CASTILLO DE SALOBREÑA: ruta de castillos medievales

22 octubre, 2021 at 12:05

El castillo de Salobreña es el monumento más importante de esta localidad de Granada. Aunque la distribución corresponde a la construcción que se levantó en época nazarí, el castillo árabe es el resultado del aporte de la arquitectura musulmana y cristiana.

El cerro en el que se asienta el castillo ha sido testigo de diversas transformaciones a lo largo de la historia. Hay vestigios desde época prehistórica. Púnicos y romanos también dejaron su huella, pero los restos del periodo andalusí y de la Edad Moderna son los que perduran actualmente en la fortaleza.

El castillo alcanza una altitud de 73 metros sobre el nivel del mar y se halla separado de la línea del mar unos 500 metros, lo que no siempre fue así. En la Edad Media, el mar llegaba hasta la base del promontorio sobre el que se asienta la ciudad y el castillo.

Desde sus murallas descubriremos unas hermosas vistas de todo el casco urbano de Salobreña, la iglesia del Rosario, las imponentes sierras, la fértil vega a sus pies, la costa mediterránea y el peñón que se adentra en el mar.

El castillo está protegido por la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Sin lugar a duda la subida al Castillo de Salobreña es una de las visitas obligadas. Es uno de los monumentos más visitados de la costa granadina, en él se ha habilitado un auditorio veraniego donde se representan obras de teatro, además aquí se celebran cenas medievales. No dudes en consular sus tarifas y horarios de visitas.

Origen e Historia del Castillo de Salobreña

El castillo domina el pueblo de Salobreña y la Costa de Poniente que en época nazarí se convirtió en una de las más importantes ciudades del litoral, tanto por su situación estratégica como por sus posibilidades económicas, sobresaliendo el cultivo en sus territorios de la caña de azúcar, el arroz, los plátanos, así como una importante industria pesquera y en menor medida ganadera.

La importancia de la Salobreña andalusí se inicia en el siglo X. Siendo frecuentes las noticias y hechos en los que aparece referida hasta el siglo XII. Pero será durante el sultanato nazarí (siglos XIII-XV), cuando adquiere relevancia a nivel político y militar, sirviendo su alcazaba, desde finales del siglo XIV, como lugar de descanso del sultán y prisión para los miembros de su familia, caídos en desgracia. Según las crónicas, varios fueron los monarcas que padecieron prisión entre sus muros: Yusuf III, Muhammad VIII el Pequeño, Muhammad IX el Zurdo, Abu Nasr Sad y Muley Hacén.

Con la toma de Salobreña por los Reyes Católicos en 1489, la alcazaba de Salobreña perdió su carácter de residencia y prisión real y se iniciaron grandes reformas para la adaptación de la fortaleza a las nuevas exigencias militares, surgidas por el uso de la artillería. El comendador maestre Ramiro López, artillero mayor e ingeniero, fue el encargado de realizar las obras de fortificación, creando una barrera de artillería orientada hacia la ciudad. Dichas obras se realizaron esporádicamente hasta el siglo XVIII para adaptarla a los avances de la artillería.

A fines del siglo XVIII la línea de costa estaba ya tan separada del promontorio de Salobreña, debido a los aluviones del delta del río Guadalfeo, que el castillo perdió eficacia defensiva respecto al mar, iniciándose un periodo de deterioro y abandono.

Estructura del Castillo de Salobreña

El Castillo es de planta trapezoidal y está formado por tres recintos:

  • uno interior de planta triangular, que se corresponde con la alcazaba o alcázar nazarí, jalonada por cuatro torres (la Torre del Homenaje, la Torre Nueva, la Torre del Polvorín y la Torre Vieja)

  • otros dos estrictamente defensivos construidos por los cristianos a finales del siglo XV. De ellos, uno defiende el frente este y sudeste, y otro el frente norte. Encontramos aquí la torre de acceso y la barrera exterior, flanqueada por dos torres más, El Cubo (de planta elíptica) y La Batería (de planta pentagonal). Finalmente, la Coracha, que hace alusión a un sistema defensivo que protege una toma de agua y que presenta en sus extremos la Torre del Agua y la Torre de la Coracha o el Baluarte.

