Numancia es el nombre de
una ciudad celtíberadesaparecida que se sitúa sobre el
Cerro de la Muela, en Garray, provincia de Soria (Castilla y León). Esta
localización es un punto estratégico
desde el que se domina la llanura, estando delimitado por las montañas del Sistema Ibérico y rodeada por el río Duero y
el río Medancho.
Numancia no es sólo un
yacimiento arqueológico, sino que es además un símbolo de resistencia y de lucha de un pueblo por su libertad.
Fueron los escritores romanos quienes elevaron el comportamiento de los
numantinos a gesta heroica dándole una dimensión universal.
El yacimiento de Numancia, declarado Monumento Nacionalpor Real Orden de 25 de agosto de 1882, es uno de los que más ha aportado al conocimiento del mundo celtibérico, debido al gran número de excavaciones realizadas, contribuyendo con una amplia cantidad de cerámica pintada.
Excavada por Schultten
en 1908, los sucesivos trabajos arqueológicos han descubierto dos ciudades: una más antigua de época celtibérica y, sobre ella, otra
posterior de época romana, acomodada
a la estructura de la anterior. La amplia superficie excavada permite conocer
su trazado con las calles en retícula irregular, sin dejar espacios libres o
plazas.
Actualmente se puede
contemplar el entramado de las calles,
restos de algunas viviendas o la reconstrucción
de sendas casas celtíbera y romana, que convierten su visita en un
auténtico viaje en el tiempo.
El origen del
enfrentamiento con Roma se debe a que, en el año 153 a.C., los numantinos
dan refugio en su ciudad a un grupo de fugitivos de la ciudad de Segeda. Esto
provoca un enfrentamiento con el
ejercito del cónsul romano Quinto Fulvio Nobilior, en el que los numantinos
consiguen derrotar al ejercito romano compuesto por unos 30.000 hombres, pero
en la batalla muere su jefe Caro de Segeda.
Como consecuencia de
esta batalla Roma mantiene durante veinte años continuos ataques contra la
ciudad, hasta que en el año 133 a.C. el
senado manda a Publio Cornelio Escipión Emiliano El Africano Menor, la misión
de destruir Numancia. Para
conseguirlo cerca la ciudad duramente, construyendo a su alrededor un perímetro
con torres, fosos y empalizadas, además de contar con siete campamentos romanos
para aislar a la ciudad.
Después de 15 meses de
asedio y penurias, durante el verano del
año 133 a.C. y acabados los víveres, unos pocos numantinos se entregan al
ejercito romano pero la gran mayoría sabiendo que terminarían siendo esclavos, deciden
incendiar la ciudad y suicidarse.
Esta lucha ha dejado
huella en la lengua española, que acoge el adjetivo
«numantino» con el significado: «Que resiste con tenacidad
hasta el límite, a menudo en condiciones precarias», según la real Academia.
En recuerdo a la ciudad
hispana, se ha dado el nombre de Numancia al Club Deportivo Numancia de Soria, a varios barcos, como por ejemplo
la fragata Numancia y a unidades militares. En 1936 durante la Guerra civil
Española, un regimiento llamado Numancia tomó el pueblo toledano de Azaña, y le
cambió el nombre por el actual de Numancia de la Sagra.
El caballito de Soria
La primera manifestación
de esta figurilla apareció en las excavaciones realizadas en la ciudad
celtibérica de Numancia. Allí encontraron una fíbula, una especie de hebilla de bronce, que representaba a la deidad
de Hipona, el dios celtíbero de los caballos. Además este símbolo también se
encontró en numerosas vasijas y utensilios que utilizó este pueblo.
El caballito de Soria, además de ser el símbolo que ha utilizado una famosa
joyería soriana para una de sus colecciones es símbolo de la productora
Numancia, la que se encarga de la serie “En tiempos revueltos”, emitida
actualmente.
La ermita de Santa María de Eunate, rodeada de misterio, es una ermita del siglo XII atribuida a los templarios, y que se alza solitaria en la llanura navarra, en la confluencia de los Caminos a Santiago aragonés y navarro.
