Cuevas con encanto: CUEVA DE ARDALES

17 marzo, 2023 at 10:36

La Cueva de Ardales (Málaga), también conocida como de Doña Trinidad Grund, es una cavidad natural de grandes proporciones que alberga un yacimiento arqueológico prehistórico y una de las mejores colecciones de Arte rupestre Paleolítico de Europa.

La cueva se encuentra en el Cerro de la Calinoria, a 565 m sobre el nivel del mar, y tiene una extensión de más de 1.597 metros en su galería principal, a lo que se deben añadir numerosos divertículos y pequeñas salas colaterales.

La Cueva de Ardales está incluida en 2010 en el Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa. La Ruta “Caminos del Arte Rupestre” que une los principales enclaves con Arte Prehistórico del continente. Desde 2019, la Diputación de Málaga promueve la inclusión de la Cueva en la candidatura a Patrimonio Mundial UNESCO “Caminito del Rey y su entorno”.

La visita a la cueva de Ardales tiene que ser concertada previamente con el ayuntamiento del Ardales , por lo que recomendamos obtener información sobre los horarios y tarifas disponibles. La visita no está indicada para niños menores de 8 años ni adultos mayores de 70 años, tampoco para personas embazadas o con problemas de movilidad. Es imprescindible traer calzado de campo o deporte, con suelas de goma (que no resbale).

La visita comienza realmente en el Museo que es el centro de Interpretación de la Prehistoria . Allí nos pondrán en contexto y podremos ver con todo lujo de detalles algunos restos arqueológicos encontrados en la cueva y alrededores. Una vez informados nos desplazaremos a la entrada de las cuevas en coche, donde nos equiparán con linternas y dará comienzo la aventura de casi un kilómetro y medio.

El descubrimiento de la cueva y Doña Trinidad Grund

La Cueva de Ardales fue descubierta en 1821, cuando un terremoto reabrió la entrada, la cual se había sellado hacía unos 3.500 años.

En 1852 doña Trinidad Grund, importante burguesa de la aristocracia malagueña, compra las Cuevas de Ardales para realizar visitas y espectáculos flamencos en su interior cuando en aquel entonces gestionaba un hotel de lujo en Carratraca. Pese a su buena administración, finalmente las cuevas caen en el olvido hasta 1985, donde se retoma su estudio hasta nuestros días.

La Prehistoria y la cueva de Ardales

Una reciente investigación ha logrado establecer una cronología de ocupación de la cueva malagueña de Ardales, que fue usada primero por neandertales y luego por ‘Homo sapiens’ durante 50.000 años. El análisis también ha confirmado que algunas de las marcas plasmadas en las paredes rocosas de la cueva fueron hechas por neandertales.

Los investigadores están convencidos de que las marcas que pueden verse en las paredes rocosas de la cueva solo pudieron ser dejadas por neandertales puesto que los homo sapiens (nuestra especie) no llegaron allí hasta miles de años después.

Los resultados de los estudios han confirmado que los neandertales se establecieron en la entrada de la cueva de Ardales hace entre 65.000 y 43.000 años, y allí, y también en algunas galerías más profundas, plasmaron marcas como puntos hechos con las yemas de los dedos, manchas y marcas de manos.

Detalle de una de las pinturas en la cueva de Ardales (Málaga). EFE/Daniel Pérez/Archivo

Cuando los neandertales finalmente abandonaron la cueva de Ardales, esta se mantuvo sin ocupar durante milenios, hasta que llegaron los sapiens, hace unos 36.000 años, que la utilizaron como refugio temporal hasta hace 8.000 años. Nuestros antepasados también dejaron su huella en Ardales. Representaron arte figurativo relacionado con su entorno inmediato: ciervos, caballos, cabras, e incluso peces. También se encuentran muchas figuras femeninas. Todo ello compone una impresionante representación del mundo que los rodeaba, según los investigadores.

Ya mucho después, durante el Neolítico, hace unos 6.400 años, Ardales fue usada como lugar de enterramiento colectivo, en realidad un osario, puesto que no se han encontrado restos humanos completos, sino grupos de huesos aislados. Apenas hay rastros de actividades domésticas, por lo que muy posiblemente no fue usada como vivienda.