La leyenda del Castillo de Salobreña

La leyenda del Castillo de Salobreña cuenta que existió un rey llamado Muhammed IX, conocido como el zurdo. Unos aseguran que le llamaban así porque tenía mucha destreza para manejar la cimitarra con la mano izquierda. Otros, en cambio, porque todo le salía al revés ya que fue destituido hasta tres veces. ¡Y no solamente eso! Sino que estuvo varias veces preso en el castillo, pero siempre lograba recuperar ese trono.

La cuestión es que Muhammed IX tuvo tres hijas, trillizas. Aunque siempre prefirió tener varones, estaba encantado con ellas. Tanto es así que pidió a sus astrólogos que les hicieran nada más y nada menos que su horóscopo, algo que era costumbre. En ese momento le avisaron de que las escondiera bien ya que, cuando tuvieran edad núbil, se las podrían robar.

Poco tiempo después, el rey quedó viudo por lo que mandó criar a las niñas, Zaida, Zoraida y Zorahaida, en el Castillo de Salobreña donde crecieron felices. Un día vieron cómo, a la playa, llegaba una embarcación llena de esclavos cristianos. Allí se encontraban tres caballeros jóvenes, con relucientes armaduras. Las tres, que solo habían visto siervos y esclavos durante toda su vida, se enamoraron de ellos.

El rey fue avisado de ese hecho, por lo que hizo que sus hijas regresaran a Granada. Por casualidades de la vida, se reencontraron con esos tres caballeros presos que habían ido a trabajar a la Alhambra. En momentos de desconexión, las princesas se acercaban a ellos sin que nadie lo supiera. Se enamoraron y decidieron huir. Ellos cogieron unos caballos para llegar hasta la torre donde estaban las princesas.

Las dos mayores lograron bajar con facilidad, pero la pequeña se quedó en la torre, realmente asustada. De esta manera, perdía la oportunidad de escapar con su amado. Zaida y Zoraida llegaron, sanas y salvas, al territorio cristiano donde se casaron con sus caballeros. La pequeña se quedó en esa torre, murió muy joven de pena. Según la leyenda, en la Torre de la Cautiva, en las noches de luna llena, se escucha una triste canción y un sonido de un laúd.


CASTILLO DE LA CALAHORRA: ruta de castillos medievales

14 mayo, 2021 at 10:03

El castillo de La Calahorra (Granada), levantado sobre la única colina que al pie de Sierra Nevada domina el extenso llano del Marquesado del Zenete, es uno de los monumentos más simbólicos del turismo andaluz.

El castillo de La Calahorra constituyó una revolución en la arquitectura española de su época, al ser la primera obra edificada en la Península Ibérica en estilo renacentista.

Su imponente presencia encima de la propia localidad de La Calahorra hace justicia con su importancia en la historia, no sólo a nivel local y regional, sino a nivel nacional, siendo testigo de alguno de los episodios históricos más relevantes y memorables desde su construcción en 1512.

El castillo fue mandado construir por don Rodrigo de Vivar y Mendoza, conde del Cid. Vivar recibió este marquesado del Zenete (como los árabes llamaban a la comarca) y sus ocho pueblos de los Reyes Católicos en agradecimiento por su ayuda en la toma de Granada en 1492. Esta fortaleza-palacio sirvió como ubicación clave para su que, aprovechando La Calahorra como localización estratégica para la conexión entre Almería y Granada, y como puerta que inicia la ascensión hacia el puerto de La Ragua que comunica con La Alpujarra.

En la actualidad el castillo de La Calahorra está en desuso, pero en buen estado de conservación.

