VILLAMARTÍN: ruta de los pueblos blancos de Andalucía

22 junio, 2014 at 20:58

PUEBLO DE VILLAMARTIN

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Hoy os invitamos a visitar el siguiente pueblo de nuestra ruta: VILLAMARTÍN (Cádiz).

Villamartín se encuentra en el cuadrante Noroeste de la provincia de Cádiz, en las últimas estribaciones de la región natural de la campiña, en el piedemonte de las Sierras Béticas.

sierras beticas de cadiz

Este pueblo blanco de la Sierra de Cádiz conserva multitud de restos del paso de la historia. Bañado por el río Guadalete, por sus calles encaladas se respiran aún olores del pasado.

Los importantes restos arqueológicos encontrados en su término confirman su poblamiento desde la prehistoria. El reciente descubrimiento del monumental Campo Dolménico de Alberite, conjunto de sepulcros megalíticos de galería, sitúa los orígenes más remotos de población en el término de Villamartín en el V milenio A.C. Figuras grabadas en sus paredes, restos humanos y ajuares funerarios son sólo una muestra de la que se ha considerado una de las necrópolis más antiguas de la península ibérica.

Dolmen de Alberite

También podemos encontrar en la localidad las ruinas de la Ciudad Tartésica de Torrevieja, que permiten constatar la presencia de diferentes pueblos y culturas en el término hasta la dominación romana.

A partir del S. VIII de nuestra era, la región queda bajo control musulmán. Los Campos de Matrera, denominación del término municipal, entraron a formar parte de la Cora de Ronda.

Coronando el municipio, en la Sierra de Pajarete, está el Castillo de Matrera, una fortaleza que data del siglo XIV con un perímetro de murallas que supera los 500 metros.

castillo de matrera

Hay muchos más monumentos destacados en Villamartín. La Iglesia de las Angustias, del siglo XVIII, las casas-palacio de Los Topete y de Los Ríos o la Parroquia de Santa María de las Virtudes.

villamartin-iglesia-parroquial-de-nuestra-senora-de-las-virtudes

Ya fuera del núcleo urbano, merece la pena visitar el Paraje Natural El Tarajal, en la cola del Pantano de Bornos. También la Ermita de la Virgen de las Montañas, situado en la falda del cerro Pajarete, a la que casi a diario se dirigen peregrinos devotos de la patrona.

El paso del río Guadalete por el municipio propicia la práctica de la pesca y los amantes de la caza menor encontrarán aquí liebres, perdices o conejos.

De su artesanía destacan la marroquinería y la guarnicionería, trabajos realizados con piel gracias a la importante tradición ganadera de Villamartín.

Los dulces como la crema de petisú, conocida como «cuerno», son parte de su gastronomía autóctona.

En cuanto a sus fiestas recomendamos no se pierdan su Feria del Ganado de San Mateo (declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía).

Feria del Ganado de San Mateo

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BORNOS: ruta de los pueblos blancos de Andalucía

6 abril, 2014 at 16:07

BORNOS

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Hoy nos toca visitar el pueblo de BORNOS (Cádiz).

Enclavado a orillas del lago junto al que ha crecido desde hace más de 30.000 años, Bornos está declarada Conjunto Histórico. El paso de la cultura íbera a la romana se aprecia en los restos del yacimiento de Carissa Aurelia, a escasos kilómetros del núcleo urbano.

yacimiento carissa aurelia

Como edificios relevantes de su arquitectura civil, además de su castillo, figuran las casas señoriales de la Cilla (s.  VII-XVIII) y de los Ordóñez (s. XVIII) y el Colegio y Hospital de la Sangre. Tiene también una magnífica muestra religiosa, con la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Guzmán, el Convento del Corpus Christi y el Monasterio de los Jerónimos, ambos del s. XVI. Las sierras cercanas a Bornos resultan idóneas para la práctica del senderismo, trekking, rutas a caballo y bicicletas de montaña.

casa Ordonez Bornos

Y en el Embalse de Bornos además de pescar el visitante podrá observar aves acuáticas.

Castillo de Fontanar – Palacio de los Ribera

Castillo de Fontanar - Palacio de los Ribera

El trazado urbanístico de la villa gira en torno a su joya monumental que es el Castillo- Palacio de los Ribera, declarado Bien de Interés Cultural. Sobre la construcción árabe, de la que se conservan restos de muralla y la Torre del Homenaje, después se erigió un bello palacio con un Jardín también renacentista que está declarado Jardín Histórico de Interés Cultural.