Cuevas con encanto: CUEVA DEL GATO

17 septiembre, 2021 at 12:06

La cueva del Gato, ubicada a unos 2 km del pueblo de Benaoján en plena Sierra de Grazalema (Málaga), es en realidad la boca sur del sistema espeleológico denominado sistema Hundidero-Gato, aunque habitualmente se suele conocer a todo el conjunto por el nombre de esta, su boca más famosa.

Como ya hemos dicho, este sistema de cuevas tiene dos entradas, una al norte en Hundidero y la otra al sur en la Cueva del Gato. El nombre de esta cueva proviene de su supuesta apariencia felina, ya que se dice que la boca de la cueva se parece a la cara de un gato.

La cueva del gato es uno de los complejos de cuevas más importantes de Andalucía con más de 9000 m topografiados y uno de los mayores de España, con agua permanente, simas, lagos y sifones. Está considerada Bien de Interés Cultural, por sus pinturas rupestres, y también está declarado Monumento Natural de Andalucía.

Los más enérgicos no deberíais perder la oportunidad de practicar senderismo por la zona, ya que es inigualable. Un paseo muy recomendable es el del ferrocarril del Sr. Henderson, un recorrido de 9 km que une la estación de Benaoján con Jimera de Libar. Te recomendamos realizarla durante el otoño o la primavera. Son las mejores épocas debido a las suaves temperaturas.

Dos pueblos cercanos que definitivamente merecen una visita son Zahara de la Sierra y Setenil de las Bodegas. Una parada en Setenil es especialmente recomendable durante la vuelta a Málaga y nos asegura un cierre perfecto para despedir un día fantástico por la zona.

Interior de la cueva del Gato

La Cueva del Gato, de 17 metros de ancho y 25 metros de alto, ofrece un espacio natural ahuecado, donde el río Gaduares resurge y se une al río Guadiaro. El paso principal tiene más de 4 km de longitud.

Durante las estaciones más secas, aparecen 25 lagos individuales dentro del complejo de cuevas. El más largo de ellos es el llamado Cabo de las Tormentas y tiene 114 metros de largo. Los lagos sólo se pueden atravesar a nado.

La cueva tiene una longitud de poco más de 8 km con una inclinación de 112 metros entre las entradas del Hundidero y el Gato. Alberga algunas estructuras únicas y de gran belleza, como la Sala de Los Gours, la Gran Estalagmita o el Cabo de las Tormentas, al que ya nos hemos referido. También destacan la Plaza de Tores, de 50 metros de diámetro, y la Galería de las Cabras.

Además de su valor geológico e hidráulico, en el Hundidero-Gato hoy habita una de las mayores colonias de murciélagos de cueva, motivo por el que fue necesaria su protección. Según el viajero Sir Francis Carter, autor de Viaje de Gibraltar a Málaga (1760): “La Cueva del Gato merece el primer puesto entre las maravillas de la serranía de Ronda”.

En septiembre de 2004 un grupo de arqueólogos malagueños descubrió en esta cueva restos de pinturas paleolíticas que ponen de manifiesto la existencia de humanos en la zona hace, al menos, 14.000 años.

Explorar la cueva requiere experiencia y el equipo adecuado. No intentes entrar en la cueva por tu cuenta, ya que este complejo de cuevas es extremadamente peligroso, muy frío y propenso a inundaciones repentinas.

Lamentablemente, hoy la cueva no se puede visitar. Según indica la Junta de Andalucía, no está habilitada para el tránsito de personas y solo es posible entrar en su interior con una autorización especial. Hasta hace unos años, algunas compañías de multiaventura tenían permitido organizar salidas de espeleología en ellas. Una actividad que también se ha tenido que suspender hasta nuevo aviso.

De esta forma, ya que no se puede visitar la cueva lo que sí podemos disfrutar es de sus alrededores. De la cascada que cae de la boca de la cueva y de un refrescante baño en las aguas permanentes y cristalinas del río.

El Charco frío

A los pies de la cueva del Gato nos espera una laguna azul turquesa en la que, a pesar de su aspecto paradisíaco, el agua está congelada. Y es que su nombre no puede ser más acertado: Charco frío.

En los últimos años el Charco frío de la Cueva del Gato se ha hecho bastante popular, por lo que es posible que en los fines de semana de los meses de verano esté algo masificado. Lo recomendable, si se puede, es ir durante la semana. Asimismo, aunque la entrada para ver el paraje es gratis, si deseas quedarte y darte un baño hay que pagar 2-2,50 euros los adultos y 1-1,50 los niños (por semana es 50 céntimos más barato). Atención: los perros no tienen permitido bañarse.