Declarado Monumento Nacional, pertenece actualmente a la Casa del duque del Infantado y se encuentra en un incomprensible estado de abandono, pero en buen estado de conservación. Aunque es de propiedad privada, su interior se puede visitar, no sin dificultad. Para consultar sus horarios de visita se aconseja contactar directamente con el ayuntamiento de La Calahorra o con el teléfono de nuestra oficina de turismo.

Origen e historia del castillo de La Calahorra

En 1490, conceden el título de señorío de estas tierras al Cardenal Mendoza, que más tarde sería el Marquesado del Zenete. Este presente la fue otorgado como premio a los servicios que el Cardenal prestó a los Reyes Católicos.

El Cardenal Mendoza, en su búsqueda de prestigio y reconocimiento, trató de establecer una línea de sucesión entre Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid Campeador”, héroe de leyenda conocido por todos, y su vástago. En este intento de manipulación heráldica, el cardenal llamó a su hijo Rodrigo Díaz de Vivar, además de heredar éste el condado del Cid, situado en Jadraque, Guadalajara.

Tal era el poder del Cardenal y la gallardía demostrada por él en tiempos de guerra, que incluso la Reina Isabel, fiel creyente de la ortodoxia matrimonial cristiana, perdonó sus constantes devaneos amorosos, además de pasar por alto que tenía un hijo.

Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, primogénito del Cardenal, heredó el título del Marquesado, siendo el primer señor de estas tierras.

El Castillo-Palacio de La Calahorra es fruto del peculiar carácter del Marqués. Éste, además de tener fama de violento, era un tanto mujeriego. Al enviudar de su mujer, quedó prendado de una joven de quince años, a quién raptó y forzó para que se casase con él. Con la vehemencia habitual del Marqués, mandó construir el Castillo, como regalo a su joven esposa. Su hija fue Mencía de Mendoza, sucedió a su padre a la edad de 14 años como Marquesa del Zenete.

El Castillo fue construido entre los años 1509 y 1512 sobre las ruinas de una fortaleza árabe como prueba de la conquista del imperio Nazarí.

Desconociéndose en la actualidad la traza original del edificio, la dirección de obras se encarga en un principio al arquitecto segoviano Lorenzo Vázquez que, por desavenencias con el marqués del Zenete, se traslada al genovés Michele Carlone. Este trabajaría primero en su taller de Génova, desde donde enviaría los mármoles de Carrara ya labrados al puerto de Almería, para posteriormente ejercer la dirección en el propio castillo para inspeccionar el montaje y el trabajo con materiales locales. La Calahorra es considerada la primera obra de envergadura en la que se documenta el trabajo de artistas italianos en España, si bien el diferente origen de los autores que labran sus piezas (lombardos, genoveses y carraresis), explica las diferencias estilísticas en la decoración del inmueble, que no obstante exhibe una sorprendente unidad a diferencia del paralelo ejemplo en el castillo de Vélez-Blanco.

Características del castillo de la Calahorra

Como ya hemos dicho anteriormente, el castillo-palacio de La Calahorra constituyó una revolución en la arquitectura española de su época, al ser la primera obra edificada en la Península Ibérica en estilo renacentista.

Este estilo por entonces ya se imponía en Italia y marcó el abandono de la estética gótica imperante en casi toda Europa. Fue construido en tan solo tres años, entre 1509 y 1512.

Su exterior muestra un edificio de planta rectangular, flanqueado en cada uno de sus ángulos por cuatro torres cilíndricas rematadas por cúpulas. Torres con base circular, y no cuadradas como era típico en la edad media. Para acceder al Castillo, tan solo se puede entrar por el muro Este, por una puerta de pequeñas dimensiones, que desemboca en la Sala de Guardias.

El macizo y austero exterior contrasta, sin embargo, con su magnífico y elegante patio interior renacentista de dos pisos, don doble galería de delicados arcos, bellas balaustradas de mármol de Carrara y una escalera claustral de gran valor artístico. Las espaciosas dependencias interiores están cubiertas con diversos artesonados.


