La cultura megalítica, es decir, las civilizaciones cuyos restos conservados consisten en “grandes piedras” (dolmen) dispuestas de manera estudiada son una forma magnífica para poder ver cómo vivían nuestros antepasados de la Prehistoria hace más de 6.000 años.
Hoy te invitamos a conocer el dolmen de Guadalperal, también conocido como el tesoro de Guadalperal y como el Stonehenge español por su parecido al crómlech de Stonehenge. Situado en la localidad cacereña de El Gordo (Extremadura), es un monumento megalítico que data de entre el III y el II milenio a.C.
El monumento megalítico consta de más de 100 piedras de granito en pie, algunas de ellas hasta de 1,8 metros de altura y dispuestas en un círculo de 26 metros de diámetro.
La particularidad de este tesoro arqueológico y antropológico es que se encuentra bajo las aguas del embalse de Valdecañas, en el río Tajo, y solamente se puede ver cuando el caudal decrece, como una pequeña ibérica Atlantis perdida de entre 4.000 y 7.000 años de antigüedad.
La última vez que se produjo este acontecimiento y emergió de las aguas fue en el otoño del año pasado (año 2019). Debido a la aguda sequía que sufrió nuestro país y a las continuadas olas de calor, el dolmen emergió de las profundidades del río para mostrarse ante los ojos de los españoles del siglo XXI, ya que la última vez que era visible fue en 1963.
El monumento fue hallado en 1926, después de una investigación dirigida por el arqueólogo alemán Hugo Obermaier, capellán de la casa de Alba. Según informa \’National Geographic\’, el científico estaba veraneando en una finca de Guadalperal cuando de repente vio un conjunto de piedras que llamó su atención. Durante años, emprendió las labores de excavación para exhumar el dolmen. Años más tarde, en 1963, se construyó el embalse de Valdecañas para contener el agua del Tajo, que lo cubrió completamente enterrándolo en sus profundidades.
Ya se han iniciado los trámites para la declaración conjunta del megalítico como Bien de Interés Cultural (BIC), para así garantizar que el monumento esté bien protegido. Su homólogo británico, el Stonehenge de Wiltshire, fue proclamado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. De momento, el Ministerio de Cultura y la Junta de Extremadura han descartado la posibilidad de cambiarlo de sitio, ya que los expertos que han evaluado la situación consideran que su traslado podría ocasionar graves daños irreversibles a la estructura, según informa una noticia de la \’BBC\’ que se hace eco de la historia.
«El dolmen de Guadalperal es uno de los mejores ejemplares megalíticos de entre los más tempranos», valoró Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares, en declaraciones recogidas por \’National Geographic\’. «Esto explica por qué algunos expertos no dudan en afirmar que podría ser el dolmen más importante de nuestro país».
Uno de los mapas más antiguos del mundo
El dolmen de Guadalperal puede que esconda un secreto de una relevancia histórica incalculable. Si el monumento megalítico, erigido hace unos 4.000-5.000 años por los habitantes locales, ya constituye de por sí un tesoro patrimonial, uno de sus menhires milenarios presenta un grabado alargado y ondulado que se podría corresponder con el dibujo del paso del río Tajo por la zona.
Esa es la hipótesis que defiende Ángel Castaño, presidente de la Asociación Cultural Raíces de Peraleda, después de analizar los datos recopilados por el prehistoriador y sacerdote alemán Hugo Obermaier durante las excavaciones que dirigió en el yacimiento entre 1925 y 1927. Tres décadas después, el dolmen quedó sumergido como resultado del pantano que ordenó construir el dictador Francisco Franco. Castaño ha cotejado un boceto del menhir y su inscripción realizado por el equipo arqueológico alemán con un mapa del Tajo antes de que se edificase el embalse. Y el parecido es considerable, más que una simple coincidencia.
«Estoy bastante convencido de que se trata de un mapa del río Tajo a su paso por la zona», explica el filólogo a falta de que el hallazgo sea confirmado por los expertos. «Es como el trazado que hace a mano alguien que conoce perfectamente las curvas del río, que coinciden bastante bien, aunque lógicamente no son perfectas las proporciones y medidas. El único tramo que no encaja es el central, pero es que esa zona era la del vado de Alarza y el río se abría [antes del embalse], así que su curso pudo haber cambiado con el paso de los siglos. De ser cierto, sería uno de los mapas más antiguos del mundo«.