El misterio no aclarado sobre su origen y su inquietante interior
avivan el interés de este templo que fue hospital de peregrinos, dormitorio de
difuntos, faro-guía para caminantes, lugar de culto cristiano y santuario
telúrico para quienes buscan fuerzas esotéricas.
En Mururzábal (Valle de Valdizarbe), en la ruta tolosarra del Camino de Santiago, poco antes de que ésta confluya en Puente la Reina con la procedente de Orreaga/Roncesvalles, se alza solitaria pero imponente la iglesia de Santa María de Eunate, un raro, bello y sugerente ejemplo de arquitectura románicadeclarado monumento nacional.
Su planta octogonal sigue el modelo de la basílica del Santo Sepulcro
y de la Cúpula de la Roca de Jerusalén. Esta estructura y el claustro que la circunda la hacen diferente a cualquier otro templo románico.
No dudes en consultar sus horarios y tarifas cuando vayas a realizar la visita a esta magnífica ermita medieval.
Origen e Historia de la ermita Santa María de Eunate
Construida en 1170, su origen no está claro. Algunos historiadores han barajado la posibilidad de que fuese obra de los templarios y hospital de la orden de San Juan, mientras que la tradición popular atribuye su construcción a una reina o señora, cuya sepultura yace bajo las piedras, para que fuese capilla funeraria (iglesia cementerial de peregrinos).
Más allá de aspectos de carácter
legendario, la gran mayoría de especialistas coinciden hoy en día en
contextualizar la construcción del templo durante la segunda mitad del siglo
XII, coincidiendo pues con el fecundo reinado
de Sancho el Sabio de Navarra.
Otra de las funciones que tanto a
Santa María de Eunate como al Santo Sepulcro de Torres del Río se atribuyen es
la de faro de orientación para al
peregrino, contando ambas en lugar de torre, con una especie de linterna
arquitectónica coronando el edificio dentro de la cual se mantenía un fuego que
servía de punto de referencia al caminante durante la noche.
Arquitectura de la ermita Santa María de Eunate
El conjunto de planta
octogonal, como el Santo Sepulcro de Jerusalén y otras dos construcciones del
Camino de Santiago, está circundado por una hermosa galería porticada de 33 arcos, con capiteles decorados. La armonía
de la planta octogonal queda rota por el ábside pentagonal y una torrecilla de
planta cuadrada adosada en el lado de la epístola. En los muros exteriores se alternan ventanas caladas y ciegas y dos
puertas de acceso, la del norte frente al Camino, muy decorada, y otra más
sencilla hacia poniente.
El interior del templo es sencillo y con algunos elementos de
influencia musulmana. En los muros de sillería se aprecian dos alturas y en
cada ángulo se superponen dos columnas. La sobriedad del interior es sólo
aparente, ya que las columnas poseen
hasta 26 capiteles decorados.
La bóveda octogonal está sustentada por 8 nervios con ángulos diferentes, lo que evidencia que los ocho lados del templo son diferentes. Y en el ábside, de gran riqueza arquitectónica y con forma semicircular, se encuentran los elementos esculturales más antiguos de la iglesia.
Ubicado en Navarra, al
pie de la sierra de la que toma el nombre el monasterio de San Salvador de
Leyre, o simplemente Monasterio de Leyre (en euskera Leire), es uno de los conjuntos monásticos más importantes
de España por su relevancia histórica y arquitectónica.
Entre los diferentes
edificios que componen el conjunto, existen ejemplares del románicomuy
destacados por pertenecer a un periodo muy temprano del mismo y por su
excelente estado de conservación. En 1867 el Monasterio de Leyre fue declarado Monumento Nacional.
Posiblemente la cabecera de la iglesia del monasterio de Leyre sea la primera
manifestación del románico pleno en Navarra a mitad del siglo XI. Las
piedras con las que está construido el monasterio provienen de canteras propias
que se hallaban en plena sierra y cercanas a él.
El bello entorno natural que acompaña al monasterio de Leyre explica que a lo largo de su historia haya sido refugio de reyes y obispos, icono de Navarra y escenario de celebraciones oficiales. El Monasterio de Leyre forma parte de la Ruta de Monasterios en Navarra.
