ALBARRACÍN: pueblos medievales de España

Albarracín
Fotografía de Antonio Garcia

Albarracín está considerado el pueblo medieval más bonito de España. Puerta de entrada a la sierra de Albarracín, se encuentra en el suroeste de la provincia de Teruel (Aragón) y cuenta con poco más de 1.000 habitantes.

Es una ciudad medieval que se encuentra sobre la colina de los Montes Universales y que está rodeada, por un lado por el río Guadalaviar y, por el otro por su recinto amurallado que termina en el castillo. Una situación estratégicamente inmejorable en cuanto a defensa, lo cual impulsó su importancia en el pasado.

La localidad es Monumento Nacional desde 1961; posee la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes de 1996, y se encuentra propuesta por la Unesco para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza e importancia de su patrimonio histórico.

Historia

Albarracín-historia

En la Edad de Hierro estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos. Se han encontrado importantes pinturas rupestres epipaleolíticas y neolíticas de estilo levantino, esquemático y semiesquemático en el pinar del rodeno.

Durante la época romana se llamó, al parecer, Lobetum, y en tiempos de los visigodos, Santa María de Oriente.

Durante el período andalusí, el clan bereber de los Banu Razin alcanzó el poder convirtiéndose en la dinastía soberana de la taifa de Albarracín. De este linaje procede el propio nombre de la población (al-Banu Razin: (la ciudad) de los hijos de Razín). De esta magnífica etapa se conservan dos importantes testimonios: la torre del Andador -situada en lo alto del recinto exterior- y el Castillo de Albarracín, que albergó la antigua alcazaba de los Banu Razin.

El pueblo

Lo que más sorprende es su peculiar arquitectura popular, el trazado de sus calles adaptadas a la difícil topografía del terreno, con escalinatas y pasadizos, y en el conjunto de su caserío de muros irregulares, de color rojizo, con entramado de madera, los bonitos soportales, los balcones…

Albarracín-arquitectura

Si no las paredes, los aleros de los tejados prácticamente se tocan, en esa construcción típico de los pueblos que no tienen demasiado espacio y buscan resguardarse de las inclemencias del tiempo. Porque en Albarracín hace mucho frío en invierno: estamos en una de las zonas más frías de España. Eso sí, ver el pueblo nevado o asistir a una nevada en él es una de las imágenes más bonitas que podemos guardar en la memoria. A resguardarse del frío toca…

No te puedes perder coger la senda por el paseo fluvial que recorre el meandro del río Guadalaviar, y pasar por el puente colgante, y ver a continuación una pequeña noria que subía el agua a una acequia.

Albarracín-paseo-fluvial

También podemos disfrutar de abundantes monumentos, como la Iglesia de Santa Maria, la Catedral, el Palacio Episcopal y algunas mansiones señoriales, entre las que destaca la de los Monterde.

Además está la popular casa de la Julianeta, que parece salida de un pincel cubista por sus líneas deformadas, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad, la Ermita de San Juan y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.

Albarracín-casa-julianeta

Ya llegando al final del pueblo, nos topamos con la Torre blanca, una de las torres defensivas de Albarracín. En su interior alberca un centro de exposiciones, para acceder hay unas escaleras exteriores con vistas al cementerio, así que no son actas para supersticiosos y personas con vértigo.

Albarracín-torre-blanca

Por supuesto, no te puedes perder, sin duda, visitar los bares, tascas y restaurantes en los que disfrutar de la gastronomía típica de la zona: ternasco de Aragón, estofado de ciervo, caldereta de cordero, conejo escabechado, migas con uva, farinetas, gachas, gazpacho de pastor, sopas de ajo, revuelto de setas, huevos con jamón, truchas al vino… ¡Imaginaos alguno de estos manjares para calmar el frío en invierno! Y para deleitarse en verano, claro, con una buena siesta después.

Recomendamos dejar el coche en alguno de los aparcamientos en la parte inferior del pueblo, pues es tarea casi imposible circular por sus callejuelas, y sólo apta para sus habitantes que conocen bien el entramado. Todo el pueblo tiene el suelo empedrado y con muchas cuestas.

Finalizado nuestro recorrido por el pueblo de Albarracín, si nos quedamos con ganas de más, a cuatro kilómetros tenemos el parking-merendero donde parten las pistas de senderismo para ver las diferentes pinturas rupestres en el Parque Cultural de Albarracín.

Albarracín-pintura-rupestre

El Castillo del Andador

Albarracín cuenta con un imponente cinto de murallas que culminan en el castillo del Andador. La parte antigua, la Ciudad, con sus casas colgadas sobre la hoz del río, es la más bonita. El Arrabal, es la otra parte, situada en la vega del Guadalaviar.

Albarracin-Castillo

Desde lo alto del castillo tenemos un estupendo mirador sobre el pueblo. También desde abajo son perfectamente visibles las murallas del siglo XIII que recorren gran parte de la montaña adaptándose a la irregularidad del terreno y envolviendo Albarracín.

El Castillo fue lugar de aposentamientos ya prehistóricos, y restos de cerámica indican que probablemente también los visigodos hubieran podido utilizarlo como residencia después de la invasión sobre los romanos. Fue a partir del siglo XI cuando cobrara relevancia de mano de los musulmanes.

En julio y agosto hay visitas guiadas en el Castillo, que actualmente está en proceso de restauración, que nos descubrirán sus rincones e historia.

Acueducto romano de Albarracín-Cella

El acueducto romano de Albarracín-Cella, datado en el siglo I d. C., probablemente sea la mayor obra de ingeniería romana conservada en la actualidad en Aragón y una de las obras hidráulicas más importantes en la península Ibérica.

Albarracín-acueducto

Es una obra un tanto insólita y misteriosa por cuanto no sabemos exactamente el uso que dicho acueducto tenía, pues poseía un elevado caudal de agua: parece que en un principio no abastecía a ningún gran núcleo habitado, sólo a un ciudad romana de pequeño tamaño que debía encontrarse bajo la actual Cella, si bien no hay restos arqueológicos que evidencien otras ciudades romanas en la zona ni núcleos habitados de importancia, por lo que se ha pensado que su uso, además de urbano, fuera eminentemente industrial o agrícola, aunque tampoco sabemos para qué actividad fue utilizado; se plantea la posibilidad de que sirviera para batanes, fraguas o molinos que estarían en la zona de Cella.

Albarracín-acueducto-2

El acueducto es visitable, en la actualidad, en ocho tramos que van desde Albarracín hasta Cella, pudiéndose hacer el recorrido en una dirección u otra.

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