El Castillo del Fontanar – Palacio de los Ribera es de origen árabe. Consta de un elemento más antiguo y de planta cuadrada, que constituye la torre del homenaje, con su entrada por la cara oeste y un macizo en la esquina noroeste. Los restos que se conservan de este antiguo castillo se reducen a algunos lienzos de la muralla y la torre; su interior aparece compartimentado en diversas cámaras y está construido en material de sillería.

Restos antiguos castillo de fontanar

Fue restaurado y transformado en Palacio de estilo plateresco en el s. XVI. Una gran puerta, en tiempos chapada en bronce, da acceso a un amplio patio, rodeado de un hermoso claustro con arcos peraltados, sobre los cuales se levanta una galería superior con arcadas de igual clase y balaustrada ojival. En el centro del patio hay una fuente de mármol, traído de Italia, con el escudo de los Ribera.

Completan el edificio unos hermosos jardines, decorados con fuentes y arrayanes. En uno de sus extremos, se halla una logia, único inafronte pompeyano del siglo XVI que existe en Andalucía, con hornacinas que estaban decoradas con estatuas de motivos mitológicos, que hoy se encuentran, casi todas, en la Casa de Pilatos de Sevilla.

logia-del-palacio-castillo-del-fontanar-bornos

En este vergel, el agua es un elemento decorativo más y, aunque desaparecido en su mayor parte, se conserva aún la alberca del Jardín Secreto de este Palacio Ducal, en la que, según la leyenda, se bañaba la Señora del Castillo para limpiar su cuerpo y después pasaba a la capilla anexa al Jardín para limpiar su alma.

El Castillo del Fontanar – Palacio de los Ribera fue propiedad de la Casa de Medinaceli, hasta que en 1953 fue comprado por el Ayuntamiento.

Artesanía y Gastronomía

artesania bornos

En Bornos, al igual que en otras localidades rurales de la sierra, su artesanía ha estado ligada, principalmente, a cubrir las necesidades que iba despertando el trabajo en el campo, aunque poco a poco han ido evolucionado y, ganando valor ‘lo viejo’ que ahora pasa a ser lo ‘antiguo’.

Hace décadas, el esparto, el mimbre, la palma, la enea, las varetas de olivo, la caña, la madera y el cuero eran las materias primas, mayoritariamente, utilizadas por los bornenses en estrecha relación con la actividad económica imperante en la zona como es la agricultura; ya que los serones de capacha, sombreros y cinturones de palma eran imprescindibles para sobrellevar más fácilmente la jornada laboral.

No obstante si de lo que se trata es de conocer la gastronomía bornense, encontraremos platos basados en los productos básicos de su huerta y de la sierra. De los guisos hay que destacar la famosa ‘berza’, preparada con tallos o cardillos.

Las patatas con alcauciles, las tagarninas esparragadas; la sopa de espárragos, conocida en Bornos como ‘abajao’; los garbanzos con espinacas; las alboronías hechas con calabaza; y las tapas de chorizo, salchichón, morcilla, morcón o butifarra son otra de sus exquisiteces. Y después de una buena comida, un buen postre: la mejor sugerencia, el damasco en temporada.

tagarninas esparragadas

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CASTILLO DE GUZMÁN EL BUENO; Ruta de Castillo Medievales

3 marzo, 2014 at 9:41

CASTILLO GUZMAN EL BUENO

El Castillo de Guzmán el Bueno se encuentra situado sobre un saliente elevado junto al mar, dominando la ciudad española más meridional de la península que da acceso al Estrecho de Gibraltar, Tarifa, en Cádiz.

El castillo de Tarifa fue levantado por orden del califa Abderramán III en el año 960 para defender el punto más estratégico del Estrecho de Gibraltar. Desde entonces, ha sido pieza codiciada por numerosos enemigos: almohades, cristianos y, posteriormente, los piratas berberiscos.

A primera vista llama la atención su imagen compacta protegiendo el puerto de Tarifa. Consta de dos patios de armas, unidos por estrechas galerías. Se conserva el núcleo central califal, al que los sucesivos señores añadieron posiciones defensivas, siempre usando la piedra como materia prima. También se puede ver la réplica de un arma de guerra de la época: una catapulta para derribar murallas.