El monasterio se alza en terrenos del
actual municipio de Yesa, a 52 km de la capital navarra, Pamplona, sobre el
ramal del Camino de Santiago que discurre siguiendo el río Aragón, pasando por
Jaca, el Camino de Santiago aragonés.
El conjunto se encuentra en una balconada natural de la falda sur de la sierra
de la sierra de Errando o de Leyre, entre cuyos picos destaca la cima del Arangoiti de 1.356 m de
altitud (esta sierra es la primera sierra prepirenaica que se tiende sobre el
Canal de Berdún). Dicha balconada se alza sobre el valle del río Aragón,
embalsado en este punto en el pantano de
Yesa.
Cerca del monasterio te recomendamos visitar el castillo de Javier y Sangüesa y el pueblo medieval Sos del rey Católico.
Origen e Historia del Monasterio de Leyre
Sus orígenes se remontan
a la baja Edad Media. Documentalmente
está mencionado ya en 848 y su historia va estrechamente ligada a la del reino
de Navarra.
Durante la dominación árabe, del siglo IX al X,
fue refugio de los reyes y obispos de Pamplona, hasta que los musulmanes lo
incendiaron en el siglo X.
Después de haber sido
destruido por Almanzor, Sancho García
lo hizo reconstruir en 1022. La cabecera del coro y la cripta se construyeron
en estilo románico, fueron introducidas las reglas de los cluniacenses y
partiendo de él se construyeron numerosas hosterías y hospicios a lo largo del
camino de Santiago. Desde el siglo XI la cripta sirvió de panteón real. En ella
se encuentran los sepulcros de varios reyes de Navarra.
El monasterio alcanzó su
máximo esplendor en tiempos de
Sancho García el Mayor, de su hijo García de Nájera y de su nieto Sancho de
Peñalén. En el año 1307 el
monasterio fue entregado a la orden de
los cistercienses.
La Desamortización de Mendizábal, en el siglo XIX, hizo que el
monasterio se cerrara con el consiguiente abandono y ruina. Pero tras ser
declarado Monumento Nacional en 1867 y mediante iniciativas personales comienza
a resurgir. En el año 1915 se regresan a Leyre los restos de los primeros reyes
de Navarra que habían sido llevados a la parroquia de Yesa. En la actualidad, el conjunto monástico
pertenece a la Comunidad Foral de Navarra, y para su cuidado y funcionamiento
se le ha cedido a quienes fueron sus primeros moradores, los monjes negros, los
benedictinos.
Sus sólidos muros son
testigos de mil y una historias como
la de dos hermanas cristianas que fueron decapitadas por no abrazar el credo
musulmán, y cuyos restos se guardan en una arqueta de marfil que se exhibe en
el Museo de Navarra. O la leyenda de San Virila, el abad que
quedó extasiado durante 300 años al oír cantar un pajarillo cerca del
monasterio, lugar del que mana la fuente de San Virila.
¿Qué ver en el Monasterio de Leyre?
El recorrido te descubrirá
una sobrecogedora cripta del siglo XI,
la parte más antigua de todo lo conservado. El angosto recinto, en el que se
acumulan masas de piedra, con fustes de escasa altura y robustos capiteles
consigue estremecer y es una clara muestra de la sobriedad propia del románico más arcaico.
Su austeridad contrasta
con la decoración de las portadas de la
iglesia abacial, especialmente con la de la puerta Speciosa, otro de los grandes tesoros del cenobio. Data del
siglo XII y está adornada con elementos de la Ruta Jacobea. Busca el demonio
atrapando una desventurada alma o al ángel que anuncia el juicio final y
comprobarás que es una auténtica biblia en piedra.
Otros
elementos de gran interés
son la portada sur del siglo XII, la portada de la iglesia abacial (XI), el
paso subterráneo de la cripta y la capilla del Santísimo (1501-1536), que
contiene un retablo y esculturas de Juan de Berroeta (XVII).