Cuevas con encanto: CUEVA DE LOS CRISTINOS

5 noviembre, 2020 at 11:12

La Cueva de los Cristinos es una de las cuevas más bonitas y espectaculares del Parque Natural de Urbasa (Navarra). Su nombre se debe a que en su interior el general carlista Zumalacarregui arrojaba a los soldados fusilados del otro bando llamados cristinos o isabelinos.

La sierra de Urbasa es una gran meseta con una altitud que ronda los 1000m, que separa dos zonas bioclimáticas, la atlántica y la mediterránea. El relieve es Kárstico, formando colinas, simas y cavernas, donde podréis encontrar rocas con formas muy curiosas como las del bosque de Artea y las de la Cueva de los  Cristianos.

La Cueva de los Cristalinos, es una cueva sencilla y apta para todos los públicos, y en su interior nos encontraremos con una gran formación de estalactitas y estalagmitas que decoran las salas.

A la cueva se accede por una boca de 1×2 metros aproximadamente, que tiene unas escaleras en pronunciada y resbaladiza pendiente, pero contamos con el apoyo de unas cadenas.

Interior de la Cueva de los Cristinos

Al entrar nos encontramos con el ‘vestíbulo’, que acoge un riachuelo subterráneo y una escalera a mano derecha hacia una puerta metálica. Bajando por el otro lado, con un poco de cuidado llegamos a la estancia principal y al espectacular lago.

La sala principal parece estar sacada de un cuento de hadas: columnas que la naturaleza ha ido diseñado uniendo estalactitas y estalagmitas, siluetas redondeadas que ‘flotan’ en las frías y cristalinas aguas, curiosos recovecos y más mini cuevas. Cuando el nivel no está alto se puede dar por sus bordes casi la vuelta entera.

Hay un pasadizo lateral prolongado por el que llega la corriente de agua que surte al lago. Se puede avanzar por él pero agachado, ya que tiene poca altura.

Los minerales filtrados han generado diferentes colores en las formaciones pétreas que se sujetan todavía a los techos. Algunas formas recuerdan a elementos marinos como las medusas, a cascadas, capiteles, incluso a un payaso la que se encuentra en el centro del lago.

Foto de Alexander Pereda

El camino de vuelta es sencillo, desandar lo andado.

Una excursión muy recomendable porque es apta para todos los públicos, puede servir como iniciación a la espeleología más light y es de una gran belleza para estar tan cerca de la superficie y no requerir de exigentes bajadas ni complicaciones.

Ruta de la Cueva de los Cristinos desde Larraona

La cueva de los Cristinos se encuentra en la sierra de Urbasa, en los rasos de las Amescoas. Para llegar a ella tomaremos como punto de partida la localidad de Larraona, situada en la Ameskoa Alta y perteneciente a la merindad de Estella.

La aproximación se puede realizar desde la Llanada alavesa siguiendo desde Olazti la ruta NA-718 hacia Estella-Lizarra, pero desviándose enseguida a la local NA-7130 que recorre el valle de Larraona hasta la localidad que le da nombre. Si viajamos desde Navarra tomaremos en Estella-Lizarra la ruta NA-718 a la sierra de Urbasa, pero tras rebasar Zudaire nos desviaremos hacia el valle de Larraona por la NA-7130 hasta alcanzar nuestro punto de partida.

El recorrido hasta la cueva requiere unas tres horas para la ida y regreso. Si quieres más información no dudes en consultar la web de la cueva.

QUÉ VISITAR EN EL PUEBLO DE LARRAONA

La bella localidad de Larraona arracima sus casas en el piedemonte de la sierra. Todos los tejados rodean a la parroquial de San Cristóbal, que eleva su espadaña sobre ellos desde el siglo XVI. El primer templo se inauguró en el siglo XII, con elementos románicos que todavía se conservan en los muros laterales y la portada. La reconstrucción llevada cabo en el siglo XVI diseñó una estructura fortificada, porque en el término se habían desarrollado en el siglo XV importantes disputas violentas entre los vecinos de Larraona y los de Kontrasta, localidad ésta situada en territorio de Álava y perteneciente entonces al Señor de Lazkano.

Además de la ermita de San Benito, al costado del portillo en la sierra, está en el caso urbano la ermita de Nuestra Señora de la Blanca, que fue edificada en el siglo XVIII incorporando, como en Kontrasta, varias lápidas romanas en sus muros.