Fue restaurado en la primera mitad del siglo XVII, como consecuencia de mantener la actividad defensiva del castillo debido a la piratería berberisca que asolaba las costas durante los siglos XVI y XVII.

En el siglo XVIII parte de las murallas del Castillo de Guzmán el Bueno fueron adaptadas para la instalación de artillería, y durante la Guerra de la Independencia sirvió de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defendieron Tarifa del ejército francés en los años 1811 y 1812.

Es propiedad del Ministerio de Defensa y en la actualidad sigue cumpliendo funciones de tipo militar.

La leyenda de Guzmán el Bueno

guzman_el_bueno

Después de ser conquistado por los cristianos, lo que ocurrió por primera vez en 1292, se abrieron ventanas en los muros y se completó el recinto árabe con una gran torre octogonal, unida a la muralla interior por un muro o coracha. Esa torre fue desde donde  Guzmán el Bueno lanzó su cuchillo, lo que forjó toda una leyenda…

Alonso Pérez de Guzmán ha pasado a la historia con el apelativo el Bueno (Guzmán el Bueno) después de haber sacrificado a su hijo. Lo que hoy se ve con cierta indignación, en la Tarifa del siglo XIII no fue motivo de polémica, sino de orgullo. ¿Por qué? Esta es la historia…

Alonso Pérez era un militar leonés de larga trayectoria en los asuntos cortesanos y militares. En 1295, la campaña benimerín (los emires norteafricanos) contra Sancho IV el Bravo llevó al asedio de Tarifa, la llave del estrecho de Gibraltar. Las tropas africanas contaban con la ayuda del infante don Juan, hermano del rey. Después de varios intentos infructuosos, el infante amenazó a Alonso Pérez, al mando del castillo, con degollar a su hijo si no rendía la plaza.

Según las crónicas oficiales, Alonso Pérez respondió desde lo alto de la torre octogonal al infante don Juan algo espectacular: “No engendré yo hijo para que fuese contra mi tierra; antes engendré hijo a mi patria para que fuese contra todos los enemigos de ella. Y si no tienes un cuchillo, ahí va el mío”. Irritado, don Juan cumplió su amenaza en ese mismo lugar, pero los benimerines acabaron regresando a África. Todavía hoy, ante la estatua de Alonso Pérez de Guzmán que preside el castillo, nos preguntamos por la personalidad de este hombre.

La capital del viento

tarifa

A los pies del castillo se extiende una ciudad bulliciosa, la esquina de Europa, bañada por el mar y el viento. Tarifa (www.tarifaweb.com) se ha beneficiado de la llegada de miles de turistas extranjeros, llamados por la posibilidad de disfrutar de estos dos elementos durante todo el año.

Además, la apertura de la línea del ferry a Tánger, en Marruecos, hace que en apenas 35 minutos se pueda cruzar el Estrecho, lo que ha promovido el auge comercial de la zona. Su centro histórico, donde encontramos monumentos como la Puerta de Jerez, presenta muchas posibilidades de ocio, abarcando prácticamente todas las horas del día.

El fin de la temporada turística veraniega permite a los tarifeños tener más espacio y tranquilidad para pasear por sus playas. La playa Chica es la más familiar y la preferida por los lugareños. Se encuentra en la franja que separa el castillo y la isla de Tarifa o de las Palomas. La playa de los Lances, con más de diez kilómetros de longitud, es de fácil acceso y está siempre más frecuentada.

Después, se suceden una serie de calas y zonas rocosas en las que más de uno alucinará con las “artes surferas”. La impresión aumentará al visitar las playas de Los Porros, Valdevaqueros (la meca del windsurf y el kitesurf en Europa) y Punta Paloma. Ya más lejanas, se encuentran la playa de los Alemanes y la de Atlanterra.

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ESPERA; ruta de los pueblos blancos de Andalucía

4 febrero, 2014 at 9:43

PUEBLO DE ESPERA

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Hoy vamos a mostrarte el pueblo ESPERA (Cádiz), pueblo con auténtica esencia andaluza.

Casas blancas, calles estrechas y cuestas empinadas hasta lo más alto del pueblo donde encontramos el Castillo “Fatetar”, construido por Abderramán III, y donde se encuentra la ermita de Santiago, con la imagen del Cristo de la Antigua, cuya Fiestas en su honor en el mes de septiembre hace que la imagen baje al pueblo.