CASTILLO DE BURGALIMAR: ruta de castillos medievales

27 noviembre, 2020 at 11:59

El Castillo de Burgalimar (Bury al-Hamma, “Castillo de los Baños”) es una fortaleza omeya del siglo X, construida sobre un pequeño cerro que domina la localidad de Baños de la Encina (Jaén). El castillo está considerado como el más antiguo en pie de España y el segundo de Europa.

Esta fortaleza califal fue mandada levantar por el califa cordobés Al-Hakam II, hijo y sucesor de Abderramán III, y finalizada en el año 968 d.C.

Hoy podemos ver en el Castillo de Burgalimar, el conjunto fortificado que mejor se conserva del Califato de Córdoba. Un excelente ejemplo de fortaleza de su época. A su vez, es uno de los castillos árabes que mejor se conservan en España. Por sus valores históricos y artísticos está declarado Monumento Nacional desde 1931, y Bien de Interés Cultural.

Desde 1969 tiene el privilegio de ondear en su torre del homenaje la bandera azul coronada de estrellas del Consejo de Europa, privilegio otorgado con motivo de la celebración del milenio de la construcción del castillo, y del que sólo dos castillos europeos tienen este privilegio, el de Baños de la Encina y el de Florencia en Nápoles.

Las visitas se reparten en distintos horarios, por lo que esto no es un problema, y cuentan con alternativa guiada. Cerca quedan Bailén, Montoro, Linares, Baeza, Úbeda o Andújar. Precisamente la sierra que comparte nombre con la última localidad o Despeñaperros son parques naturales cercanos notables.

Origen e Historia del Castillo de Burgalimar

Baños de la Encina tuvo asentamientos humanos desde la Edad del Cobre, como se desprende de los yacimientos arqueológicos que hay en el interior del recinto amurallado.

En el castillo se ha encontrado un epitafio sepulcral que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional y una lápida fundacional, en la que puede leerse:

“Mandó edificar esta fortaleza el siervo De Dios Alhacam Almostánsir bilá Emir Almuminín, cuya vida Dios guarde.

Medió su cliente y gobernador militar suyo Maysur Benalhacam.

Acabóse, mediante el poder de Dios y de su ayuda.

Y esto fué en el mes de Ramadán del año trescientos cincuenta y siete.”

La fecha que aparece en la inscripción se corresponde con el año 357 después de la Hégira del calendario musulmán, por lo tanto se trata del año 968 del calendario cristiano.

La fortaleza se levantó como pieza estratégica para defender y proteger el camino de Cordoba al puerto de Muradal, hoy Almuradiel o a Despeñaperros. Los almohades reforzaron las defensas levantando un doble cerco de murallas para resistir el acoso cristiano que este castillo árabe, como otros del valle del Guadalquivir, sufrió en los siglos XI y XII.

El castillo fue conquistado por Alfonso VII en 1147, aunque, tras su muerte, volvió a manos de los musulmanes. De nuevo, en 1189, sería tomada la fortaleza de Baños de la Encina, aunque también de forma efímera, por las tropas de Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León.

En el año 1212, después de la batalla de las Navas de Tolosa, es conquistado de nuevo por los reyes Alfonso VIII, Pedro I de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra, sin embargo la conquista definitiva fue realizada por Fernando III en 1225, incorporándola a la ciudad de Baeza.

El castillo de Baños de la Encina es también conocido con el nombre de «la fortaleza de los siete reyes», pues por ella pasaron en diferentes épocas, Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico.

En la segunda mitad del siglo XV, la villa y su castillo tuvieron gran importancia durante los enfrentamientos entre los partidarios de Enrique IV y los del Marqués de Villena y don Pedro Girón, primer señor de Utrera y Osuna, que pretendió casarse con la que sería más tarde reina de Castilla, doña Isabel la Católica.

Durante la guerra de la independencia el castillo sufrió las consecuencias de su ocupación  y desde entonces hasta 1828, el patio del castillo serviría de cementerio parroquial.

