MERCADILLO DEL JUEVES: mercadillos de España con historia

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El mercadillo de «El Jueves» es el más antiguo de Sevilla. Su origen se sitúa en el siglo XIII, después de la conquista de Sevilla por el rey Fernando III.

Donde entonces había artesanos y puestos de oficios, hoy campan las antigüedades y todo lo que se pueda vender de segunda mano –pulseras para relojes, tornillos, CD’s, trajes de flamenca, sifones, coches de juguete–, repartido en 124 puestos.

Es un mercado de antigüedades y objetos de segunda mano, aunque en sus orígenes se ofrecían todo tipo de artículos; muchos objetos son reciclados y proceden de los contenedores. Los precios económicos de las mercancías las hacen muy asequibles, siendo frecuente en el rastrillo el regateo.

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Una especie de zoco medieval que mantiene su pulso con la modernidad. El caos controlado en una calle a la que pudo darle nombre esta suma -con poco orden y concierto- de vendedores que, desde bien temprano, levantan a vecinos con el arrastre y montaje de sus mercancías.

Abren todos los jueves del año, de 7.00 a 15.00, menos el Jueves Santo (que se adelanta al miércoles).

Origen e Historia del mercadillo de “El Jueves”

La primera referencia escrita que existe es de 1292, cuando el Rey Sancho lo reguló, por lo que se entiende que llevaba bastante tiempo celebrándose. Al menos, desde la Reconquista de la ciudad por San Fernando, o incluso antes. Si se atiende a esta última teoría, podría considerarse que es una herencia de los bazares árabes que aún conservan importantes ciudades donde impera la religión musulmana.

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Su primer enclave estuvo en la Plaza de Calderón de la Barca (donde se encuentra el Palacio de los Marqueses de La Algaba, en la trasera del mercado de abastos). No fue hasta el siglo XIX cuando se traslada a su actual emplazamiento.

Tal ha sido su fama durante estos ocho siglos que hasta el propio Miguel de Cervantes lo mencionó en su novela picaresca Rinconete y Cortadillo. El ambiente que se vive en él le viene como anillo al dedo a este género literario. Un escenario perfecto donde cada semana se recrea la Sevilla del siglo XVI, cuando el oro de América entraba por unas calles repletas de pedigüeños. Gloria y miseria juntas compartiendo suelo.

Este ambiente tan pintoresco llevó al viajero inglés Richard Ford a compararlo con el zoco de El Cairo, un símil propio de ese exotismo con el que los románticos retrataron la vieja Híspalis. Germen del turismo que vino después y que se palpa en esta calle donde abundan los apartamentos para visitantes. Y hasta nuevos hoteles. Tal fue la fama que había adquirido por aquel entonces el mercadillo, que en 1905 se convirtió en una de las primeras postales de la ciudad. Y con la fama surgieron las leyendas, como aquélla que asegura que en sus puestos se llegó a vender un Murillo.

https://www.youtube.com/watch?v=CutwttEHU7I
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