En el interior de la iglesia, iniciada en
estilo románico, contempla la gran nave central (XI) y alza la vista para
descubrir la bóveda gótica, una de
las ojivas más bellas existentes en Navarra. Tras una reja de estilo gótico
tardío está el panteón de los primeros Reyes de Navarra y junto a él se venera
el «Cristo de Leyre», una
enorme talla del siglo XVI.
En Leyre, la alabanza y
diálogo con Dios se traducen en canto
gregoriano. Aprovecha la ocasión y escucha a los monjes en el oficio de
laúdes, a las 7,30 horas (domingos y festivos a las 8:00 h.), misa conventual,
a las 9:00 h. (domingos y festivos a las 12:00 h.), vísperas, a las 19:00 h. y
en las completas, a las 21:00 h.
Si quieres disfrutar con
tranquilidad del lugar, aneja al edificio existe una hospedería de 33 habitaciones. Además, el monasterio cuenta en su
interior con 10 habitaciones individuales. Este alojamiento está reservado a
varones y las comidas se realizan con los monjes en el refectorio.
La Cueva de Daina (en catalán Cova d’en Daina) es un dolmen de granito de grandes dimensiones construido entre 2700 a. C. y 2200 a. C. Está considerado como uno de los dólmenes más conocidos e importantes de Cataluña. Se encuentra en la comarca del Ampurdán, principal zona de Cataluña con monumentos megalíticos. Concretamente se sitúa en las afueras del núcleo urbano de Romanyá de la Selva, en el macizo de las Gavarres.
La cueva de Daina destaca
también por ser uno de los monumentos
funerarios más representativos de su tipología, llamado sepulcro de
“galería catalana” o “corredor ancho”.
En las proximidades se
puede acceder a otras dos estructuras megalíticas, no tan impresionantes, pero
que, dada la cercanía, merece la pena visitar: el menhir de Mutra y la cista de la carretera.
Historia
El conjunto fue descubierto en los años 1900 por el
antiguo propietario de los terrenos Pere Cama i Casa. En 1957, las excavaciones
promovidas por Lluís Esteva Cruañas hallaron numerosos huesos, dientes, siete
puntas de flecha de sílex, fragmentos de cuchillo, trozos de cerámica y cuentas
de collar.
El conjunto fue declarado en 1931 Monumento Nacional, y
tanto por su aspecto como su localización su visita familiar es interesante y
además permite descubrir una reliquia milenaria al alcance de todo el mundo.
Arquitectura
Se trata de un conjunto megalítico de grandes dimensiones, siguiendo una
estructura típica de cámara y galería de acceso formado por grandes bloques de
granito, y también se ven los grandes bloques que formaban la cubierta.
El recinto megalítico
está protegido por un crómlech en forma
de anillo externo de 11 metros de diámetro formado por grandes piedras de
granito. El dolmen mide 7,60 m de largo por 1,70 m de ancho y 1,50 m de alto.
La cámara funeraria, de forma rectangular, está separada de la galería por tres piezas que conforman la puerta de entrada. Este tipo de sepulcros de “galería catalana” son propios del Neolítico final y responden a una evolución de los “sepulcros de corredor”. Están formados por una cámara geométrica donde se depositaban los restos humanos y los ajuares, y un corredor que casi tiene el mismo ancho que la cámara.
El castillo de Loarre o
castillo abadía de Loarre es un majestuoso recinto fortificado considerado como
el castillo románico mejor conservado de
Europa. Se encuentra en las
cercanías del pueblo de Loarre, a 1071 metros de altura y a sólo 30 km de
Huesca.
Levantado sobre un
espolón rocoso está formado por diversas
edificaciones, la mayoría en buen estado de conservación, entre las que
podemos ver las murallas y torreones, la fortaleza, la torre del homenaje o el
mirador de la reina (con espléndidas vistas sobre la sierra y los llanos que se
abren a sus pies), además de otras dependencias de origen monástico, como la
iglesia o la cripta.
Desde su posición se
tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea. Durante el periodo
altomedieval el castillo de Loarre, junto con el próximo de Marcuello,
ostentaban una importancia estratégica
fundamental dentro del sistema defensivo aragonés, frente a la férrea
posición musulmana de Bolea.