Son muchas las casas de Larraona que lucen en su fachada un escudo nobiliario, casi todos fechados entre los siglos XVI y XVIII.


Cuevas con encanto: CUEVA DEL TESORO

14 febrero, 2020 at 14:17

La Cueva del Tesoro se encuentra a unos 15 kilómetros de la ciudad de Málaga, entre La Cala del Moral y el Rincón de la Victoria, en la conocida zona de El Cantal. Y es que los «cantales» son pequeños acantilados que se formaron en época jurásica y que se asoman al mar por esta parte de la costa mediterránea.

Esta cueva marina que constituye una joya geológicamente hablando, tiene el honor de ser una de las tres únicas cavidades de origen submarino que existen en el mundo, además de la única visitable en Europa. Las otras dos están en México y Asia.

La Cueva del Tesoro debe su nombre a una leyenda que la rodea sobre la existencia de un tesoro escondido en una de sus grutas durante la época árabe, leyenda recogida en los escritos del siglo XVII de Fray Antonio Agustín de Milla y Suazo. En ella se dice que el tesoro fue escondido por el emperador de los almorávides Tasufín ibn Alí en el siglo XII. Una historia que invita a los visitantes a «jugar» e ir a la búsqueda del tesoro.

La Cueva del Tesoro está catalogada por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2002.

El recorrido por sus profundidades modeladas por el agua y el paso de los siglos, de unos 2,5 kilómetros de longitud, comienza con una exposición sobre este espacio geológico y continúa por sus diferentes salas, como la de Marco Sacro, la del Águila o la del Volcán, que guardan pinturas rupestres, cerámicas del Neolítico, restos fenicios y árabes…

La cueva está abierta todos los días y el precio de su entrada ronda los 5 €. Consulta los horarios antes de ir. También se pueden combinar con la visita a la Casa Fuerte de Bezmiliana.

Un escenario natural tan singular acoge diferentes actividades a lo largo del año, como el Festival Internacional de Música de la Cueva del Tesoro, además ha servido de lugar de rodaje, como el de la serie de Netflix Warrior nun.

El interior de la Cueva del Tesoro

La Cueva del Tesoro (también denominada cuevas del Cantal) es la única gruta marina visitable en Europa y una de las tres de este tipo que hay conocidas en el mundo. Aunque está formada por varias grutas a las que se llama con distintos nombres, se trata de una misma formación subterránea con grutas interconectadas entre sí y unidas con el mar por los acantilados del Cantal. La aparente separación entre ellas se debe, por un lado, a cegamientos naturales provocados por el paso del tiempo y, por otro lado, a la existencia de inaccesibles galerías que no han sido descubiertas todavía.

En este lugar y en tiempos remotos existían materiales silíceos depositados en una zona de sedimentación. A su vez, sobre éstos se fueron sedimentando nuevas capas de cúmulos calizos. Esta combinación geológica comenzó a elevarse a causa de presiones subterráneas y, fruto de las corrientes marinas y el golpear de las olas, se constituyeron diversas oquedades y galerías que emergieron en los Cantales de la zona por la presión de los extremos de la plataforma de sedimentación.

De esta forma el mar constituyó galerías típicas de cuevas submarinas, con columnas y gargantas que son la base de la Cueva del Tesoro. Más tarde, una vez emergida la zona sobre el nivel del mar, filtraciones de agua dulce fueron constituyendo formaciones de estalactitas y estalagmitas, propias de cuevas de origen terrestre y de la erosión por agua dulce. De este modo quedó conformada la actual Cueva del Tesoro, con unos 500 metros de galerías y una zona de lagos.

A la entrada de la Cueva existe una exposición y Salas de Interpretación del entorno geológico y natural del paraje, así como de los restos hallados que han podido conservarse. Y es que la Cueva conservaba en su interior grandes tesoros, unos reales ya descubiertos, y tal vez otros por descubrir. Entre los primeros, algunas pinturas rupestres, que residían en zonas no accesibles al público. También fueron encontradas cerámicas del Neolítico «de las Cuevas», una punta de flecha del Solutrense, puntas de silex, hachuelas, buriles, lascas, cuchillos pulimentados, pulseras, punzones y arpones óseos, restos fenicios y árabes…

La leyenda del Tesoro Escondido

Durante los últimos siglos esta cueva ha centrado la atención de propios y extraños la leyenda del impresionante tesoro escondido en el siglo XII por árabes que llegaron huyendo de las revueltas de su tierra. Es aquí donde difieren las leyendas, pero sólo en la autoría: unas establecen que fueron cinco reyes moros los que arrumbaron a nuestras costas cargados de enormes riquezas, que pusieron a salvo escondiéndolas en la Cueva del Tesoro; otras versiones señalan que fue el emperador de los almorávides Tasufín Ibn Alí el poseedor del tesoro.