Destacan además monumentos como la Iglesia Santa María de Gracia de estilo renacentista (s. XV), el Molino de los Diezmos (s. XVIII) que actualmente funciona como molino de aceite y algunas Casas solariegas.

En el término de Espera, encontramos las ruinas íberas de “Esperilla” y la Ciudad Romana de “Carissa Aurelia”. A 4 Km. podemos visitar el Museo Arqueológico y el Complejo endorreico de la “Zorrilla”, maravilloso entorno natural con un alto valor ecológico desde donde podemos observar multitud de aves.

No nos debemos ir de Espera sin probar el aceite del “molino” y los molletes, productos típicos espereños.

Historia

Espera ha estado habitada desde la más remota antigüedad, prueba de ello son los restos arqueológicos que se han encontrado en su término, como pueden ser varias colecciones de útiles de piedras talladas pertenecientes al Paleolítico. Numerosos han sido también los hallazgos pertenecientes a las culturas Turdetanas, Íberas y Cartaginesas; pero es en la época de la Conquista Romana cuando aparecen las dos ciudades de Carissa Aurelia y Esperilla, ambas localizadas en los alrededores de la actual villa. Tras los Romanos llegan los Visigodos, que levantaron una fortaleza sobre los restos de una fortificación romana, donde hoy se alza el Castillo.

La Conquista Musulmana significó la destrucción total de Carissa y el establecimiento de los nuevos habitantes alrededor de un nuevo recinto de defensa, que sigue tomando como base el Castillo de Fatetar, mandado a construir por Abderramán III. Con Fernando III pasa a manos cristianas y sirve como fortaleza fronteriza hasta la caída del Reino de Granada. Cuando éste cayó la función militar del Castillo desaparece y es entonces cuando los espereños comienzan a construir sus casas en los lugares más llanos, a lo largo de las laderas, existiendo dos villas: «La Villa Vieja» arriba, dentro de los muros del castillo y «La Nueva» en el actual emplazamiento del pueblo.

Carissa Aurelia

CARISSA AURELIA

Carissa Aurelia es un yacimiento arqueológico situado entre los gaditanos términos municipales de Espera y Bornos, España, de época íbera y romana, con importantes restos de necrópolis.

Se pueden observar numerosos columbarios excavados en la roca y otros construidos con piedras, así como laudas sepulcrales con inscripciones, entre las que destaca una de época paleocristiana de los siglos IV-V. También se observan restos de muros constructivos de edificaciones coetáneas.

La ciudad de Carissa fue primero municipio romano y posteriormente «Cives Romani», con derecho incluso a acuñar moneda propia, durante el mandato de Vespasiano.

Está declarado como bien de interés cultural, con la categoría de zona arqueológica.

El Castillo “Fatetar”

CASTILLO DE FATETAR

Está situado  en la cima del Monte Fatetar, en la zona más alta de la localidad de Espera y disfrutando de unas impresionantes vistas tanto del pueblo como de sus alrededores.

Aunque no se conocen muy bien sus orígenes, varias culturas han pasado por este lugar, como son los romanos, visigodos, árabes, musulmanes y cristianos.

Tiene  forma romboidal. A día de hoy aún se puede observar su Torre del Homenaje y restos de sus murallas. Junto al castillo se encuentra la ermita del castillo, denominada la Ermita de Santiago. Los orígenes del castillo de Fatetar no están muy claros, pues nunca se ha realizado un estudio detallado del mismo. Se han encontrado unas pequeñas láminas de sílex probablemente del Neolítico, pero al no haberse realizado ninguna excavación, no se puede asegurar nada relativo a esa época

Al parecer se asentó sobre los restos de una antigua fortaleza romana sobre la que los visigodos levantaron otra. Dicen que el castillo fue en origen un observatorio astronómico o tal vez un templo. Durante la ocupación musulmana, Abderraman III construyó el castillo árabe en el año 914, dejando como alcaide a Yamil Uqba al Balawi al mando de un nutrido número de caballeros. Los historiadores musulmanes hablan de una vía de comunicación que pasaba por Espera. Tampoco se conoce con seguridad cuándo pasó a manos cristianas. Pudo ser conquistado por Fernando III el Santo en el año 1251, pero lo más seguro es que lo hiciera Alfonso X el Sabio en 1255 al conquistar Jerez.

Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1949. En el año 1993 la Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

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ARCOS DE LA FRONTERA; ruta de los pueblos blancos de Andalucía

17 septiembre, 2013 at 8:04

Arcos-de-la-Frontera

Pensar en Andalucía es llenarse de los colores de las buganvillas y gitanillas, del blanco de sus paredes encaladas, del azul profundo de sus mares bajo el sol. Así, la conocida como Ruta de los Pueblos Blancos nos lleva a recoger un sinfín de imágenes populares salidas del corazón mismo de Andalucía.

Esta ruta es una de las más conocidas y cada año, miles de viajeros se dispersan por los caminos andaluces haciendo su recorrido. Es una red de caminos que nos llevan a unos 20 municipios de las provincias de Cádiz y Málaga. Pueblos y ciudades que comparten esas casas con fachadas de blanca cal tan características en gran parte de la comunidad andaluza.

Hoy vamos a mostrarte el pueblo ARCOS DE LA FRONTERA (Cádiz), puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos y considerado como uno de los pueblos más bellos de España.

A través de estrechísimas y empinadas calles y bajo antiguos arcos, el visitante se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico, donde se conservan joyas monumentales como el Castillo de los Duques (s. XV), la Puerta de Matrera (ss. XI-XIV) y los restos del recinto amurallado, sus palacios y casas señoriales, la Basílica de Santa María, la Iglesia de San Pedro, además de numerosos templos, capillas y conventos. Estos edificios acogen las valiosas imágenes que en Semana Santa desfilarán por las calles de la población en un fiesta que está declarada de Interés Turístico Nacional.

Las panorámicas más sobresalientes de su singular silueta pueden obtenerse desde la carretera de Paterna y Alcalá de los Gazules al Sur, la carretera de Algar y El Bosque por el Noroeste y el Este, el acceso desde Jerez de la Frontera por el Oeste y el antiguo camino de Bornos y el acceso desde el embalse de Arcos por el Norte.

Esta ciudad también tiene un enorme interés arqueológico, dado que la depresión del río Guadalete en el sector de Arcos de la Frontera, según estudios recientes de las ocupaciones humanas en el transcurso de la Prehistoria, tanto en sus etapas más antiguas como ya en el comienzo de la época histórica, registran importantes asentamientos post-paleolíticos, que abarcan desde el inicio de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos incipientes hasta un desarrollado control del territorio por parte de las sociedades jerarquizadas de la Edad del Bronce.

El momento de máxima ocupación del territorio arcense, lo constituye el mundo romano. Desde el siglo II antes de Cristo se puede constatar su presencia; sobre todo los primeros asentamientos coinciden con aquellos lugares que estratégicamente están mejor situados. En el siglo I de nuestra era se produce una ocupación total, coincidiendo con la Pax romana.

Tampoco podemos olvidar la decisiva configuración de Arcos en la época musulmana, el trazado de sus calles, el alcázar militar, la muralla, los molinos, etc…; cuando incluso llega a ser reino de Taifas; o la densa crónica castellana, auxiliada por sus privilegios que aún se conservan en el riquísimo archivo municipal, mientras el pueblo se desborda de sus murallas y la creación de templos o la instalación de órdenes religiosas llega a su cenit desde el siglo XV al XVIII.

Como quiera que sea, Arcos es una ciudad que merece la pena visitar despacio, descubrir sin prisas, penetrando en sus laberínticas callejuelas, en sus empinadas cuestas para recibir el regalo de un atardecer desde algún mirador, o escuchar el armonioso sonido de sus campanas, curiosear sus patios y sus edificios tan representativos de la arquitectura vernácula en la Baja Andalucía, asistir a alguna de sus fiestas típicas y sobre todo deleitarse con la plenitud de la primavera en su Semana Santa, declarada de interés turístico.

Artesanía

Arcos de la Frontera, ocupa el quinto lugar dentro de la estructura básica del sector artesano en la provincia de Cádiz tanto en número de talleres como en volumen de producción. Es por tanto una población donde la artesanía rica y variada, va alcanzando considerables cotas de desarrollo y despegue hacia el mercado.

De las distintas modalidades de productos artesanos arcenses, destacamos las siguientes: telares, guarnicionería, cerámica, cerrajería, esparto… o los típicos dulces arcenses, a caballo entre una gastronomía exquisita y el esmero que requiere cualquier tradición artesano, entre ellos los pastelillos y pastas de las Monjas Mercedarias, los conocidos bollos de Semana Santa que se elaboran durante todo el año y pueden encontrar en las diversas pastelerías de Arcos.

Bodegas de Vino

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