MIRADOR DE COLOMER: miradores con las vistas más espectaculares de España
A medio camino entre el puerto y el cabo, situado en la punta de la Nao de Formentor, se encuentra el mirador del Colomer o de la Creueta, un activo turístico más de la bella localidad mallorquina de Pollença.
Antes de llegar al observador, el visitante tiene que aceptar un sinuoso trayecto por carretera compuesto por numerosas curvas que ponen a prueba la templanza del conductor. Una vez que se ha superado este desafío, el viajero accede a este balcón natural esculpido sobre una roca que dibuja parte del perfil costero de la isla.
Lo primero que nos encontramos antes de disfrutar de las espectaculares vistas que nos brinda el Mirador de Colomer, es un reconocimiento al ingeniero de caminos Antoni Parietti Coll, que se encargó de la construcción de la carretera desde el puerto de Pollensa hasta Formentor allá por 1925, entre otras genialidades que hoy son emblema de Mallorca como por ejemplo el Nus de sa Corbata en la carretera de camino a Sa Calobra o el funicular del Puig Major.
Otra cosa curiosa es una gran roca que parece que no pinta nada allí, pero que al fijarte en detalle puede intuirse que tiene tallado un mapa de la zona donde se pueden ver El Colomer, Sa Nau…
El mirador ha sido reformado y restaurado en varias ocasiones para preservar la seguridad y la accesibilidad de los turistas y actualmente cuenta con unas escaleras que nos acercan hasta los acantilados permitiéndonos disfrutar de unas maravillosas vistas.
El mirador de Colomer se encuentra a 200 metros de altura ofreciendo una de las vistas más espectaculares de Mallorca. El lienzo que se dibuja ante nuestros ojos quedará grabado en nuestra retina a modo de recuerdo imperecedero: un horizonte infinito de contrastes azulados, el suave del cielo y el intenso del mar, mientras el sol, al fondo, ilumina el mar Mediterráneo dotando de mayor calidez a sus ya templada aguas. Los ocres acantilados de la Sierra de Tramuntana, con la vegetación tiñendo de verde las superficies montañosas, deciden sumarse a la paleta de colores que se despliega ante el turista.
El atardecer es un espectáculo maravilloso desde este balcón al Mediterráneo, suele haber gente que escoge estas horas para acercarse al lugar e incluso arrancar unos aplausos tras la puesta de sol.
El islote del Colomer se divisa como una pieza suelta de la península de Formentor, una formación rocosa de pequeñas dimensiones y aspecto compacto.
En otro punto, y como elemento ornamental de esta completa panorámica, se erige la atalaya de Albercutx, vigía silencioso de épocas medievales, siempre presto para alertar de la llegada de corsarios a la isla. La Atalaya está situada sobre una cima de 390 metros por encima del nivel del mar, donde fue construida en el siglo XVI para defenderse de los piratas. Allí se puede disfrutar de unas fabulosas vistas del Cabo de Formentor, con acantilados por un lado, el resto de tierra hasta el faro por otro y la Bahía de Pollença por otro lado.
Una última cosa, cuidado con los días de viento, porque el vértigo en el lugar puede aumentar… y aseguraos de no perder gorras o pañuelos.
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