Este «El Dorado rinconero» incitó desde el siglo XVII el inicio conocido de partidas de descubridores, que alteraron las condiciones en las que se encontraba la Cueva. No obstante, estas alteraciones se realizaban sobre otras anteriores, que permitían alimentar aún más, si cabe, la creencia de que tales modificaciones tuvieron por objeto la ocultación del gran tesoro. Cuando en el siglo XVIII aparecieron en la Cueva una serie de granates (grupo de silicatos que han sido usados desde la edad de bronce como piedra preciosa), pocas dudas quedaron que las leyendas sobre el tesoro eran ciertas.

La primera persona que dedicó, literalmente, la vida al descubrimiento fue un suizo, Antonio de la Nari, en la primera mitad del siglo XIX. Él abrió galerías y un pozo (conocido como el «Pozo del Suizo») mediante barrenos. Esta técnica exploratoria fue la que le costó la vida en 1847, cuando le alcanzó la que inevitablemente sería la última explosión provocada por él. El recuerdo de Antonio de la Nari perduró en el tiempo hasta el punto en que, durante décadas, a la Cueva se la conoció como la «Cueva del Suizo».

Pero sería D. Manuel Laza Palacio quien realizaría el más profundo estudio de esta Cueva, que era de su propiedad, durante casi cuatro décadas y hasta su fallecimiento en 1988. Durante su trabajo aparecieron en las cercanías 6 monedas almorávides de oro de los tiempos de Yusuf Ibn Tasufín. Este descubrimiento no hizo sino avivar la creencia de que en algún punto, aún por descubrir, se encuentra esperando el inmenso tesoro escondido.


CUEVA DE DAINA: cultura megalítica en España

16 septiembre, 2019 at 9:11

La Cueva de Daina (en catalán Cova d’en Daina) es un dolmen de granito de grandes dimensiones construido entre 2700 a. C. y 2200 a. C. Está considerado como uno de los dólmenes más conocidos e importantes de Cataluña. Se encuentra en  la comarca del Ampurdán, principal zona de Cataluña con monumentos megalíticos. Concretamente se sitúa en las afueras del núcleo urbano de Romanyá de la Selva, en el macizo de las Gavarres.

La cueva de Daina destaca también por ser uno de los monumentos funerarios más representativos de su tipología, llamado sepulcro de “galería catalana” o “corredor ancho”.

En las proximidades se puede acceder a otras dos estructuras megalíticas, no tan impresionantes, pero que, dada la cercanía, merece la pena visitar: el menhir de Mutra y la cista de la carretera.

Historia

El conjunto fue descubierto en los años 1900 por el antiguo propietario de los terrenos Pere Cama i Casa. En 1957, las excavaciones promovidas por Lluís Esteva Cruañas hallaron numerosos huesos, dientes, siete puntas de flecha de sílex, fragmentos de cuchillo, trozos de cerámica y cuentas de collar.

El conjunto fue declarado en 1931 Monumento Nacional, y tanto por su aspecto como su localización su visita familiar es interesante y además permite descubrir una reliquia milenaria al alcance de todo el mundo.

Arquitectura

Se trata de un conjunto megalítico de grandes dimensiones, siguiendo una estructura típica de cámara y galería de acceso formado por grandes bloques de granito, y también se ven los grandes bloques que formaban la cubierta.

El recinto megalítico está protegido por un crómlech en forma de anillo externo de 11 metros de diámetro formado por grandes piedras de granito. El dolmen mide 7,60 m de largo por 1,70 m de ancho y 1,50 m de alto.

La cámara funeraria, de forma rectangular, está separada de la galería por tres piezas que conforman la puerta de entrada. Este tipo de sepulcros de “galería catalana” son propios del Neolítico final y responden a una evolución de los “sepulcros de corredor”.  Están formados por una cámara geométrica donde se depositaban los restos humanos y los ajuares, y un corredor que casi tiene el mismo ancho que la cámara.

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