El castillo de Gibralfaro es uno de los principales lugares de interés de la ciudad de Málaga, pero también ha ganado mucha popularidad ya que desde aquí se puede ver uno de los mejores atardeceres de España.
Edificado por los árabes en el siglo XIV para albergar a las tropas y proteger a la Alcazaba, llegó a convertirse en la fortaleza más inexpugnable de todo Al-Ándalus
La fortaleza de Gibralfaro domina toda la ciudad, encontrándose enclavada en la cresta de un alargado monte situado a 132 m. sobre el nivel del mar, cuyas escarpadas laderas descienden hacia el mar y hacia la ciudad.
Desde tiempo inmemorial esta fortaleza fue la gran atalaya no solo para observar la población asentada al pie de su falda occidental, sino los accesos a ella por tierra y mar.
La historia y el origen del castillo
Recibe su nombre por un faro que había en su cúspide (Yabal, en árabe, monte y Faruh, ayamí del griego Faros, faro). Aunque fue utilizado por fenicios y romanos, sería el rey nazarita Yusuf I en 1340 el que convertiría en fortaleza este asentamiento.
El tipo de fortificación corresponde a un modelo bastante tardío del siglo XIII, aceptándose como fecha de su ejecución el reinado de Yusuf I, entre los años 1344-1354. Gibralfaro era el último y principal bastión o reducto defensivo, comunicado con la Alcazaba por un camino amurallado, la Coracha, que era su único punto de acceso.
En la reconquista sufrió el asedio de los Reyes Católicos durante el verano de 1487 y Fernando del Católico lo convirtió en su residencia temporal tras la victoria. Además, designó el castillo como elemento del escudo de armas de la ciudad. Su mezquita fue consagrada como iglesia bajo la advocación de San Luis obispo. Desde aquel momento la fortaleza se utilizó como acuartelamiento y prisión, hasta que en el año 1925 fue cedida al Ayuntamiento y pasó a tener uso público.
La arquitectura y características de la fortaleza
Considerada durante un tiempo la fortaleza más inexpugnable de la península ibérica. Dispone de dos líneas de murallas y ocho torreones.
La muralla exterior se une con la coracha, que consiste en muros dispuestos en formas zigzagueantes que unen el Castillo con la Alcazaba. Por su parte, la interior permite hacer el camino de ronda por todo el perímetro de la fortaleza.
El Castillo se puede dividir en dos partes. La superior recibe el nombre de patio principal y en ella encontramos el Centro de Interpretación dónde puede conocer la historia del Castillo a través de sus habitantes. En esta zona se encuentra la torre Mayor, con 17 metros de altura, el pozo fenicio y los baños. El pozo de Airón está excavado en roca viva y tiene una profundidad de 40 metros.
La parte inferior, o patio de armas, concentraba los barracones de la tropa y las caballerizas. La torre albarrana o torre Blanca, orientada hacia el noreste, es una de las más visibles y en su interior conserva un aljibe, dependencias y almacenes.
El mirador de Gibralfaro
Este mirador se compone de dos pequeños miradores que se encuentran a diferente altura, desde donde podrás ver la ciudad de la Costa del Sol en todo su esplendor.
El primero de ellos, es el que se encuentra en la zona más baja del Monte de Gibralfaro. Nos proporciona las mejores vistas de toda la ciudad: la Plaza de Toros, la Catedral de La Encarnación, el Puerto de Málaga y a la Farola de Málaga. A nuestras espaldas, la muralla nazarí que nos separa de La Alcazaba de Málaga.
El segundo mirador se encuentra unos metros más arriba del Monte de Gibralfaro, y nos proporciona unas preciosas vistas del barrio de La Malagueta, la Plaza de Toros y la parte este de Málaga. Ambos están situados junto al Parador de Gibralfaro y al Castillo del mismo nombre.