Características del Castillo de Burgalimar

El castillo ocupa la cumbre de un monte con una forma elíptica y está construido en tabiyya o tapial rojizo, material típicamente árabe realizado a base de una mezcla de arcilla, arena, cal y piedras muy menudas, un procedimiento de construcción mucho más rápido y barato que las cuidadas obras de mampostería o sillares, lo que evidencia su originaria función eminentemente militar, destinado al acuartelamiento de las tropas beréberes alistadas para las campañas anuales contra los cristianos, cuyo lugar de concentración final, ya en la frontera, era la fortaleza de Gormaz (Soria).

Dispone de catorce torreones rectangulares y uno pentagonal, que adopta esta forma por la necesidad de adecuarse al quiebro que realiza la muralla en esta zona. Las torres apenas sobresalen de la silueta de la muralla.

 

Sobre una de las torres originales se introdujo la principal modificación cristiana, la Torre de Homenaje, también conocida como Almena Gorda, de la que carecen los castillos musulmanes fue construida en el siglo XV. La torre, de estilo gótico, está construida en mampostería irregular y tiene forma semicilíndrica al exterior, está estructurada en dos cuerpos cubiertos por bóveda de cañón apuntada y esquinas exteriores redondeadas para eludir los efectos de la artillería. La torre no mira hacia la campiña sino hacia el interior de la población para su control e intimidación, lo que indica su transformación con el discurrir de los años en un edificio señorial.

Al gran patio de armas se accede por una puerta que mira al este y que se abre entre dos grandes torres que la defienden. Está cubierta por un gran arco de herradura y protegida por un gran matacán que la reforma realizada durante la restauración ha ocultado.

En su patio interior se contempla un aljibe dividido en dos naves separadas por pilares y cubierto por una bóveda de medio cañón. Igualmente, se observa la otra modificación de la época cristiana: la construcción de un alcazarejo mediante la creación de una muralla interior compuesta por un poderoso torreón circular, del que hoy sólo se conserva la base, y dos lienzos que unían ésta con los muros laterales, de los que hoy sólo queda parte de uno de ellos.

El castillo de Baños de la Encina dispone de dos accesos, uno en cada frente. En el noroccidental se abre un postigo de poca altura, sólo para el paso de personas, del que había que descolgar alguna escalera de mano para salir y entrar. La puerta principal está en el frente opuesto, hacia el sureste, es recta, flanqueada por las dos torres más apretadas del castillo, con las que forma unidad. Se abría hacia el exterior con un gran arco de medio punto, actualmente de herradura, a modo de hornacina, de dovelas con despiece radial.


CASTILLO DE LORCA: ruta de castillos medievales

13 marzo, 2020 at 14:15

 

El Castillo de Lorca (Murcia) es una fortaleza de origen árabe, aunque con el paso del tiempo se ha convertido en símbolo de la arquitectura defensiva de frontera de la época medieval.

Esta fortaleza fue construida entre los siglos IX y XV, y está declarada Bien de Interés Cultural y es Monumento Nacional.

El castillo se encuentra situado sobre un cerro, en una posición estratégica, desde el que se contempla todo el Valle del Guadalentín. La forma del castillo es alargada y su planta es poligonal. Uno de los aspectos más representativos de esta construcción son sus torres: la torre del Espolón y la torre Alfonsina.

El Castillo de Lorca es la seña de identidad de la ciudad, símbolo de poder y de la lucha incesante entre el reino nazarí de Granada y la Corona de Castilla. Comprende una serie de estructuras defensivas que, durante la Edad Media, convirtieron a la ciudad y a su fortaleza en un punto inexpugnable del sureste peninsular. Estuvo en uso hasta bien entrado el S. XVI y durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) se volvió a utilizar como lugar de refugio y defensa.

En la actualidad se utiliza como espacio temático donde se realizan visitas guiadas y actividades extraordinarias durante todo el año. Se realizan muchas veces visitas nocturnas en verano y en ocasiones algún concierto ha llenado el Castillo de música.

En este espacio, podrás conocer escenarios tan emblemáticos como las murallas, las caballerizas, los aljibes, las torres o los restos arqueológicos de la Sinagoga Judía del S. XV.

