CABO VIDÍO: acantilados de España
El cabo Vidio se encuentra en el litoral asturiano en el concejo de Cudillero y cercano a la población de Riego de Abajo, en la parroquia de Oviñana. Se trata de uno de los cabos más importantes de Asturias, desde el que se puede divisar Estaca de Bares o el Cabo de Peñas.
Se caracteriza esta zona por la multitud de playas de cantos y grava, resultado del desmantelamiento de los acantilados por los embates del mar, los xogarrales.
En la zona de los acantilados se desarrollan comunidades herbáceas y matorrales de diferentes tipos y en los niveles superiores aparecen formaciones de abedules, alisedas y algunos robles.
Este cabo forma un acantilado de 80m sobre el mar y una de sus mayores atracciones son el faro y la Iglesiona, que es una cueva formada por la erosión del oleaje y que se puede visitar en bajamar.
Inaugurado en 1950, el Faro Vidío fue construido tras infinidad de naufragios ocurridos en la zona.
Bajo el propio faro se encuentra una enorme cueva, esculpida a golpe de mar y con una cúpula que asemeja a la de una iglesia, cuya bóveda tiene una altura de más de 40 metros. Esta cueva es conocida como la Iglesiona. El acceso es peligrosísimo, normalmente se debe hacer desde el mar y aprovechar con exactitud la marea baja.
En San Pedro de Bocamar hay sistemas dunares de pequeña extensión, con cierto desarrollo de las cinturas de duna embrionaria y blanca, en esta última se conserva el nardo marítimo especie catalogada como de interés especial
Respecto a la fauna, predominantemente hay jabalíes, zorros, ardillas, tejones y diversas aves marinas entre las que destaca el cormorán moñudo. En los islotes y cantiles cercanos a Cabo Vidio es abundante la nidificación de gaviota patiamarilla.
Cabo Vidio es uno de los puntos más adecuados para observar aves marinas como alcatraces, pardelas y charranes durante el otoño.
Cerca de Cabo Vídio, en el pequeño arroyo que desemboca en la playa de Vallina, se encuentran los Molinos del río Boumión del año 1752. En estos ingenios que aprovechaban la fuerza del agua, se molían las producciones de maíz, trigo y escanda, convirtiéndolas en harina.
Cerca de los acantilados, en el pueblo de Oviñana, podemos visitar las cetáreas en grutas y cuevas marinas naturales antaño utilizadas para este fin, conviviendo con las más modernas y funcionales usadas ahora. Las cetáreas son viveros en los que se mantenían vivas peces y crustáceo, en comunicación directa con el agua de mar.
Estas grutas excavadas durante miles de años por el bravo mar Cantábrico, fueron aprovechadas por los pescadores para, ayudándose de las mareas que renovaban el agua dos veces al día, mantener vivos los mas deliciosos mariscos.
Aprovechando la bajamar se pueden visitar y admirar estos espacios naturales utilizados sabiamente y de modo totalmente ecológico por el hombre.
Para ampliar o complementar la información sobre este post recomendamos la lectura del post de nuestros compañeros ¿Tienes planes hoy?..
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