Construido en el siglo XI resultó ser pieza clave para
el rey Sancho III el Mayor en la reconquista cristiana de esta Tierra Llana o
Plana (de ahí el nombre de Plana de Uesca) a los musulmanes. Presenta un buen
estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del
románico de España.
Fue denominado Monumento Nacional en el año 1906. En
la actualidad cuenta con el estatus de bien
de interés cultural. Las instituciones regionales y comarcales están
interesadas en promover su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco.
Su belleza,
singularidad, buena conservación y excelente ubicación han hecho que resultara elegido en numerosas ocasiones como
escenario de películas y documentales, algunas tan universales como “El
Reino de los Cielos” dirigida por Ridley Scott.
Origen e Historia del Castillo de Loarre
Durante
muchos años se ha defendido que en Loarre existió un núcleo urbano ya desde época romana, denominado Calagurris
Fibulariensis. Sin embargo, lo inaccesible del lugar ha hecho dudar de la
veracidad de esta afirmación, pues no hay ninguna certeza para relacionar
Loarre con esta ciudad. No obstante, parece razonable pensar en un posible asentamiento de época antigua, aunque
no se han localizado restos arquitectónicos anteriores al siglo XI.
Durante
el periodo musulmán tampoco hay
demasiadas noticias sobre Loarre, aunque todo parece indicar que esta zona no
se llegó a controlar de forma exhaustiva.
Algunos
historiadores sitúan el origen del castillo de Loarre en una fecha tan temprana
como es el siglo X, cuando se
construiría una torre como símbolo del terreno ganado a los musulmanes. Sin
embargo, la conquista definitiva de todas estas tierras tuvo lugar bajo el
reinado de Sancho III el Mayor (1004-1035). El 8 de enero de 1033 ya había un
teniente aquí, Lope Sánchez, con lo cual debía de existir, o quizás se estaba
construyendo, un castillo. Tras la muerte del rey, algunos autores piensan que
Loarre fue heredado por su hijo Gonzalo.
Durante
el periodo de 1035 a 1042 parece que estuvo abandonado, pero a partir de este
año, pasó al poder de Ramiro I (1035-1063) y adquirió una gran importancia. En
esta época se construyó la Torre del
Homenaje, y parece que se creó un núcleo de población en su entorno.
En
general, las partes del castillo de Loarre de esta etapa que comprende los dos
primeros tercios del siglo XI se reconocen (atención a las reformas y restauraciones recientes) por sus formas lombardas, en
especial a sus muros realizados con sillarejos.
Durante
el reinado de Sancho Ramírez (1069-1094) es cuando el castillo alcanzó el máximo esplendor, y fue en estos años
cuando se realizó la ampliación que
dio lugar a la configuración actual. En la década de los 70 el rey fundó en el castillo
un monasterio con una comunidad de
canónigos de la orden de San Agustín puesto bajo la autoridad directa del papa,
con lo que al carácter militar de la fortaleza se unió un aspecto religioso.
De
este monasterio se han conservado algunas estancias, adscritas a la estética
del románico pleno jaqués, como la espléndida iglesia de San Pedro y la cripta de Santa Quiteria.
A
lo largo del siglo XII el castillo se secularizó y se redujo a la categoría de parroquia. El carácter militar también
perdió importancia tras las conquistas de Huesca (1096) y Bolea (1101) y poco a
poco quedó abandonado. Desde 1263 hasta 1285 estuvo bajo la protección de la Orden de San Juan. En el siglo XVI el
núcleo de población se trasladó a su emplazamiento actual, en una zona más baja
y accesible, y para ello se construyó una iglesia y nuevas casas, cuyas piedras
salieron de los muros del castillo, quedando éste completamente abandonado y
semiderruido.
Las murallas del
Castillo de Loarre
La
interpretación de las diferentes fases
constructivas del castillo de Loarre ha dado lugar a grandes debates entre
los historiadores de la arquitectura, y muchos de los frentes que se han
abierto continúan siendo objeto de estudio, sin que se hayan podido alcanzar
unas conclusiones definitivas.
