LAS PATATAS BRAVAS: platos típicos con tradición

27 junio, 2016 at 19:53

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Las patatas bravas —denominadas también patatas a la brava o papas bravas— son unas patatas acompañadas de salsa picante , una salsa más conocida como salsa brava. Estas patatas pueden ir fritas, cocidas en agua, cocidas en aceite e incluso en algunos casos al horno. Suelen ir cortadas en dados, aunque hoy en día existen mil versiones.

Es un plato típico de la gastronomía española,  que suele tomarse a modo de tapas y que es perfecto para acompañar con un cerveza, un refresco o una copa de vino, los cuales harán calmar el clásico picante que acompaña a este plato. De hecho, su nombre Patatas Bravas viene del picante que predomina en él, normalmente procede de la cayena, ingrediente esencial en esta salsa.

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Las bravas es el clásico de las tapas. Una tapa sencilla y barata que parece no tener más secreto que freír patatas y echarles salsa picante.

La ONU en un recopilatorio de 200 recetas de patatas publicado en 2008 la incluyó como receta típicamente española.

Origen de las patatas bravas

Del origen de esta popular salsa se sabe poco. Es relativamente moderna, no aparece en ninguno de los recetarios tradicionales, ni en los antiguos ni en los más modernos. Empieza a verse en los bares bien entrada la posguerra (años 50 del siglo XX) y se convierte  acompañando a las patatas en una tapa muy solicitada.

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Respecto al lugar de origen, hay quien lo atribuye a «Casa Pellico» y otros dicen que se empezó a servir en «La Casona», ambos bares madrileños ya desaparecidos. Lo que sí es cierto, es que fue sobre el año 1960 y que las colas alrededor de estos dos bares sólo para probar las patatas bravas fueron míticas. Aunque Madrid parece ser el origen, debemos decir que en Barcelona también se encuentran buenas patatas, eso sí, que no te sorprenda si la salsa te sabe a ali-oli.

Aunque «cada maestrillo tiene su librillo», hay dos versiones básicas: la que se prepara con harina y/o cebolla y pimentón picante (para muchos es la auténtica), sin salsa; y la que tiene como fondo principal un sofrito de tomate con pimentón o guindilla. Esta última ha derivado en muchos bares en una suerte de ketchup picante y pringoso que nada tiene que ver con la sutil salsa original. Dos son las claves del éxito: que la patata sea de calidad y esté bien frita; y que la salsa sea eso, una salsa: ni un aceitillo ni un engrudo.

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Encontramos variedades a lo largo de todo el país, en Madrid, cuna de esta receta, se hace con tomate y cayena; en Cataluña y la Comunidad Valenciana se hace con un majado de ajo, aceite de oliva, guindilla y pimentón; en Andalucía suelen servirse acompañadas de ali-oli, etc.

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RECETA AUTÉNTICA DE LAS PATATAS BRAVAS

Los ingredientes:

PARA LAS PATATAS: 3 patatas de freir grandes, aceite de oliva, sal.

PARA LA SALSA BRAVA:

– Aceite de oliva

– 2 cucharadas de café de pimentón dulce

– 1 cucharada de café de pimentón picante

– 1 cucharada sopera de harina

– Aproximadamente un vaso de caldo casero (elaborado con pollo, codillo (hueso) de  jamón ibérico y verduras). El caldo lo puedes comprar ya elaborado, pero no es lo mismos…

Elaboración:

SALSA BRAVA

  1. El caldo se tiene preparado muy caliente.
  2. Se echa un buen chorro de aceite (unas cuatro cucharadas soperas) en una sartén y se calienta sin que llegue a alcanzar una temperatura excesiva (que no llegue a echar humo). Se aparta del fuego y se agregan los dos tipos de pimentón moviendo bien. Se añade entonces la harina poco a poco, removiendo hasta que queda una masa uniforme.
  3. Se añade entonces el caldo mientras seguimos moviendo. No lo echaremos todo de una vez para parar cuando la salsa haya tomado la consistencia que nos guste. Se deja enfriar y se utiliza sobre las patatas o incluso verduras a la plancha, carne o donde más nos apetezca.
  4. La salsa resiste perfectamente varios días tapada en la nevera.

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LAS PATATAS

  1. Pelamos las patatas y las cortamos de forma tosca, en cubos del tamaño de un bocado e irregulares para que nos quede un plato chulo, castizo o las cortamos todas iguales para hacer un plato de diseño.
  2. Ponemos una sartén con abundante aceite, dejamos que se caliente e introducimos las patatas, bajamos el fuego al mínimo y las dejamos cocinar muy lentamente.
  3. Cuando ya estén tiernas las sacamos de la sartén, ponemos el fuego a tope, calentamos el aceite al máximo y las metemos en la sartén; nos quedarán doradas y crujientes por fuera y blandas y tiernitas por dentro. Maravillosas.

Presentación:

Colocamos las patatas sobre papel absorbente, para quitarles el exceso de aceite. Las ponemos en un plato bonito y las regamos con la salsa brava.

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