Desde la Plaza del Ayuntamiento de Lorca (o Plaza de España) existe una ruta peatonal señalizada de subida al Castillo a través del Barrio de Santa María. Existe otra alternativa para acceder al Castillo desde la ciudad de Lorca siguiendo la carretera de Los Pilones.

La ciudad de Lorca

Declarada conjunto histórico-artístico en 1964, Lorca es denominada la “ciudad barroca” por el importante legado monumental perteneciente a este estilo que alberga su centro histórico.

Desde el Paleolítico hasta la romanización, en la villa de Lorca han confluido una gran diversidad de culturas y de colonizaciones, de la que son muestra los numerosos yacimientos arqueológicos, la Columna Miliaria de época romana, la Torre del Espolón o la Torre Alfonsina, entre otros.

También son reseñables el Porche de San Antonio, puerta del antiguo recinto amurallado que guardaba la ciudad, del siglo X; las iglesias y conventos de diferentes épocas y estilos; y los palacios y casas señoriales del barroco, como el palacio de Guevara, el de los Condes de San Julián o la casa de los Mula.

Como parte de la arquitectura popular hay que citar las construcciones que se alzan en las calles adoquinadas que flanquean la plaza de España, como la Zapatería y la Cava.

A través de la iniciativa “Lorca, Taller del Tiempo”, pensada para potenciar el patrimonio histórico y artístico de la ciudad, el visitante puede, por ejemplo, apuntarse a rutas turísticas que incluyen la entrada a un tren turístico, a monumentos como la Fortaleza del Sol y el Palacio de Guevara y a museos como el Arqueológico o los de los Bordados del Paso Blanco y el Paso Azul. Estos dos últimos están relacionados con los principales tesoros de las hermandades que organizan la famosa Semana Santa de esta localidad.

La Semana Santa de Lorca es la fiesta más importante de este municipio y está catalogada como Fiesta de Interés Turístico Internacional.

COLEGIATA SAN PATRICIO

La Colegiata de San Patricio es uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Data del siglo XVI-XVIII, con su estilo renacentista y barroco completa la estampa junto al ayuntamiento, la plaza España y los juzgados de la ciudad. Está situada en el centro del casco antiguo.

PLAYAS DE LORCA

Lorca cuenta con una franja de litoral de unos ocho kilómetros, el aspecto virgen e intacto de estas playas le dan un toque especial y encantador. Cabe destacar la de Calnegre, una bonita playa con un paisaje inmejorable y especial para disfrutarla con la familia, amigos, pareja…

LA JUDERIA DE LORCA

En 2003 comenzaron las excavaciones en los alrededores del castillo y se descubrió la judería y la sinagoga. Se trata de un hallazgo muy importante para la religión judía puesto que se trata de una sinagoga muy bien conservada y se distinguen perfectamente todas las partes de este edificio del siglo XV.

La judería cuenta con 12 casas, además de la sinagoga, que nos permiten averiguar y conocer las costumbres y la historia de esta cultura un poco mejor. Se han encontrado vajillas, utensilios, lámparas, monedas… y toda clase de objetos que nos desvelan un poco más cómo era la vida allí en aquellos tiempos.


CASTILLO DE LOARRE: ruta de castillos medievales

26 julio, 2019 at 13:02
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El castillo de Loarre o castillo abadía de Loarre es un majestuoso recinto fortificado considerado como el castillo románico mejor conservado de Europa. Se encuentra  en las cercanías del pueblo de Loarre, a 1071 metros de altura y a sólo 30 km de Huesca.

Levantado sobre un espolón rocoso está formado por diversas edificaciones, la mayoría en buen estado de conservación, entre las que podemos ver las murallas y torreones, la fortaleza, la torre del homenaje o el mirador de la reina (con espléndidas vistas sobre la sierra y los llanos que se abren a sus pies), además de otras dependencias de origen monástico, como la iglesia o la cripta.