La
fortaleza se encuentra rodeada por una gran muralla que recorre todo su
perímetro en los costados norte, este y sur, mientras que en el oeste el
castillo se protege por la propia montaña. El
muro se refuerza con un torreón cuadrangular y otros nueve semicirculares.
La
entrada principal al recinto se
encuentra en el flanco este, y está compuesta por un sencillo arco de medio
punto, flanqueado por dos torreones semicirculares. El castillo tiene una segunda puerta, más antigua, ubicada en
el único torreón cuadrangular de la muralla, compuesto también por un sencillo
arco de medio punto que se sitúa en un ángulo recto con respecto al lienzo de
la muralla, para proteger el acceso.
La torre albarrana
Frente
a la segunda puerta de entrada de las murallas hay una pequeña torre a la que
tradicionalmente se ha denominado albarrana, y que quizás se comunicase con la
muralla por medio de una estructura de madera, aunque en realidad su función
defensiva no está nada clara, ya que su construcción
es bastante anterior a la de la muralla.
El exterior del
Castillo de Loarre
Desde
esta zona se puede ver una magnífica perspectiva del ábside de la iglesia. Éste tiene forma semicircular, y se encuentra
dividido horizontalmente por medio de dos líneas de imposta con la característica
decoración del ajedrezado jaqués, que lo dividen en tres cuerpos de tamaño
desigual correspondientes, el inferior a la cripta y los dos superiores a la iglesia.
El interior del
Castillo de Loarre
La
cripta tiene una planta
semicircular, y se encuentra situada bajo el ábside de la iglesia. Se cubre por
medio de una bóveda de horno, que arrancan de una línea de imposta ajedrezada.
La
iglesia de San Pedro, levantada en
época de Sancho Ramírez, tiene una sola nave, dividida en dos tramos, y rematada
en un ábside semicircular. La iglesia cuenta con una maravillosa bóveda semiesférica realizada en sillería, con cuatro
pechinas en los ángulos que facilitan el paso del espacio cuadrangular al
circular.
La oscuridad
de la iglesia y su enorme volumen, incluyendo la cúpula del cimborrio, no suele
permitir contemplar demasiados detalles, pero es recomendable alzar la vista para contemplar los capiteles de los
ventanales, con numerosas representaciones zoomorfas.
Si
continuamos nos encontramos con las dependencias
militares y la torre del homenaje. Su altura hace que su perfil sobresalga
de la estructura del castillo. Esta torre se construyó en época de Ramiro I, y
originalmente era una albarrana, exenta, pero cuando en época de Sancho Ramírez
se edificó la iglesia, la construcción quedó dentro del recinto monástico,
perdiendo en gran parte su función defensiva. La torre tiene planta
rectangular.
Desde
la torre del homenaje se puede acceder a la torre de la Reina por medio de una pasarela metálica. Es una
elegante construcción, cuyo rasgo más distintivo es la galería de ventanas de la parte superior. Se estructura en tres
pisos, visibles desde fuera por las tres filas de ventanas.
El
patio de armas no tiene grandes
dimensiones, aunque seguramente fuese suficiente para acoger la guarnición que
habitó en el castillo construido por Sancho III. Seguramente en época de Sancho
Ramírez este espacio se modificó.
La
iglesia de Santa María de Valverde
fue la primera capilla de la fortaleza construida por Sancho III. El primitivo
ábside quedó oculto cuando se construyó la iglesia de San Pedro. Se accede
desde el patio de armas.
En
la zona norte del castillo de Loarre, entre la torre norte y la del homenaje
hay una serie de dependencias comunicadas por pasillos y escaleras que se
piensa serían las dependencias monacales.
La más amplia es la conocida como sala
de los arcos, que bien pudiera haber sido el dormitorio de los monjes.
El mirador o ventanal de la reina no es más que los restos de una gran sala construida por Sancho Ramírez, con dos pisos de altura, cuya función es desconocida. En la actualidad tan sólo ha sobrevivido el piso inferior.
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