orientada hacia la ciudad. Dichas obras se realizaron esporádicamente hasta el siglo XVIII para adaptarla a los avances de la artillería.

A fines del siglo XVIII la línea de costa estaba ya tan separada del promontorio de Salobreña, debido a los aluviones del delta del río Guadalfeo, que el castillo perdió eficacia defensiva respecto al mar, iniciándose un periodo de deterioro y abandono.

Estructura del Castillo de Salobreña

El Castillo es de planta trapezoidal y está formado por tres recintos:

  • uno interior de planta triangular, que se corresponde con la alcazaba o alcázar nazarí, jalonada por cuatro torres (la Torre del Homenaje, la Torre Nueva, la Torre del Polvorín y la Torre Vieja)

  • otros dos estrictamente defensivos construidos por los cristianos a finales del siglo XV. De ellos, uno defiende el frente este y sudeste, y otro el frente norte. Encontramos aquí la torre de acceso y la barrera exterior, flanqueada por dos torres más, El Cubo (de planta elíptica) y La Batería (de planta pentagonal). Finalmente, la Coracha, que hace alusión a un sistema defensivo que protege una toma de agua y que presenta en sus extremos la Torre del Agua y la Torre de la Coracha o el Baluarte.

La leyenda del Castillo de Salobreña

La leyenda del Castillo de Salobreña cuenta que existió un rey llamado Muhammed IX, conocido como el zurdo. Unos aseguran que le llamaban así porque tenía mucha destreza para manejar la cimitarra con la mano izquierda. Otros, en cambio, porque todo le salía al revés ya que fue destituido hasta tres veces. ¡Y no solamente eso! Sino que estuvo varias veces preso en el castillo, pero siempre lograba recuperar ese trono.

La cuestión es que Muhammed IX tuvo tres hijas, trillizas. Aunque siempre prefirió tener varones, estaba encantado con ellas. Tanto es así que pidió a sus astrólogos que les hicieran nada más y nada menos que su horóscopo, algo que era costumbre. En ese momento le avisaron de que las escondiera bien ya que, cuando tuvieran edad núbil, se las podrían robar.

Poco tiempo después, el rey quedó viudo por lo que mandó criar a las niñas, Zaida, Zoraida y Zorahaida, en el Castillo de Salobreña donde crecieron felices. Un día vieron cómo, a la playa, llegaba una embarcación llena de esclavos cristianos. Allí se encontraban tres caballeros jóvenes, con relucientes armaduras. Las tres, que solo habían visto siervos y esclavos durante toda su vida, se enamoraron de ellos.

El rey fue avisado de ese hecho, por lo que hizo que sus hijas regresaran a Granada. Por casualidades de la vida, se reencontraron con esos tres caballeros presos que habían ido a trabajar a la Alhambra. En momentos de desconexión, las princesas se acercaban a ellos sin que nadie lo supiera. Se enamoraron y decidieron huir. Ellos cogieron unos caballos para llegar hasta la torre donde estaban las princesas.

Las dos mayores lograron bajar con facilidad, pero la pequeña se quedó en la torre, realmente asustada. De esta manera, perdía la oportunidad de escapar con su amado. Zaida y Zoraida llegaron, sanas y salvas, al territorio cristiano donde se casaron con sus caballeros. La pequeña se quedó en esa torre, murió muy joven de pena. Según la leyenda, en la Torre de la Cautiva, en las noches de luna llena, se escucha una triste canción y un sonido de un laúd.