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Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea. Durante el periodo altomedieval el castillo de Loarre, junto con el próximo de Marcuello, ostentaban una importancia estratégica fundamental dentro del sistema defensivo aragonés, frente a la férrea posición musulmana de Bolea.

Construido en el siglo XI resultó ser pieza clave para el rey Sancho III el Mayor en la reconquista cristiana de esta Tierra Llana o Plana (de ahí el nombre de Plana de Uesca) a los musulmanes. Presenta un buen estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico de España.

Fue denominado Monumento Nacional en el año 1906. En la actualidad cuenta con el estatus de bien de interés cultural. Las instituciones regionales y comarcales están interesadas en promover su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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Su belleza, singularidad, buena conservación y excelente ubicación han hecho que resultara elegido en numerosas ocasiones como escenario de películas y documentales, algunas tan universales como “El Reino de los Cielos” dirigida por Ridley Scott.

Origen e Historia del Castillo de Loarre

Durante muchos años se ha defendido que en Loarre existió un núcleo urbano ya desde época romana, denominado Calagurris Fibulariensis. Sin embargo, lo inaccesible del lugar ha hecho dudar de la veracidad de esta afirmación, pues no hay ninguna certeza para relacionar Loarre con esta ciudad. No obstante, parece razonable pensar en un posible asentamiento de época antigua, aunque no se han localizado restos arquitectónicos anteriores al siglo XI.

Durante el periodo musulmán tampoco hay demasiadas noticias sobre Loarre, aunque todo parece indicar que esta zona no se llegó a controlar de forma exhaustiva.

Algunos historiadores sitúan el origen del castillo de Loarre en una fecha tan temprana como es el siglo X, cuando se construiría una torre como símbolo del terreno ganado a los musulmanes. Sin embargo, la conquista definitiva de todas estas tierras tuvo lugar bajo el reinado de Sancho III el Mayor (1004-1035). El 8 de enero de 1033 ya había un teniente aquí, Lope Sánchez, con lo cual debía de existir, o quizás se estaba construyendo, un castillo. Tras la muerte del rey, algunos autores piensan que Loarre fue heredado por su hijo Gonzalo.

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Durante el periodo de 1035 a 1042 parece que estuvo abandonado, pero a partir de este año, pasó al poder de Ramiro I (1035-1063) y adquirió una gran importancia. En esta época se construyó la Torre del Homenaje, y parece que se creó un núcleo de población en su entorno.

En general, las partes del castillo de Loarre de esta etapa que comprende los dos primeros tercios del siglo XI se reconocen (atención a las reformas y restauraciones recientes) por sus formas lombardas, en especial a sus muros realizados con sillarejos.

Durante el reinado de Sancho Ramírez (1069-1094) es cuando el castillo alcanzó el máximo esplendor, y fue en estos años cuando se realizó la ampliación que dio lugar a la configuración actual. En la década de los 70 el rey fundó en el castillo un monasterio con una comunidad de canónigos de la orden de San Agustín puesto bajo la autoridad directa del papa, con lo que al carácter militar de la fortaleza se unió un aspecto religioso.

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De este monasterio se han conservado algunas estancias, adscritas a la estética del románico pleno jaqués, como la espléndida iglesia de San Pedro y la cripta de Santa Quiteria.

A lo largo del siglo XII el castillo se secularizó y se redujo a la categoría de parroquia. El carácter militar también perdió importancia tras las conquistas de Huesca (1096) y Bolea (1101) y poco a poco quedó abandonado. Desde 1263 hasta 1285 estuvo bajo la protección de la Orden de San Juan. En el siglo XVI el núcleo de población se trasladó a su emplazamiento actual, en una zona más baja y accesible, y para ello se construyó una iglesia y nuevas casas, cuyas piedras salieron de los muros del castillo, quedando éste completamente abandonado y semiderruido.

Las murallas del Castillo de Loarre

La interpretación de las diferentes fases constructivas del castillo de Loarre ha dado lugar a grandes debates entre los historiadores de la arquitectura, y muchos de los frentes que se han abierto continúan siendo objeto de estudio, sin que se hayan podido alcanzar unas conclusiones definitivas.

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La fortaleza se encuentra rodeada por una gran muralla que recorre todo su perímetro en los costados norte, este y sur, mientras que en el oeste el castillo se protege por la propia montaña. El muro se refuerza con un torreón cuadrangular y otros nueve semicirculares.

La entrada principal al recinto se encuentra en el flanco este, y está compuesta por un sencillo arco de medio punto, flanqueado por dos torreones semicirculares. El castillo tiene una segunda puerta, más antigua, ubicada en el único torreón cuadrangular de la muralla, compuesto también por un sencillo arco de medio punto que se sitúa en un ángulo recto con respecto al lienzo de la muralla, para proteger el acceso.

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La torre albarrana

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Frente a la segunda puerta de entrada de las murallas hay una pequeña torre a la que tradicionalmente se ha denominado albarrana, y que quizás se comunicase con la muralla por medio de una estructura de madera, aunque en realidad su función defensiva no está nada clara, ya que su construcción es bastante anterior a la de la muralla.

El exterior del Castillo de Loarre

Desde esta zona se puede ver una magnífica perspectiva del ábside de la iglesia. Éste tiene forma semicircular, y se encuentra dividido horizontalmente por medio de dos líneas de imposta con la característica decoración del ajedrezado jaqués, que lo dividen en tres cuerpos de tamaño desigual correspondientes, el inferior a la cripta y los dos superiores a la iglesia.

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El interior del Castillo de Loarre

La cripta tiene una planta semicircular, y se encuentra situada bajo el ábside de la iglesia. Se cubre por medio de una bóveda de horno, que arrancan de una línea de imposta ajedrezada.

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La iglesia de San Pedro, levantada en época de Sancho Ramírez, tiene una sola nave, dividida en dos tramos, y rematada en un ábside semicircular. La iglesia cuenta con una maravillosa bóveda semiesférica realizada en sillería, con cuatro pechinas en los ángulos que facilitan el paso del espacio cuadrangular al circular.

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La oscuridad de la iglesia y su enorme volumen, incluyendo la cúpula del cimborrio, no suele permitir contemplar demasiados detalles, pero es recomendable alzar la vista para contemplar los capiteles de los ventanales, con numerosas representaciones zoomorfas.

Si continuamos nos encontramos con las dependencias militares y la torre del homenaje. Su altura hace que su perfil sobresalga de la estructura del castillo. Esta torre se construyó en época de Ramiro I, y originalmente era una albarrana, exenta, pero cuando en época de Sancho Ramírez se edificó la iglesia, la construcción quedó dentro del recinto monástico, perdiendo en gran parte su función defensiva. La torre tiene planta rectangular.

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Desde la torre del homenaje se puede acceder a la torre de la Reina por medio de una pasarela metálica. Es una elegante construcción, cuyo rasgo más distintivo es la galería de ventanas de la parte superior. Se estructura en tres pisos, visibles desde fuera por las tres filas de ventanas.

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El patio de armas no tiene grandes dimensiones, aunque seguramente fuese suficiente para acoger la guarnición que habitó en el castillo construido por Sancho III. Seguramente en época de Sancho Ramírez este espacio se modificó.

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La iglesia de Santa María de Valverde fue la primera capilla de la fortaleza construida por Sancho III. El primitivo ábside quedó oculto cuando se construyó la iglesia de San Pedro. Se accede desde el patio de armas.

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En la zona norte del castillo de Loarre, entre la torre norte y la del homenaje hay una serie de dependencias comunicadas por pasillos y escaleras que se piensa serían las dependencias monacales. La más amplia es la conocida como sala de los arcos, que bien pudiera haber sido el dormitorio de los monjes.

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El mirador o ventanal de la reina no es más que los restos de una gran sala construida por Sancho Ramírez, con dos pisos de altura, cuya función es desconocida. En la actualidad tan sólo ha sobrevivido el piso inferior.

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